---- Capítulo 5 Perspectiva de Diego Se suponia que ese era el día de mi día de boda con Valeria. La habia cuidado desde que murió mi sobrino, protegiêndola y manteniéndola a salvo. Valeria me dijo que su sueão era tener un bebé de los Herrera, y para cumplir mi promesa de protegerla, le di el hijo que tanto deseaba. Así que, no creía haber hecho nada malo. En mi mente, solo estaba cumpliendo su deseo porque era una obligación. Después de que nació Luna, Valeria empezó a hablar de matrimonio, debido a que no queria que su hija fuera etiquetada como una bastarda. Así que accedí, una vez más, solo era para honrar la promesa de cuidaria. El día marchaba perfectamente, la iglesia estaba Ilena, la música era suave y melodiosa. Valeria lucía radiante en el vestido blanco que elegí para ella, prácticamente flotaba por el pasillo como en un suefio. Todo era exactamente como ella queria, perfecto. Estábamos en el altar, frente a frente, intercambiando votos y anillos. Deslicé la argolla en su dedo, provocando que me sonriera, resplandeciente. ---- Justo cuando el sacerdote abrió la boca para declararnos marido y mujer, mi asistente corrió a mi lado, pálido y tembloroso, inclinándose para que solo yo lo pudiera oír. -Sefor Herrera -susurró con urgencia-, la Sefora Herrera ha desaparecido. Creemos que sus rivales la tienen de nuevo. Y esta vez, también se Ilevaron a los gemelos. Han... dejado un video para que lo vea. Mi sangre se congeló. -;Un video? -murmuré con voz ronca. Asintió, temblando. -Un video donde matan a la Sehora Herrera... y a los gemelos. Mis rodillas flaquearon y di un paso atrás tambaleándome, el peso de las palabras me golpearon como una pared de ladrillos. Eso no podía ser cierto. -iDame mi teléfono! -grité, apenas registrando las miradas de los invitados o cómo volteó a verme Valeria -. jAhora! Le habia dado mi teléfono a mi asistente antes de la ceremonia, ya que no queria interrupciones ni distracciones. El rostro de mi asistente palideció por completo. -Aquí tiene, jefe -tartamudeó-. Usted dijo que no lo interrumpiera, así que no dije nada al principio. Pero el vídeo... parece demasiado serio, así que no pude esperar más. Le arrebaté el teléfono de la mano, con el pulso martilleando. -Pensé que me habia deshecho de todos esos matones después de que Sofía regresó -murmuré, más para mí mismo que para los demás. ---- -Lo hizo, jefe -susurró-. Pero debian tener otras conexiones o refuerzos. De alguna manera, volvieron. Me quedé allí paralizado, con el teléfono en la mano y el pulgar suspendido sobre el video. Me costó toda mi fuerza de voluntad solo presionar reproducir. Entonces lo vi. La grabación era oscura, granulada. El escenario era un viejo almacén: piso de concreto, pilas de cajas rotas y sombras en cada esquina. Sofía y los gemelos estaban atados en el suelo, las cuerdas cortaban sus muõecas y sus pequeõos cuerpos temblaban. Detrás de ellos habia tres hombres corpulentos, con armas en las manos y palos colgando de sus cinturones. Una voz detrás de la cámara habló. -Diga sus últimas palabras, Sefiora Herrera. Sofía levantó la cabeza, sus ojos brillaban con lágrimas y su voz se quebró mientras hablaba hacia el lente. -Diego -susurró-, parece que esta vez sí voy a morir. Probablemente estés en tu boda ahora, parado junto a Valeria, todo sonrisas. Sus labios temblaron, pero continuó. -Esta vez, incluso secuestraron a los gemelos. Así que supongo que ya no habrá más interrupciones en tu feliz vida con Valeria y tu nueva heredera, Luna. Esbozó la más tenue de las sonrisas, se veía desgarradora y vacia. -En fin, Diego... te dejé algo en tu habitación. Considéralo mi regalo de bodas, espero que lo disfrutes. Adiós. La pantalla se sacudió. ---- Luego... se escuchó el jbang! El video se cortó en el momento que se disparó el arma. Mi estómago se revolvió, mis piernas cedieron y caí de rodillas. No, no, no, no. éCómo había pasado eso? Maté a esos hombres, hasta el último de ellos. Los habia enterrado tan profundo que no podrían regresar jamás. Aun así... habían vuelto. Y ahora Sofía... mi mujer y mis gemelos. -iNo! -grité sin pensar, el sonido me desgarró desde el interior, crudo y desesperado. El mundo giraba, mis pulmones se sentían demasiado apretados para respirar y mi piel se enfrió. Valeria corrió hacia míi, la preocupación estaba pintada en su rostro perfectamente maquillado cuando intentó agarrar mi brazo, sostenerme, pero la empujé con fuerza. Se quedó paralizada a medio paso, sus labios se separaron como si no pudiera creer que acababa de empujarla. Los invitados ahora zumbaban con murmullos inquietos, los susurros se extendían como fuego. Oí a alguien decir suavemente. -;Ven? Les dije que esa mujer era Sofía. Nunca olvidaría su rostro. -iQué demonios está pasando con Valeria y Diego? -susurró otro, la voz sonó aguda e incrédula-. zEs algún tipo de broma enferma? z ---- El tío deja que su esposa se pudra para poder casarse con la viuda de su sobrino? Es retorcido como el infierno. -No les parece raro? -intervino otra voz-. ;Dónde estuvo Sofía durante esos ocho meses? Desapareció como si nunca hubiera existido, y Diego nos dijo que había muerto, ; recuerdan? -Yo escuché.. -la voz de una mujer cortó entre la multitud, lo suficientemente alta para ser oída-. Que Sofía fue secuestrada por uno de los rivales de Diego. La mantuvieron encerrada durante meses, mientras Diego jugaba a la casita con Valeria, Sofía estaba siendo abusada, humillada y maltratada. Mis rodillas casi cedieron de nuevo porque cada palabra era verdad. Escucharlo así, en voz alta, de la boca de otra persona, fue como recibir un pufietazo en el pecho. No solo habia cometido errores, sino que habia estado ciego, voluntariamente ciego, fui un egoísta. Me habia dicho a mí mismo que estaba protegiendo a Valeria, que mi trabajo era mantenerla a salvo. Pero al hacer eso... había abandonado a Sofía. -Si me preguntan -murmuró un hombre-, Valeria no es más que una rompehogares. ;Se acostó con su tío político mientras Sofía seguia viva? Probablemente sabia que Sofía estaba viva, por eso ni siquiera se inmutó cuando Sofía apareció en el bautizo. -Bueno -agregó alguien más-, esto se ha salido de contro! oficialmente. Me volví y encontré a Valeria tan pálida como un cadáver. Me miraba como si esperara que la rescatara de nuevo, que hablara por ella, que la defendiera como siempre lo hacía. Pero solo la miré, luego aparté la vista. De repente, no podía respirar. El peso de todo, de lo que habia ---- permitido e ignorado, me estaba aplastando. Necesitaba salir. Esa boda... ahora se sentía como un ente enfermo, pudriéndose desde adentro hacia afuera.