---- Capítulo 10 Carlos siguió intentando reconciliarse con Felipe, aunque mi hijo no queria saber nada de él, era inútil. De hecho, el dolor del rechazo solo lo volvía más obsesivo. Luciano reforzó la seguridad, pero no podía mantener a Felipe encerrado en una burbuja protectora para siempre, los cachorros lobos necesitan experimentar cosas para crecer. Ese día, estaba con algunas lobas cerca de la frontera, recolectando unas raras flores de pétalo lunar en el jardín de hierbas. Felipe y otros cachorros de Luna Plateada de su edad jugaban cerca, con dos guardias lobos vigilándolos. De repente, una espesa niebla negra, apestando a magia oscura, se extendió desde el denso bosque. -jEmboscada! -grité. Los guardias rápidamente nos rodearon, pero la niebla se extendió demasiado rápido y apenas podíamos ver nada. En el caos, escuché a Felipe gritar. -)Mamá! Mi corazón se sobresaltó. No pensé, simplemente corrí hacia su voz. Varias figuras oscuras aparecieron entre la niebla, jvenían por mi! Sus ataques eran rápidos y extrafios. Claramente eran los intrusos enviados por Carlos, los que habían jugado con magia prohibida. Luché con fuerza, pero eran demasiados, y ese olor a magia oscura me hacía sentir muy enferma. Mientras me encontraba luchando contra dos de los lobos de túnica negra, otra figura se acercó sigilosamente por detrás, como un fantasma. ---- Un brazo fuerte se cerró alrededor de mi cuello de repente, y un pafio con olor a alguna droga penetrante fue presionado sobre mi boca y nariz. iEra el aroma de Carlos! -Elena, ven conmigo -su voz enloquecida susurró en mi oído. Luché desesperadamente, pero la droga actuó rápido y todo comenzó a volverse borroso. Lo último que vi fue a Felipe y a los guardias, completamente ocupados luchando contra los otros lobos de túnica negra, incapaces de ayudarme. Luego, los ojos inyectados en sangre de Carlos. Cuando desperté de nuevo, estaba en una cueva oscura y húmeda, tanto mis manos como pies estaban encadenados con grilletes tallados con runas anti-magia. Carlos estaba sentado frente a m, mirándome con una expresión complicada -Elena, ya despertaste -dijo, su voz sonaba un poco cansada. -iCarlos! jgEstás loco?! -grité-. j; Qué demonios crees que estás haciendo?! -Te quiero de vuelta conmigo -dijo obstinadamente-. Luciano no es el indicado para ti y la manada Luna Plateada no es tu hogar, solo yo puedo hacerte verdaderamente feliz. -iFeliz? -resoplé-. zEsta es tu idea de felicidad? ;Secuestrarme y encerrarme así? -Te haré entender -dijo Carlos, aún más obsesionado-. Pronto, Luciano estará acabado, y la manada Luna Plateada será destruida, Entonces, verás quién puede protegerte de verdad. ---- Mi corazón se hundió, realmente estaba planeando algo más grande. -éiQué hay de Felipe? ; Qué has hecho con Felipe? -pregunté con urgencia. -Felipe está a salvo -dijo Carlos-. Después de todo, es mi hijo. Cuando todo esto termine, lo traeré aqui y empezaremos de nuevo. -iNi en suefios! -escupí-. jiLuciano nunca te dejará salirte con la tuya! iY la manada Luna Plateada nunca se rendirá! Carlos no dijo nada más, solo me miró fijamente, y esa mirada me envió un escalofrio por la columna vertebral.
