---- Capítulo12 Cada día con Felicia era feliz. Como su nombre indicaba, era un sol radiante que traía alegría a los demás. Al menos era el sol de mi vida. Le decía de manera constante: - Felicia, sin ti ya estaría muerta. Ella me daba una palmadita en la mano. - Eso suena más dulce que las sutiles mentiras de mis ex Yo con certeza lo digo, no mentía. Ella hizo una pausa, tomó mi rostro entre sus manos y dijo con seriedad: - Entonces, sin mi permiso... - Lucía, no puedes morir. Con tristeza rompí mi promesa. Realmente quería cumplirla. Después de estar con ella, mi depresión mejoró de forma vertiginosa. Pronto dejé de necesitar medicamentos. Mi Felicia me 1levaba a comer cosas ricas, escribía " ---- Feliz cumpleafios a mi hermanita" en mi pastel, me llevaba en su moto a ver las hermosas vistas nocturnas del río y me cantaba sus nuevas canciones. Una vez me preguntó muy en serio: - Lucía, yo no tengo familia. - áPor qué no te conviertes en mi hermana? Lo acepté con alegría entre lágrimas, que pronto se convirtieron en risas. Tenía una hermana. Una linda hermana que realmente me quería. Alguien sin lazos de sangre me amaba, mientras que Alejandro, siendo mi hermano de sangre, é] desgraciado deseaba mi muerte.
