---- Capítulo 7 El entorno famíiliar nos dio tranquilidad a mi hijo y a mí. Por el camino, varios conocidos nos saludaron con sonrisas. Para ellos, yo seguia siendo la hija mimada de la Famiília de Mendoza, no la prometida de Leandro. El coche de mi hermano mayor ya estaba aparcado afuera. Dijo que nos Ilevaría directamente a la mansión principal, donde habian preparado una cena familiar. Al oír "cena familiar", León se acurrucó nervioso contra mí. Acaricié su espalda y sabia qué lo asustaba. En las cenas de los Toro, cada error suyo -incluso el más mínimo ruido al cortar carne- le valia reprimendas. Yo, mientras, debía servirles de pie hasta que terminaran, para luego comer en la cocina. -Qué ridículo-, musité, admirando mi propia paciencia de siete anos. Al llegar, mi padre abrió la puerta del coche. Mi madre me abrazó con fuerza. La cena famiíliar era todo lo opuesto sin protocolos, con risas alrededor de la mesa. Tanto León como yo Ilevábamos mucho tiempo sin experimentar ese calor familiar. -Mamá, aquí es lindo-, susurró él, apretándome la mano. Su sonrisa me contagió. -Pues nos quedaremos. En dos días, León hizo amigos. Yo recuperé mi esencia. ---- Mientras planeaba unas vacaciones con mi hermano, un mercenario informó: -Hay disturbios en la entrada. Un hombre grita ser el esposo de Sofía Mendoza. Salí. Era Leandro. Que me encontrara tan rápido no me sorprendió. Pero su aspecto sí: demacrado, irreconocible tras apenas dos días. Al verme, sonrió. Yo, impasible, corregí: -Nunca fuiste mi esposo. Solo un prometido. Daniela es tu mujer. Los curiosos murmuraban: -çEste es el novio? No merece a Sofía. Leandro, furioso, ordenó a sus guardias actuar. Pero los nuestros los inmovilizaron al instante. - Viniste solo para pelear?-, pregunté lentamente. É! negó. Tras una pausa, forzó las palabras: -Vine a disculparme. Sofía, te amo. Regresa. Nos casaremos ahora. Extendió la mano, con esa seguridad de quien jamás había sido rechazado. Me ajusté el cabello y solté una risa fria: -éTú? iCasarte conmigo? Ya te lo dije que te he descartado.
