---- Capitulo 6 Esa noche, Amber se acostó en su cama y sacó una hoja de papel de debajo de su almohada. Sus movimientos eran furtivos, como si temiera ser descubierta. Me sorprendió ver que había encontrado mi juego de escritura personal, el que tenía el emblema de un lobo plateado que mamá me había regalado por mi cumpleafios número dieciséis. El papel color marfil y los sobres a juego habían sido mi posesión más preciada, algo que usaba solo en ocasiones especiales. Ni siquiera me había dado cuenta de que Amber lo había tomado de mi habitación. - Así que ahí estaba - murmuré inútilmente, observando sus dedos trazar el logotipo grabado. Ella estudió una de mis viejas cartas durante unrato, comparando la caligrafía con la suya. Luego comenzó a imitar cuidadosamente mi letra en una página limpia. Su pluma se movía con trazos deliberados, su lengua se asomaba un poco por la concentración, formando palabras que eran inquietantemente similares a mi propia escritura. - Eres asombrosamente buena en eso - sefialé, flotando más cerca para ver qué estaba escribiendo. ---- Cuando terminó, sopló suavemente sobre la tinta para secarla, luego dobló la carta con precisión a lo largo de los pliegues. Se deslizó fuera de su habitación y hacia el pasillo. La seguí, curiosa sobre lo que planeaba. Sus pasos eran silenciosos mientras se deslizaba por el corredor, hasta lIlegar frente al dormitorio de mi padre, se detuvo, escuchando cualquier movimiento dentro. Al no escuchar nada, se arrodilló y deslizó la carta bajo su puerta, luego se apresuró a regresar a su habitación con una pequefia sonrisa jugando en sus labios. Apenas tuvo tiempo de acomodarse de nuevo en su cama, cuando un rugido furioso estalló desde el dormitorio de mi padre. El sonido de algo estrellándose contra una pared siguió; probablemente un vaso de whiskey, dadas sus costumbres. -iEsa pequefia demonio! - Su voz tronó a través de la mansión, haciendo que el candelabro de cristal en el pasillo temblara- . éAhora amenaza con exponer los secretos de la manada? Es una digna hija de Carolina; manipuladora hasta la médula. jNo tengo una hija como ella! jPuede podrirse en cualquier agujero donde esté escondida! Me deslicé a través de la pared hacia el dormitorio de mi padre, justo a tiempo para verlo arrugar la carta en su ---- pufio. Su rostro estaba contorsionado por la ira, las venas sobresalían en su frente. El lobo en é| estaba muy cerca de la superficie, sus ojos brillaban anormalmente enlaluz tenue. Regresando a la habitación de Amber, intenté ver qué había escrito para provocar tal furia en él. El borrador de la carta yacía abierto sobre su escritorio, y mientras leía, noté que la reacción de mi padre le generó una enorme satisfacción a Amber. --Querido Padre, tal vez al Alfa le interesaría saber sobre tus tratos comerciales con las manadas de renegados más allá de nuestras fronteras. O quizás sobre los fondos desaparecidos del tesoro de la manada. Me pregunto cuántas leyes habrás roto. Tal vez, debería empezar a hacer algunas llamadas. A menos que, reconsideres cambiar de opinión con respecto a mi situación con la asignación monetaria que me corresponde. Tu amada hija, Scarlett. -Chantaje - exclamé, impresionada a pesar de mí misma--. Esto es mucho más efectivo que simplemente maldecirlo. En ese punto, no sentía más que un odio frío hacia el hombre que biológicamente era mi padre. Cualquier emoción cálida había sido quemada en la casa de fuego, ---- solo dejándome el deseo de verlo sufrir. De una extrafia manera, estaba casi agradecida con Amber por convertirse en el instrumento de mi venganza, incluso sin saberlo. Su carta falsa había golpeado directamente el mayor temor de mi padre; la exposición de sus tratos corruptos como Beta. Ahora que estaba muerta, é] ya no podría amenazarme o lastimarme nunca más. Ese poder se había ido, e involuntariamente, Amber había demostrado que así era. En su escritorio, noté un pequefio montón de cartas atadas con una cinta azul, se trataba de la correspondencia de parte de mis amigos, que había llegado mientras