---- Capítulo 08 Pensé que, después de lo que pasó, Leandro se iría de Ciudad Encina. Pero no. No solo no se fue, sino que, no sé cómo, convenció a una compaíiera mía -alguien que creía de mi confianza- para que lo ayudara a tenderme una trampa. Cuando Ilegué al parque donde nos habían citado, me quedé paralizada. Era fin de semana, el sol brillaba... pero al verlo, el buen ánimo se me fue al suelo. Leandro había recreado nuestra primera boda. Vestía el mismo traje que yo le mandé a hacer a medida, el que jamás usó porque esa ceremonia nunca ocurrió. Estaba ahí, sonriendo, con los ojos brillantes, esperándome frente a un altar improvisado sobre el césped. -Vanesa, te casarías conmigo? -preguntó, como si el tiempo no hubiera pasado. Alrededor, varios compaieros del bufete comenzaron a corear: -iDi que si! iDi que si! Una oleada de rabia me subió desde el estómago hasta la garganta é De verdad creía que después de todo esto, yo iba a caer otra vez? éDe dónde sacaba esa seguridad? Leandro tenía la mirada iluminada, incluso más que antes, con una ---- confianza que me resultaba ofensiva. -De verdad piensas que solo por montar esta farsa te voy a perdonar? No aguanté más. Frente a todos, le di una bofetada sin pensarlo. iPaf El murmullo desapareció. Solo quedó el eco del golpe y el fondo musical de la supuesta boda Un colega se atrevió a susurra Él nos dijo que era su novia... que solo estaban peleados.. -;Y ustedes le creyeron? ; Qué no son abogados? ;No saben que hace falta pruebas? -grité con rabia. Todos se quedaron callados, mirando al suelo. Leandro intentó acercarse, pero retrocedí de inmediato. -Sé que lo arruiné todo -dijo él, con voz rota. -No monté esta boda para que me perdones. Solo queria cerrar esa herida. Queria que tuvieras, al menos una vez, el final que merecías. -Clarisa... yo creí que me gustaba. Veía en ella lo que nosotros fuimos. Por eso la protegia. Por eso la mimaba. -Me confundi. Me mintieron mis propias emociones. -Pero cuando te fuiste... entendí todo. -A quien amé siempre fue a ti. A ti, Vanesa. Nunca pensé en casarme con otra mujer. -Y ahora... ahora si quieres te organizo otras cincuenta y dos ---- bodas. Las que no celebramos, las que te cancelé. Te las debo todas. -Casémonos de verdad. Si quieres vivir aqui, nos quedamos en Ciudad Encina. Si quieres regresar a Santa Lucía del Valle, yo te sigo. -Donde tú estés, yo estaré. No te dejo más. -Solo te pido... una última oportunidad. Tenia los ojos húmedos. Hablaba con voz temblorosa. Pero en mi corazón ya no habia lugar para compasión. Porque las oportunidades, yo ya se las había dado. Cincuenta y dos. Y no aprovechó ninguna. Cuando un hombre puede amar a otra mientras aún está contigo, lo volverá a hacer. Más tarde, con otra. No es cuestión de repetir bodas. Es cuestión de que yo ya no creo en él. Desde que regresé, sabía que entre Leandro Fuentes y yo, todo habia terminado. -Sigue sofiando. Le dije tranquila. Y me fui. Pedí un taxi sin mirar atrás. Leandro no me siguió. Se quedó en su sitio por un momento... pero luego, como si algo lo empujara, comenzó a correr detrás del auto, Corria como si eso fuera a cambiar algo. ---- Pero ya no importaba. Porque el amor, cuando se rompe así, no se reconstruye con flores ni promesas vacias.