---- Capítulo 5 Justo cuando pensaba que iba a morir allí, oí el sonido de una intensa batalla. Los lobos que me atacaban se dispersaron y alguien me preguntó con preocupación: -Sefiora, iestá bien? ;Puede levantarse? La patrulla Ilegó justo a tiempo, me rescató y me llevó al hospital. Estaba tumbada en la camilla, con dolor en todo el cuerpo; pero, por suerte, no tenía lesiones graves. El médico dijo que con unos días de reposo me recuperaría. Fueron los policías quienes se encargaron de someterme a una serie de exámenes médicos. Cuando oscureció, Hugo entró en la sala, muy cansado, y vio que yo estaba despierta. Se sintió algo perturbado. -Alba, icómo te sientes? ;Estás mejor? Lo miré sin expresión y no dije nada, mientras que él se frotaba las manos; como un nifio que había hecho algo malo. Luego afiadió: - Sara estaba asustada y me pidió que la acompahiara, ya sabes, es muy débil. ---- Al ver que no reaccioné, se puso un poco nervioso y me explicó con ansiedad: - Cuando nos atacó la manada de lobos, la situación era muy urgente. Sara estaba a mi lado, por eso, sin pensarlo, la salvé primero... Además, no sabía que te habías caído y que te habían alcanzado los lobos. Pensé que, con tu destreza, podrías haber escapado. Lo interrumpí. - ; Cuándo te vas al territorio del sur? Hugo se quedó paralizado un rato y luego me respondió con cautela: -Nos vamos mafiana. - -Ya veo, vete ya, estoy cansada. - Al decir eso, cerré los ojos y no le hice caso. Sin embargo, él se quedó mucho tiempo junto a mi cama y luego suspiró suavemente. -Me voy. No te olvides de venir a verme dentro de cuatro días. Te recogeré en la estación de tren. Luego de decirlo, esperó un rato a que contestara, pero no lo hice. Luego se marchó en silencio. Al día siguiente, la madre de Hugo me visitó con un termo. Me dijo: - Alba, Hugo me ha pedido que te cuide. ---- Al decirlo, me ayudó a arreglar los cojines con torpeza y se quejó con voz tierna. -Sara va tan lejos, sin duda, no estará acostumbrada a la vida allá. Además, Hugo es muy descuidado; no sé si podrá cuidar bien de ella... Sus palabras se cortaron en seco, como si se diera cuenta de algo. Cerró la boca, avergonzada. - Mamá, en realidad, la persona que se ha casado con Hugo es Sara. -Le revelé la verdad. Oyendo lo que dije, la madre de Hugo se quedó paralizada. Tardó un buen rato en reaccionar y me preguntó con mucha alegría: - Es verdad lo que dices? Alba, eres una mujer muy comprensiva, sabes de la relación entre Hugo y Sara, jeres la más sensata! Luego se levantó, muy emocionada, y no paraba de darme las gracias. - No te preocupes, jsegura que te conseguiré una pareja aún mejor! Le respondí con una sonrisa fría; tenía el corazón roto. En mi vida pasada, lo atendí con todo mi corazón, pero le gustaba más Sara. Antes de que muriera, le dejó toda su herencia a ella y a mí solo me ---- dejó una frase: "Alba, eres una buena persona, aunque no tan sensata como Sara". - Mamá, no les cuentes esto por ahora. -Se lo recordé. Ella sonrió sin parar y contestó: - Está bien, lo entiendo. ; Qué planes tienes para el futuro? - Mahana también me iré. - No le dije adónde. Ella quería preguntarme algo más, pero cerré los ojos, agotada, y dejé de hablar. Se quedó de pie un rato, pero le preocupaba la ceremonia de marcación de su hijo, entonces se marchó muy rápido. El día que me dieron el alta, no se lo dije a nadie. Cuando volví a la villa de la familia García, no había nadie en casa, lo que me vino muy bien para recoger mis cosas. Me Ilevé lo mío y tiré lo que no podía llevar. Los regalos que le había hecho a Hugo estaban amontonados en un armario. Como no le gustaban, vendílos caros y tiré a la basura los baratos. Cuando terminé, volví a mi habitación, cogí la maleta que ya había preparado y bajé por las escaleras. Dejé el certificado de pareja de Hugo y Sara y el billete de tren sobre la mesa. No me lIlevé nada más que el dinero que ---- había ahorrado durante todos estos ahos. Incluso saqué la tarjeta del celular y la tiré a la basura sin vacilación. Más tarde, me fui de la villa sin mirar atrás.
