---- desconcertado, al ver que yo ya estaba en el suelo, derrumbada, con su mano atin sujetandome por la mufieca~. Laura, zqué ests diciendo? Para entonces, mis labios estaban morados de tanto morderlos. Mientras veia el rostro de Carlos acercandose, recordé las palabras de los secuestradores: «Un perro de los Martinez, pretendiendo perseguir a su amo.» -Carlos... no... sefior Martinez, no volveré a acosarte. Nunca mas me atreveré. Carlos, por fin, entendi que algo en mi no estaba bien. Sus movimientos se suavizaron mientras me rodeaba con los brazos y me levantaba del suelo. Esa sensacién de ingravidez hizo que, por reflejo, me abrazara instintivamente su cuello, logrando que su expresién severa se suavizara un poco. -Laura, no es que no quiera que me sigas... es solo que. Sin embargo, antes de que pudiera terminar, la puerta del pasillo se abrié de golpe, y Sofia asomé la cabeza desde mi habitacién, iluminada desde dentro. Automaticamente, se cubrié la boca, fingiendo sorpresa. -Sefior Martinez, sefiorita Diaz. -Ya tienes la habitacién. {Qué mas quieres? -respondié Carlos con disgusto. -Es una videoconferencia con la filial americana -explicé Sofia, con tono dolido-. Necesitan que usted, sefior Martinez, participe personalmente. 1 ---- Carlos me miré, y, con resignacién, me solté. Y yo me quedé inmévil, rigida, sintiéndome incapaz de reaccionar. -Espérame en mi habitacion -me dijo antes de girarse hacia Sofia. Un segundo después, ambos se adentraron en la habitacién, cerrando la puerta a sus espaldas. La luz brillante desaparecié del pasillo, dejéndome sumida en la oscuridad. Me sentia como si acabara de sobrevivir a una catastrofe, con el sudor frio empapando mi ropa. Carlos no volveria. Conocia las tacticas de Sofia. En mi cumpleafios, en mi graduacidn, siempre aparecia ella, llamando la atencién de Carlos. Quizds él realmente queria irse y no volver. Y yo... yo también necesitaba marcharme pronto, a algun lugar donde no pudiera ver a Carlos. Temia que, si seguia cerca de él, terminaria perdiendo la poca cordura que me quedaba.