---- Capítulo 9 Perspectiva de Sabrina Nuestro vuelo salió antes de lo previsto. Una pequeãa bendición, en realidad. Cuanto antes saliéramos de Nueva York, mejor. Cuando aterrizamos en Las Vegas, las luces de la ciudad ya comenzaban a brillar de esa manera famiíliar y mareante, como promesas de neón extendiéndose por el desierto. Reservé un hotel, ya que Ely y yo aún tendríamos otro vuelo al día siguiente; Las Vegas nunca fue nuestro destino final. Ely y yo subimos a la parte trasera de un taxi, el conductor tarareaba para si mientras un segmento de chismes crepitaba por la radio. -cPuedes creer que Arturo Vélez huyó de su propia boda de Navidad? -iNo puede ser! -Te lo juro, dejó a la novia en el altar. Además, ella está embarazada. -Beatriz Vélez, , verdad? ;Su tía? Bueno, ex tía. En su día, estuvo casada con su tío. -Sí, y aparentemente, la família Vélez queria mantenerlo todo entre familia. Dicen que Beatriz está embarazada de un nifo. -Entonces, ;por qué la dejó? -Mi fuente dice que salió corriendo para perseguir a su exnovia, una tal Sabrina Márquez. ---- -Sabrina quién? -No la conoces? Estuvo con Arturo durante afios, se mudó a Nueva York con él. Se rumorea que no pudo manejar su "situación" con Beatriz y se largó. -Espera, escucha esto. Ella tuvo una hija con él, una niia. -Jesús, es un drama total. -Así es la gente rica. Son otra raza. La radio cortó a un comercial, Ileno de risas y comentarios sarcásticos. Miré por la ventana, apretando las manos alrededor de la forma dormida de Ely. Mi corazón era un nudo de calor y dolor. 2É! huyó de su boda? La misma boda a la que había accedido. -Mami... -Ely me miró parpadeando--. zEstán hablando del sehor Vélez? Nifa lista, incluso medio dormida, reconocía su nombre. -Si -susurré, apartándole el cabello-, pero nada que nos importe. Solo cierra los ojos, carifio. Yo estoy aqui Ella se acurrucó contra mi pecho, sus suaves respiraciones pronto se convirtieron en suefio. Pero mi mente... mi mente seguía dando vueltas. La abracé mientras el taxi serpenteaba por la ciudad, el neón y los recuerdos se difuminaban tras las ventanas. Llegamos al hotel en menos de treinta minutos. ---- Después de arropar a Ely en la cama, salí al balcón y marqué el número de Ana. Contestó al segundo tono, con la voz Ilena de energia. -iHola, carifio! Queria Ilamarte para decirte que volaré a Nueva York la próxima semana. Llegaron algunos envíos nuevos y. Se detuvo. -Espera. ;Cómo está Ely? ;Y Arturo? Vacilé. Y ese silencio fue suficiente para Ana. -eQué pasa? -su tono de voz bajó, perdiendo toda alegria. -Ya no estoy en Nueva York -dije suavemente-. Estoy en Las Vegas. Silencio. -;Crees que podrías enviar un avión a recogerme? -pregunté-. Mafiana? Para el mundo, la familia Márquez manejaba casinos en Las Vegas. Pero en realidad, la mayor parte de nuestra operación estaba en México, así estábamos más cerca de las granjas, los envios y los números que no poníamos en papel. Conocer a Arturo había sido un desvio, uno hermoso y temerario. Nunca le conté mucho sobre mi famiília. Porque cuando se trata de gente como nosotros... aprendemos a enterrar la verdad bajo encanto y seda, desde muy temprano. Nunca sabes quién podria estar escuchando. -Claro que puedo -respondió Ana con rapidez-. ;A las once te parece bien? ---- Asentí, aunque ella no podía verme. -Sí. Perfecto. Hubo otra pausa. -Entonces... ;se acabó? ;Con él? -Sí -susurré-. Y no voy a volver. Sentí su inhalación, como si se contuviera de decir un "te lo dije". Pero solo comentó. -Sabrina, tomaste una decisión y ahora estás tomando otra nueva. Eso es una demostración de fuerza, no una debilidad. Miré el horizonte, en silencio un momento. -Solo... siento no haberte escuchado antes. Me lo advertiste, dijiste que un hombre como Arturo nunca me elegiría por completo. -Y ahora te has elegido a ti misma -agregó Ana con suavidad-. Eso es lo que importa. Y no tienes que disculparte, nifia. Suspiró suavemente. -Me alegra que ahora lo veas. Vuelve a casa, Sabrina. Regresa a donde estás segura, donde todos te quieren. Quiero que Ely y tú descansen, que nos dejes cuidarlas por una vez. é Me lo prometes? -Te quiero, hermana -susurré, Y con eso, terminé la Ilamada y regresé a la habitación del hotel. Ely estaba acurrucada bajo las sábanas, su pequeõo cuerpo subia y bajaba en respiraciones lentas y tranquilas. Su mano descansaba junto a la mejilla, aferrando su zorro de peluche favorito. Con solo verla tan calmada... se alivió algo del peso dentro de mí. Ahora, las cosas solo podían mejorar. ---- Estábamos fuera del alcance de Arturo. Y volveríamos a casa. El vuelo a México fue suave, casi sin esfuerzo. Ana había enviado uno de los aviones familiares para recogernos; elegante, de primera línea, aún más lujoso de lo que recordaba. Debieron haberlo mejorado desde que me fui. Ely estaba encantada; corría entre los asientos, riendo, probando cada aperitivo del menú. La azafata la elogió, y ella le dio una de sus sonrisas radiantes, de esas que podrían detener el tiempo. -iMami, mira! -exclamó, presionando su rostro contra la ventana-. cEs México? Me incliné, viendo la tierra extendiéndose abajo. -Sí, carifio. Ese es mi hogar.
