---- Capítulo 7 Medio afo después, Nicolás Ilegó como lo habiía prometido, estacionando su elegante Maybach negro frente a mi modesta florería. El contraste entre su lujoso auto y la sencilla fachada de mi tienda no podía ser más evidente. Bajó del auto vestido con un traje gris carbón perfectamente hecho a medida, pero su expresión era cálida y genuinamente feliz de verme. -Al fin y al cabo, fuiste la compafiera del Alfa de la Manada Lobo Rojo. -Su voz Ilevaba preocupación protectora mientras observaba el pequeão territorio de la Manada de Plata, -De verdad te sientes cómoda quedándote en esta pequeiia manada? Llevaba una sonrisa amable, pero podía ver cómo tomaba notas mentalmente mientras sus ojos recorrían las flores de mi tienda, calculando si realmente estaba segura aquí, si alguien me estaba tratando mal. -Hoy te compro todas las flores. ; Qué te parece si cierras temprano y descansas? Sonreí, feliz de ver una cara conocida. -No hace falta, pero puedo darte una de mis flores luna favoritas. Tomé las flores azules pálido que me recordaban tiempos mejores. Nicolás negó con una expresión divertida. -No, gracias, esas cosas no son lo mío. ---- -Sabes que nunca he sido romántico. Solo queria comprarlas todas para que cerraras temprano. -Tenemos que ponernos al día como se debe. No pude contener la risa ante su franqueza. Fue un alivio después de meses de cortesia forzada por parte de los miembros de la Manada de Plata que aún no sabían qué pensar de mi. -iY cómo te va aqui, de verdad? zAlgún lobo te causa problemas? Su voz Ilevaba un tono protector, mostrando sus instintos de Alfa -Hay alguien con quien necesite hablar? Miré con carifio mis flores, esas simples plantas que se habían convertido en mi sustento y mi paz. -EI dinero está justo, pero el negocio mejora cada semana. Últimamente hice tratos con varias manadas pequefias cercanas. Van a pedir flores regularmente para sus ceremonias y celebraciones. Nicolás dijo incrédulo, -;Solo seis meses y ya tienes clientes tan estables? -Su sorpresa era genuina, mezclada con orgullo- Siempre fuiste ingeniosa, pero esto es impresionante. -No mucho, solo intercambios pequeõos de gemas para arreglos básicos. No gano mucho. Pero es un trabajo honesto, y es mio. Mientras charlábamos contentos, poniéndonos al día tras meses sin vernos, una motocicleta eléctrica se detuvo frente a la puerta. ---- El sencillo vehículo se veía casi ridículo junto al auto lujoso de Nicolás. -iSofía, ya estoy aqui! Una voz alegre Ilamó antes de que la puerta se abriera. -Hay un Maybach estacionado afuera. Qué guay, y con la figurita en el capó también. El hombre que entró tenía rasgos delicados y vestía ropa de trabajo sencilla, pero había algo en él que era inconfundible, Hay una elegancia en sus movimientos, una confianza en su postura que hablaban de buena crianza a pesar de su apariencia humilde. Cuando vio a Nicolás a mi lado, toda su actitud cambió. Entrecerró los ojos y miró al extrafo con hostilidad, colocándose de manera protectora. -iYestees..? Su voz Ilevaba una fuerte desconfianza y celos apenas disimulados, Nicolás lo observó de arriba abajo con detenimiento. Con el reloj caro parcialmente oculto bajo una manga gastada, y el cuero de calidad en unos zapatos bien hechos, se puso entre mí y la posible amenaza. -éTellama Sofía? La sonrisa de Nicolás se volvió maliciosa y cómplice al alternar la mirada entre los dos, -éQuieres explicarlo, Sofía? ---- Sentí que la tensión aumentaba y me apresuré a calmarla. -Permitanme presentarlos. Le presenté primero a Nicolás, notando cómo la mandíbula de Fidel se apretaba. -Este es el Beta Nicolás de la Manada Lobo Rojo. Justo cuando dije eso, Nicolás me interrumpió con evidente orgullo, -MEe ascendieron. Ahora soy el Alfa interino. Su anuncio quedó flotando en el aire, cargado de implicaciones. Al ver mi confusión y la preocupación en mi rostro, explicó rápido, -Los ancianos enviaron a Marcos al Consejo de Alfa para entrenamiento avanzado. Ha Ilevado medio aio fuera. Sentí un nudo en el pecho al escuchar el nombre de Marcos. Recordé cómo se negaba a aceptar esa prestigiosa oportunidad varias veces, alegando que no podía dejar la manada. No podía dejarme a mí. Ahora se habia ido finalmente, probablemente ansioso por escapar de los recuerdos de lo que habia perdido. Me obligué a mantener una expresión indiferente y sonreí de nuevo, presentando al hombre junto a mí, -Mi asistente en la tienda, Fidel La presentación pareció aliviar un poco la tensión. Los dos lobos congeniaron sorprendentemente bien una vez que se ---- disipó la desconfianza inicial. Solo con un breve saludo, se volvieron bastante amistosos. Quizás era porque ambos tenían personalidades naturalmente gentiles bajo sus instintos protectores. Después de conversar un rato sobre política de manada y negocios, parecía que perfectamente congeniaban. Nicolás se fue animando cada vez más, y su carisma de Alfa logró que Fidel bajara la guardia -;Sabes qué? Vamos a dar una vuelta con esa belleza. Nicolás hizo sonar las Ilaves con entusiasmo, insistiendo en que Fidel manejara su Maybach. -Vamos a cerrar temprano hoy. Sofía se merece un descanso, y quiero saber más sobre las rutas comerciales de tu manada. Fidel parecía realmente aterrado solo de imaginarse al volante de un coche tan lujoso. -No podría... si algo le pasara... -iTonterias! jDisfruta la vida! Así que Fidel manejó con mucho cuidado y solo cinco kilómetros a la velocidad exacta antes de detenerse en un modesto puesto de barbacoa. Al aparcar sin problemas, su alivio fue tan grande que parecía cómico. -Por favor, déjame agradecerte tu generosidad invitándote a cenar. Cuando Fidel entró a pedir comida y conseguirnos una mesa, ---- Nicolás se echó hacia atrás en su asiento y me miró con atención. -Ese joven lobo... definitivamente tiene sentimientos por ti