yo estaba encerrada. El sobre superior llevaba la distintiva caligrafía de Lydia, con varios signos de exclamación después de mi nombre. Amber había estado agarrando mis cartas, leyendo cada una con cuidado, pero sin responder. Pude notar que algunas habían sido abiertas y selladas de nuevo, de una forma tan delicada que apenas se notaba la manipulación. Claramente había estado monitoreando mis conexiones sociales. Después de dejar mis cartas a un lado, sacó su tableta y abrió un motor de búsqueda. Sus dedos vacilaron brevemente antes de teclear, -( A qué no se puede ---- exponer una loba durante el embarazo? La búsqueda le mostró advertencias sobre la plata, el ajenjo y ciertas hierbas que podían dafiar a los fetos de lobo, especialmente en madres de edad avanzada. Inmediatamente entendí sus temores, temía que el embarazo de Elizabeth amenazara su posición en la familia. Ese bebé, especialmente si era un varón, heredaría todo, empujándola a un lado tal como ella me había empujado a mí. -Estás en problemas - susurré junto a su oreja, sintiendo un placer mezquino por su ansiedad, aunque ella no pudiera escucharme-. Tu madre ya no te quiere, pronto tendrá un hijo con mi padre, y tá solo serás una extrafia aquí. Nadie se preocupará por ti. Sus ojos se movieron alrededor de la habitación, como si hubiera sentido algo. - PCuando nazca tu hermano, todo lo que has robado te será arrebatado, justo como tú me lo quitaste a má - continué, disfrutando del momento- . Las joyas, la habitación, la atención... todo se irá. El kKarma es una perra, iverdad? Su rostro se tensó, como si hubiera captado algo en el aire. ---- Me burlé de ella alegremente, notando que sus hombros se tensaban, como si pudiera sentir mis palabras rozando su conciencia. Quizás mi presencia la afectó de alguna manera, porque Amber no durmió esa noche. Se quedó despierta hasta el amanecer, mirando al techo, su mente estaba visiblemente acelerada detrás de sus ojos inquietos. De vez en cuando se sentaba, anotaba algo en un cuaderno, luego reanudaba su vigilia. La observé mientras calculaba, planeaba y reconsideraba. Algo se estaba gestando en su mente, algo que la hacía morderse las ufias por los nervios, un hábito que nunca había visto en su fachada perfecta antes. Varias veces se acercó a la ventana, mirando hacia la casa de fuego donde aún yacía mi cuerpo. Su mirada no era de remordimiento, sino calculadora, como si yo fuera una variable en una ecuación que intentaba resolver. - ê Qué estás planeando? - pregunté, sabiendo que no podía escucharme. Por la mafiana, unos círculos oscuros se habían formado bajo sus ojos, pero su mirada se había endurecido con una nueva determinación. La inocente y dulce Amber había desaparecido, reemplazada por una mujer fría y ---- calculadora. Al amanecer, finalmente se levantó y se vistió con un cuidado deliberado, seleccionando un atuendo que la hacía parecer muy joven y vulnerable; una elección calculada, me di cuenta, al verla evaluar su reflejo. Esa mafiana, justo antes de que se fueran a sus " vacaciones para evitar al Alfa," alguien golpeó la puerta con una urgencia que no podía ignorarse. Era mi mejor amiga, Lydia. El golpe de sus nudillos contra la puerta fue tan familiar para mí como su voz. Normalmente, intercambiábamos cartas casi a diario, ya que ella prefería la comunicación tradicional de los hombres lobo sobre los mensajes de texto, pero durante más de una semana, no había recibido ninguna respuesta de mi parte. Preocupada, había venido a verme personalmente, su cabello rojo estaba despeinado por el viento tras conducir su motocicleta, su chaqueta de cuero Ilevaba el emblema de la escuela secundaria de nuestra manada. - Sefior Morgan - saludó cuando mi padre abrió la puerta, su voz fue firme a pesar de estar frente a una presencia intimidante- . Necesito saber dónde está Scarlett. Le he enviado siete cartas esta semana, y no ha respondido a ninguna de ellas. Eso no es propio de ella. ---- Me deslicé junto a ella, intentando tocar su mejilla pecosa, sin embargo, mi mano espectral pasó