---- inmovilizaron mientras Carlos aprovechaba para arrebatarme el afilado fragmento de cerdmica. Me inyectaron un sedante y al instante perdi todas mis fuerzas y emociones. Los médicos privados se apresuraron a vendar la mano de Carlos, que se habia cortado. -Estoy bien, atiendan a Laura. -No se preocupe, sefior Martinez. La sefiorita Diaz solo tiene un rasgufio superficial, Una herida sin importancia. El médico simplemente envolvié mi brazo con un par de vueltas de gasa -Sin embargo, el trauma psicoldgico de la sefiorita Diaz es severo. Necesitard un buen tratamiento. -Entiendo. Gracias. Cuando terminaron, Carlos y yo quedamos solos nuevamente en la habitacion. Yacia en la cama, mirando al techo sin expresion, como si mi conciencia flotara fuera de mi cuerpo. Al verme asi, Carlos casi se ahogé con sus palabras: -Laura... por favor, dame la oportunidad de redimirme. Te compensaré por todo. El sedante parecia funcionar bien. Con un corazon imperturbable, podia revisitar incluso los recuerdos mas terribles. -Compensar... ---- -Si, compensar. -{Cémo me compensards? Déjame pensar. Carlos, como si viera un rayo de esperanza, me tomé de la mano con emocion. -Estuve secuestrada tres meses. Al principio, pensaban que valia mucho dinero y me trataban bien. Solo me asustaban diciendo que sino llegaba el dinero, me abandonarian en un descampado. En ese entonces, me daban medio pan blanco al dia. No podia comerlo, pero pronto ni siquiera tendria eso. -Después te Ilamaron y te hicieron oirme gritar. {Qué dijiste? Dijiste que sonaba desagradable y que hablaran con tu secretaria. Poco después, uno de ellos me dio una patada en el estémago que me hizo caer al suelo con la silla. -Gradualmente, se volvieron descontrolados. Descubrieron que golpear a una sefiorita como yo no tenia consecuencias, ya que a nadie le importaba. Asi que cada dia me golpeaban y descargaban su ira en mi por cualquier contrariedad. Vi cémo el cuerpo de Carlos comenzaba a temblar. 2a no podia soportarlo? ,Qué haria con lo que seguia? Después, al no recibir el dinero, perdieron la paciencia. Latigos, agujas de acero, palos, e incluso la rizadora que llevaba en mi bolso. La conectaron y la aplicaron sobre mi piel. Se podia oler la carne quemada Con cada palabra, Carlos se desmoronaba mas. Apenas se atrevia a mirarme, pero temia que desapareciera si apartaba la vista, atrapado en su contradiccién y sufrimiento. Pero a mi no me importaba. {Por qué fingir preocupacién ahora? ---- -Laura, gpor qué no esperaste a que fuera a buscarte? {Dimelo! j Habria matado a esos hombres! Ladeé la cabeza con una sonrisa vacia: -El rescate nunca llegé, zsabes? Dijeron que me matarian. ¢Sabes qué pensé entonces? Que por fin podria liberarme. Incluso pude ver los rostros de papd y mamé; me estaban esperando. -Pero me dijeron que viviera. No sé de dénde saqué la fuerza, pero escapé. Era un bosque, luego campos de cultivo, después una autopista. -Dormia en cobertizos, en arboles, comia hojas y bebia agua de lluvia. Con suerte, encontraba algiin basurero y comia lo que habitualmente me daban: comida podrida. -Asi caminé durante dias y noches, decenas de kilémetros, hasta volver frente a ti. Y tu me dijiste: "Qué sucia". -Ja, ja. Carlos ya no podia sostenerse y cayé de rodillas. Sus ojos, inyectados en sangre, me miraban con desesperacién: -Laura, lo siento. No sabia... no sabia que el rescate... no sabia cémo habias regresado... -Carlos, podrias tu y Sofia experimentar lo que yo vivi? No puedes compensarme, pero te perdono. -éEn serio? -Carlos, incrédulo, tomé mi mano tembloroso. -Si, solo devuélveme a Miguel. Aquella noche, Carlos permanecié de pie junto a mi cama durante mucho tiempo. Sus ojos hundidos reflejaban su tormento. ---- Seguia insistiendo en que no sabia dénde estaba Miguel, asi que dejé de hablarle. Finalmente, su teléfono sond, me arropé y se marché con aire abatido. Permaneci en la mansién Martinez sin poder salir. Una psicloga venia a mi habitacién cada dia para tratamiento. Era una mujer hermosa que nunca me presionaba sobre mi pasado. Simplemente me contaba cosas interesantes cada dia. Con el tiempo, comencé a confiar en ella y a hablarle por iniciativa propia, Le pregunté si tenia pareja. Me dijo que si y me mostré su anillo de compromiso, explicando feliz que pronto se casarian La felicité y le conté sobre Miguel y yo. Ella se mostré complacida. Esa noche, sentada al borde de la cama, contemplé la luna durante largo rato. Instintivamente quise ver si Miguel me habia contactado, pero recordé que me habian confiscado el teléfono. Asi que solo pude mirar la luna y, mientras la contemplaba, abri la ventana y salté.