---- Capítulo 6 Mi relación con Roberto comenzó hace tres afos, y también terminó hace tres afhios. Cuando lo conocí, Roberto acababa de fracasar en su emprendimiento y se embriagaba todos los días en el bar. Una noche, al pasar por el bar, Roberto me salvó de ser acosada en la calle, poniéndose frente a mí con los brazos cruzados. - Si quieren tocarla, tendrán que matarme primero. Yo era muy ingenua entonces, tan ingenua que me enamoré con solo esa mirada y lo amé por tres afios. Con mi aliento, Roberto volvió a empezar, y así nació la ahora famosa Corporación Qin. Pero yo, por insistir en rechazar un matrimonio arreglado para casarme con él, fui expulsada de casa por mis padres. En ese momento, él no solo no me abandonó cuando ya no tenía el estatus de nifia rica, sino que me trató aún mejor. ---- Cada vez que contrataba a una nueva empleada, me abrazaba y me pedía que revisara su teléfono: - Mira, carifio, jno te he sido infiel! Y cada vez que yo asentía, me besaba en la frente. - Gracias por confiar en mí, mi amor. Antes, yo habría estado dispuesta a pasar toda mi vida con un hombre así. éPero cuándo empezaron a cambiar las cosas? Quizás fue desde la última vez que lo acompahé a su pueblo natal. Sentada en el auto, la asistente me pasó un conjunto de ropa nueva, que me puse en silencio. La asistente preguntó, como hace tres afios: - Camila, ivamos directamente a casa? - No, vamos al hospital a hacer una evaluación de discapacidad. Esta vez haré que todos paguen por lo que hicieron. Mi mirada se posó en mis piernas llenas de cicatrices, ---- como aquel accidente de hace tres afhios. Hace tres afios, acompafié a mi suegra al pueblo para asistir a un banquete de bodas. Las costumbres rurales aún mantenían muchas tradiciones de bromear con las damas de honor, y los aldeanos, acostumbrados, insistían en arrojarlas al agua. Mi suegra me lIlevó frente a un grupo de hombres: - Cuantas más damas de honor, más animado será. Esta es mi nuera, júsenla como quieran! Sin esperar mi consentimiento, los hombres me empujaron al vestidor. Un grupo me acorraló en la habitación, apremiándome a cambiarme de ropa, arrebatándome bruscamente el teléfono y el bolso. - éQué le pasa a la nueva esposa de Roberto? ;Acaso por ser de la ciudad nos desprecia? - Quién sabe, Roberto es tan poco filial, trayendo a casa a una mujer problemática. ;Acaso quiere que todo el pueblo la trate como a una diosa? ---- Los comentarios se sucedían uno tras otro, cada palabra criticando a Roberto. Aflojé los pufios que habia apretado. Roberto, ocupado con asuntos de la empresa, no llegaría hasta la noche. No quería que por mi culpa todo el pueblo insultara a Roberto. Después de todo, é qué tan malo podía ser participar en una boda como dama de honor? No iba a morir nadie, solo tenía que aguantar un poco y pasaría. Me puse el provocativo vestido de dama de honor y salí, enfrentando las miradas inquisitivas de una docena de hombres en la puerta. No imaginé que las bromas de boda en su pueblo fueran tan excesivas. Cuando me cortaron el vestido y me arrojaron a la piscina, me di cuenta de la gravedad de la situación. El cielo se oscurecía, Roberto aún no había llegado, y la boda ya había Ilegado a la etapa de bromear con las ---- damas de honor. Mi suegra había desaparecido para charlar, dejándome sola frente a un grupo de desconocidos. Las otras damas de honor a mi alrededor también parecían aterrorizadas e impotentes, planeando cómo escapar. Al verme mirarlas, la líder del grupo me lanzó una mirada feroz. - Si te atreves a delatarnos, haré que los hombres del vecindario te dejen desnuda. Negué con la cabeza: - No las delataré. ;Puedo escapar con ustedes? La chica se rió con frialdad. - Si tú también te vas, équién nos cubrirá? Si esos hombres se enteran de que escapamos, jnos matarán a golpes! Dicho esto, la chica me empujó con fuerza. Salí volando de la tienda hacia la multitud, cayendo de espaldas y quedando en ridículo.
