---- Capítulo 8 Perspectiva de Arturo Volví a leer su último mensaje, fue frio, medido y definitivo. "Espero que disírutes tu boda hoy. No te molestes en preguntar por nosotras, ya no seremos una preocupación para ti." Eso me enfureció más. éNo eran mi preocupación? Golpeé el teléfono contra el escritorio, con la mandíbula apretada. éPor qué no pudo ver en qué clase infierno estaba atrapado? No pensé, solo escribi. "Sabrina, zestás loca? ;Volaste a tu casa sin decir una palabra? Eso es realmente maduro." "iCrees que puedes volver a tu antigua vida como si nada hubiera pasado? Diste a luz a mi hija, nuestra hija, así que no puedes simplemente largarte." "Si vuelves, no estaré tan enojado, zvale? Las parejas se pelean. Sé que podemos arreglar esto." "Tranquila, no me casé con Beatriz, todo fue un show. Te lo dije, siempre serías mi única sefora Vélez." Presioné y envié los mensajes. Esperé. Un dia entero y una maldita noche. ---- Pero nada, ni Ilamadas, ni mensajes, ninguna sefial de que siguiera al otro lado. La Ilamé tantas veces que perdí la cuenta, el tono se volvió el único ruido de fondo en mi oficina. Después de terminar lo que podía en el casino, tomé una decisión que había estado evitando, fui a nuestro apartamento, nuestro hogar. Sabrina no podía haberse ido así, no de esa manera. Pero cuando Ilegué, me quedé paralizado, El casero estaba afuera, colocando un cartel fresco de "VENDIDO" en el jardín delantero, Me acerqué furioso. -; Quién demonios vendió este lugar? Parpadeó. -La sefiorita Márquez en persona, sefior Vélez. Hace dos días. iDos dias? Mis piernas se debilitaron. ;Sabrina vendió nuestro hogar justo cuando le envié el mensaje diciendo que volveria después de arreglar todo? Pateé la puerta para entrar. El interior estaba completamente vacio, despojado, sin muebles, sin arte, sin los dibujos de Ely pegados en el refrigerador, sin sefiales de vida. La sala, que antes estaba cubierta de fotos que Sabrina habia tomado de los tres, de nuestros viajes, nuestras mafianas desordenadas y los momentos especiales de Ely, estaba desierta. El tablero de recuerdos que clavamos juntos seguía ahí... pero quemado. Fotos medio calcinadas se aferraban al marco entre cenizas. ---- Sabrina no empacó esos recuerdos, sino que los destruyó. Recordé su sonrisa, cámara en mano. -Tomo fotos para recordar los días buenos-solía decir-. Para no olvidar lo lejos que hemos Ilegado. Cientos de fotos, ahora solo eran bordes ennegrecidos. Una segunda ola de debilidad me golpeó; eso no era una rabieta, no era Sabrina intentando Ilamar mi atención, era su despedida. Por un segundo, el corazón se me atascó en la garganta, hasta que escuché un ruído. -Sabrina? -susurré, cruzando la habitación-. Has vuelto? Por favor, no desaparezcas así otra vez. Abrí la puerta de golpe y alguien se lanzó a mis brazos, pero no era Sabrina. Era Beatriz. Mis manos se tensaron en su cintura. - Qué demonios haces aqui? Ella me miró con los ojos Ilenos de lágrimas, su voz temblorosa. -Pensé que vendrías aquí... no estabas en el casino ni en la mansión Vélez, así que me preocupé. Arturo, za dónde fuiste? Pensé que me habías dejado. Su voz se quebró. -Estoy embarazada, no puedo soportar ese tipo de estrés No tenía tiempo para eso, por lo que la empujé. -Tengo cosas que hacer. No me sigas. -iArturo, estamos casados! No puedes simplemente irte. iDeja de ---- perseguir a esa zorra! jAhora eres mío! Me agarró del brazo como si su vida dependiera de eso. Me giré, con los ojos afilados. -Suéltame. Su agarre se apretó y exploté. -Deja de ser una perra, Beatriz -le solté-. ;No conseguiste todo lo que querias ya? ;O de verdad fuiste tan ingenua para pensar que me casaría con las sobras de mi tío? Ella retrocedió como si la hubiera abofeteado. -Nuestro matrimonio fue un show, un castigo por lo que me hiciste, Y ahora el telón ha caído. La empujé con fuerza. -Lárgate de mi camino antes de que te obligue a hacerlo. Su voz temblaba. -;Qué show? ;De qué demonios hablas? No respondí, ni miré atrás. Porque cada segundo que perdia con ella era un segundo que no dedicaba a buscar a Sabrina. Saqué mi teléfono. -Consígueme todo lo que puedas sobre Sabrina Márquez, dónde ha estado y qué ha hecho en las últimas 72 horas. Además, reserva el próximo vuelo a Las Vegas. El más rápido disponible. -sí, jefe. Beatriz seguía Ilorando detrás de mí mientras subía a un taxi. Cuando el taxi pasó por Times Square, vi a una pareja besándose bajo el muérdago, con las manos entrelazadas como si no existiera nada más. ---- Recordé cuando esos éramos nosotros; Sabrina y yo. Antes de que lo arruinara todo.
