---- Capitulo 8 Durante tres dias consecutivos, segui el mend que Miguel habia dejado en el refrigerador, sacando las comidas que habia preparado con anticipacién para el desayuno, almuerzo y cena. Todo me sabia insipido. Echaba mucho de menos a Miguel, pero no sabia donde habia ido. En mi teléfono no habia ninguna llamada perdida de él. En cambio, habia una pagina entera de llamadas que yo habia rechazado, de un numero familiar que antes podia recitar de memoria Decidi salir a buscarlo, incluso pensé en ir a la comisaria para denunciar su desaparicién, pero si la policia ni siquiera habia encontrado a mis secuestradores, ~c6mo podia confiar en ellos? Sali desorientada y, cuando llegué a la esquina de la calle, alguien me metié a la fuerza en un auto. Cuando volvi a despertar, estaba en mi cama. Mejor dicho, en mi habitacién de la mansi6n Martinez. La habitacién estaba en penumbra. La luz de la luna entraba por la ventana, revelando una silueta sentada en la oscuridad, observandome. -jAh! me asusté y me escondi bajo las sdbanas. La persona encendié répidamente la luz y se acercé para tranquilizarme. -Laura, solo queria que durmieras bien. Lo siento, no queria asustarte. Aquella voz era como un hechizo. Con dudas, bajé lentamente la sdabana, sintiendo un escalofrio: ---- -...Sefior Martinez... Carlos tiré de la sabana, con expresion dolida: -Laura, gno solias llamarme Carlos? Negué con la cabeza, deseando que se alejara. Mi pecho estaba tan oprimido que apenas podia respirar. -Ya no me atrevo. Nunca mds me atreveré a perseguir al sefior Martinez. Dia y noche solo recordaba esa frase, la Unica que me evitaba una paliza Carlos también parecia emocionado. Con los ojos enrojecidos, traté de controlarse: -Laura, lo siento. No sabia que retrasar el rescate unos dias te causaria... ellos me prometieron que no lo harian. Que no harfan qué? {Que no me golpearian? El podria haberme salvado. Esas cosas que no queria recordar, siempre habia alguien que me obligaba a revivirlas. Carlos parecia saber lo que habia experimentad, pero yo solo queria saber dénde estaba Miguel. -Sabes dénde esta Miguel? Carlos apreté mi mufieca, con un tono entre autoritario y suplicante: "Laura, olvidate de él. :Podemos empezar de nuevo? Al oir esto, perdi el control. Me levanté bruscamente y me alejé de él, golpedndome la cintura contra la esquina de una mesa en la habitacién apenas iluminada. ---- -jLaura! Me arrodillé, igual que aquel dia en el auto de Carlos cuando vino a recogerme. -Sefior Martinez, devuélvame a Miguel, por favor. Solo lo tengo a él. Te lo suplico... te lo suplico... Carlos intento abrazarme: -Laura, tienes heridas en las rodillas. Levantate y hablemos, {si? Esquivé su mano, resistiéndome frenéticamente: -{Solo lo tengo a él! ;Carlos! jEs que quieres que muera?! jNo le hagas dajio! {Me mataré! {Me mataré! Carlos se desmoron6, negando con la cabeza dolorosamente: -Laura, nunca he... como podria querer que murieras? iCRASH! Rompi un jarr6n de la mesa y coloqué un trozo afilado contra mi garganta. -(Dénde esta Miguel? Carlos me miré con desesperacién: -Laura, de verdad no lo sé. No te muevas, no te hagas dafio. Me quedé paralizada, comprendiendo' -Asi que es eso, no crees que vaya a matarme... -iUn médico! -grité Carlos. El médico y los guardaespaldas irrumpieron en la habitacién, Me