directamente a través de su rostro. - Oh, Lydia - suspiré - . Siempre sabes cuándo algo está mal, pero no te involucres en este problema. Es demasiado peligroso. El rostro de mi padre se oscureció con irritación, con su café de la mafiana todavía en la mano, replicó. -Esa ingrata está escondida en algún lugar cercano. Tuvo la osadía de deslizar una carta amenazante bajo mi puerta anoche, intentando chantajearme. Solo está armando un escándalo porque le corté los fondos. Cuando esté sin dinero, regresará arrastrándose ante mí. Los ojos verdes de Lydia se estrecharon con sospecha. Sus sentidos de loba estaban captando la sensación de que algo malo impregnaba la casa, quizás el olor, la ausencia de personal, o la tensión en la expresión de mi padre. -Chantaje -dijo firmemente-. Eso no suena en absoluto a Scarlett. Miré, sé cuándo está en problemas. Estamos unidas por un vínculo especial y sé que algo no está bien, así que no me iré hasta que la vea. Si no me ayuda, iré directamente con el Alfa Martín. Amber se adelantó, su rostro mostraba una máscara de ---- preocupación ensayada. - Scarlett solo necesita espacio. No hay necesidad de involucrar al Alfa o al consejo de la manada, piensa en el escándalo que eso causará. Ese comentario claramente estaba destinado a los oídos de mi padre, y funcionó de inmediato. - No tienes derecho a informarle nada al Alfa-ladró mi padre hacia Lydia, poniendo su taza en la mesa con suficiente fuerza para astillar el asa- . Soy el Beta de esta manada y su padre. Cómo disciplino a mi hijano es asunto tuyo, así que ocúpate de tus asuntos cachorra, antes de que te metas en problemas. Si Scarlett realmente estuviera en peligro, lo sabría. Lydia conocía demasiado bien nuestra situación famíiliar, por lo que puso los ojos en blanco ante su crueldad. - Sefior Morgan, Scarlett es su hija -dijo con énfasis-. Pero, no ha estado actuando como padre desde que Carolina murió. éQué pensaría su compafiera si pudiera ver cómo está tratando a su hija ahora? - He oído que los cachorros maltratados atraen el espíritu de su madre para defenderlos. Tal vez Carolina lo visita por las noches. Mi amiga no tenía miedo de mi padre y habló con ---- bastante audacia para ser una joven loba dirigiéndose al Beta. El rostro de mi padre palideció por una fracción de segundo al escuchar hablar de mi madre, antes de endurecerse de nuevo. -Las historias de fantasmas son para los cachorros. Los muertos permanecen muertos. Incluso si hubiera... consecuencias... yo no le temo a nada ni a nadie. Ser desafiado por alguien tan joven claramente lo hizo molestar, su rostro se tensó mientras intentaba mantener su dignidad. -iEduardo! jEduardo! -llamó, buscando al mayordomo para que escoltara a Lydia fuera. Gritó varias veces antes de recordar que Eduardo, y todos los demás sirvientes, se habían ido. No quedaba ni un solo miembro del personal en la casa. De todos modos, Lydia no quería quedarse más tiempo y se dio la vuelta para irse. No obstante, antes de salir, no pudo resistirse a lanzar una última pulla, -éSabe algo? Dicen que el primer signo de un Beta en declive es cuando el personal desaparece. - Supongo que el segundo signo es cuando comienza a oler como un cadáver olvidado. iSe recortó su ---- presupuesto para perfumes importados, sefior Morgan? éO es solo el hedor de un legado moribundo? Mi padre había trepado desde la nada, usando las conexiones de mi madre para asegurar su posición y amasar una fortuna. Por lo que nada lo enfurecía más que los recordatorios de sus orígenes comunes. Su rostro se ruborizó por la humillación y rabia. Pero por supuesto, el olor no se debía a su estatus en declive; era mi cuerpo en descomposición en la casa de fuego. Después de vivir con el hedor durante días, se habían vuelto insensibles al asqueroso aroma que ahora impregnaba toda la propiedad. -iFuera de mi casa! -grufió mi padre, sus ojos centelleaban amarillos mientras su lobo surgía haciala superficie. Lydia se fue con la cabeza alta, pero pude notar la preocupación genuina en sus ojos. Ella sabía que algo estabamal.