---- Capítulo 12 En una región remota, en medio del fuego cruzado de la guerra, Elsa se movía entre los heridos con las manos llenas de sangre y el uniforme empapado de sudor, tierra y esfuerzo. Solo cuando llegó el relevo, soltó un suspiro tembloroso y se permitió aflojar los hombros. Se dejó caer sobre una caja de municiones vieja, cubierta de polvo. Mientras se masajeaba las piernas entumecidas, su mirada se perdió en el horizonte, donde el humo de los combates aún flotaba en el aire, como un recordatorio de que la tregua era solo temporal. Cuando dejó su país, Elsa solo quería seguir con sus estudios. Pero las heridas que Ilevaba por dentro eran demasiado profundas. Luchaba contra el insomnio, la ansiedad, la caída del cabello... y las noches estaban plagadas de pesadillas que no la soltaban. Fue entonces cuando conoció el proyecto Misión Amanecer. Sin pensarlo dos veces, se unió al equipo médico que operaba en zonas de conflicto. Desde entonces, su vida se volvió una rutina agotadora, intensa, pero al menos...lo suficientemente dura como ---- para no dejarle tiempo de pensar en lo que había vivido. -RiElsa! jTe tengo buenas noticias! -gritó Lorena, su compafiera de brigada, acercándose con paso rápido y una sonrisa emocionada. -iFirmaron el alto al fuego? - preguntó Elsa de inmediato, con una chispa de esperanza en los ojos. -iAy, ojalá! No, todavía no... Eso sería un milagro. Pero llegó un especialista nuevo en comunicaciones. Dicen que está guapísimo y que tiene pinta de millonario... La expresión de Elsa se apagó de golpe. Bajó la vista, y el interés se esfumó por completo. Había amado a una sola persona. Y fue precisamente esa persona quien más la rompió. Lorena, que conocía algo de su historia, intentó animarla con su mezcla habitual de buen humor y ternura: -HMira, Elsa... las heridas del corazón solo se curan con amor. Todas tenemos un idiota en el pasado. Pero tú eres fuerte, generosa, increíble. Algún día alguien va a ver todo eso y te va a cuidar como mereces. Elsa apenas reaccionó. Solo cuando Lorena tiró de su ---- brazo para arrastrarla a "espiar" al famoso recién llegado, respondió con una sonrisa leve: -Anda tú. Yo de verdad no tengo fuerzas esta noche. - Ni por curiosidad? iNada? - Nada. Hoy solo quiero dormir. Lorena alzó las manos en sefial de rendición, pero antes de irse, lanzó con picardía: - Bueno, prepárate, porque si está como dicen... te cuento todo con lujo de detalle. AAA Esa misma noche, los bombardeos volvieron a sacudir la zona. Elsa despertó de golpe, aún con el corazón en la garganta. Se puso lo primero que encontró y salió corriendo del refugio, con el pulso acelerado y los sentidos alerta. Afuera, el caos era total. Gritos, humo, luces de emergencia cortando la oscuridad. Los heridos eran evacuados a toda prisa. En medio del alboroto, alguien gritó cerca: -iAllí! jHay otro más, junto a los tanques! ---- Elsa no lo pensó dos veces. Corrió hacia esa dirección, esquivando escombros, charcos de sangre y explosiones que hacían vibrar el suelo bajo sus pies. Estaba a punto de llegar al herido cuando una detonación estalló muy cerca. Un estruendo ensordecedor y una Iluvia de metralla cortaron el aire como cuchillas. Y justo en ese momento, una silueta apareció de la nada. Un cuerpo alto, firme, la cubrió por completo, rodeándola con los brazos. La abrazó con fuerza, protegiéndola del impacto.