---- Capítulo 6 Miguel creyó que había ganado. Colocó un enorme anillo de diamante rosa en mi dedo y prometió solemnemente: -Sonia, te trataré bien toda la vida. En ese momento, su teléfono sonó. Miró la pantalla y su expresión cambió ligeramente. Sabia que era Ximena Ilamando, así que le dije: -Contesta. Miguel presionó el botón de respuesta y la voz melosa de Ximena resonó inmediatamente: -iMiguel, ven rápido, el médico dice que estoy embarazada! -iEs maravilloso, vamos a tener un bebé! El rostro de Miguel cambió drásticamente. Me miró nervioso. También lo miré sorprendida, con el corazón adolorido. Siempre pensé que Miguel amaba a Ximena sin darse cuenta, pero nunca imaginé que ya habían tenido relaciones. El mismo día que perdí a mi hijo, Miguel recibía la notícia de uno nuevo, y con la persona que más amaba. iPodia ser más irónico? Con los ojos enrojecidos, me incorporé y le di una fuerte bofetada, gritando: -;Animal! Si ya te habías acostado con ella, ;por qué querías casarte conmigo? Finalmente entendí por qué en mi vida anterior, después de la muerte de Ximena, Miguel me odiaba tanto. ---- Porque no solo había perdido a su amor verdadero, jsino también al hijo que esperaban! Pero, équé tenía yo que ver con todo esto? Fue él quien no entendió sus propios sentimientos, él quien insistió en casarse conmigo. iPor qué tenía yo que pagar un precio tan alto por su pérdida? Miguel colgó rápidamente y explicó: -No es así, Sonia, no fue voluntario. -Ella... me drogó en mi cumpleafos. -AI día siguiente le advertí que nunca te lo contara, incluso le compré la píldora del día después. -No imaginé que no la tomaría y que quedaria embarazada Créeme.. -Sonia, te amo a ti. ;Acaso estos cuatro afios juntos no son suficiente prueba? No respondí, pero debido a la intensidad de mis emociones, vomité sangre nuevamente. Santiago corrió hacia él, empujándolo mientras gritaba: -;Fuera! j Fuera! jMi tía está a punto de morir por tu culpa! jiLárgate ya! 'Aquel que hace un momento se negaba a irse, ahora fingia preocupación por m, diciendo: -Sonia, no te alteres, me voy ahora mismo. -Vendré a verte mafiana. No te preocupes, haré que Ximena aborte. -iSolo tú puedes tener a mis hijos! ---- Dicho esto, se dio la vuelta y se marchó. AAntes de salir, se topó con Carlos que entraba con el médico. Sonreí con ironia, sabiendo que Miguel corría a consolar a Ximena. Aunque decía que la haría abortar, en realidad valoraba a ese nifio más que a nadie. En comparación, nunca me preguntó cuándo había quedado embarazada, ni por qué no se lo habia dicho... AA sus ojos, yo era solo un juguete del que aún no se había cansado. é Qué importancia podía tener mi Después, e! médico me examinó y dijo que solo era un ataque de ira, sin mayor gravedad. Cuando el médico se fue, Carlos humedeció una toalla con agua tibia y me limpió suavemente la sangre de los labios. Santiago me sirvió agua, esperando en silencio. -Carlos, ipodria tu chofer Ilevar a Santiago de vuelta a la escuela? -pregunté. Carlos contactó de inmediato a su conductor. Santiago quiso decir algo, pero le dirigí una mirada Obedientemente me pasó el vaso de agua, me pidió que me cuidara y se marchó, volteando varias veces antes de desaparecer. Cuando se fue, Carlos finalmente no pudo contenerse: -;Por qué aceptaste la propuesta de Miguel? -Tú... eres una persona tan orgullosa y brillante, ;cómo puedes resignarte a ser su trofeo? ---- Estaba a punto de explicar cuando continuó: -Sé que temes a Miguel, que crees que no puedes enfrentarte a él. -Pero me tienes a mí. Sonia, si quisieras, yo... yo... Su mirada ardiente se clavó en mis ojos, con absoluta sinceridad: - Puedo ayudarte a enfrentar a los Urquiza, Al terminar de hablar, sus orejas ya estaban rojas. -é Qué diferencia hay entre seguirte a ti o a é1? Al final, solo sería el trofeo de otro magnate -respondí con frialdad. Para mi sorpresa, Carlos, al escuchar esto, se le humedecieron los ojos con frustración. -Sonia, iyo no soy como Miguel! No necesito que seas mi trofeo, y no tengo un maldito primer amor. -Me gustas por tu belleza, me atraes por tu talento y te respeto por tu carácter. Nada más. Me estremecí, no esperaba que mi broma casi lo hiciera Ilorar. -No quise decir eso -me apresuré a aclarar-. Solo que no quiero que te involucres en este conflicto. -No tengo miedo -dijo Carlos ansiosamente-. Sonia, ; podrías. darme una oportunidad para ayudarte?