---- Capítulo 13 Los fragmentos de metralla le dieron de 1leno en la espalda. El impacto fue brutal, dejando heridas profundas que de inmediato empezaron a sangrar. Aun así, el hombre no se movió. Apenas soltó un gruífiido contenido mientras apretaba los dientes con fuerza. -Aquí no es seguro. Ven conmigo - murmuró con voz grave y entrecortada. Antes de que Elsa pudiera reaccionar, él ya la había tomado con firmeza del brazo y la Ilevó de regreso al campamento. Solo bajo la luz tenue de la tienda médica, Elsa pudo ver con claridad la gravedad de las heridas. La camisa empapada en sangre se pegaba a su espalda, y entre los cortes se alcanzaba a ver incluso parte del hueso. - No te muevas. Tengo que limpiarte esto -dijo ella con firmeza, sin dudar. Él no se opuso. Elsa trabajó en silencio, con una concentración casi quirúrgica. Cortó la tela con cuidado, extrajo cada pedazo de metralla con pinzas, desinfectó las heridas y vendó la zona lo mejor que pudo. Ni un solo temblor en ---- sus manos. Ni un solo error. Fue entonces cuando notó que él Ilevaba una máscara negra que le cubria la mitad del rostro. -Por qué la máscara? - preguntó, sin poder ocultar la curiosidad. -Tuve quemaduras... No quiero asustar a nadie - respondió él, con la mirada perdida y la voz apagada. Antes de que Elsa pudiera agradecerle por haberla salvado, apareció Lorena, jadeando de la carrera. -iElsa! jDime que le viste la cara! éSílo viste? áSílo viste? -iQué cosa? - REl experto en comunicaciones del que te hablé! El que está guapísimo. á Le viste bien? Elsa negó con la cabeza. - Me dijo que tiene quemaduras en el rostro. No quiere que nadie lo vea. Lorena abrió los ojos como platos. Luego frunció el cefio con desilusión. - iEn serio? Pensé que era solo para hacerse el ---- interesante... Pero entonces, festá todo deforme o qué? -Lorena, no digas eso -le reprochó Elsa con seriedad -. Alo mejor se lastimó en combate. Merece respeto. Lorena se encogió de hombros y se marchó en silencio. Tres días después, los enfrentamientos dieron una tregua. El equipo médico aprovechó ese respiro para quedarse y atender con calma a los heridos. Fue durante esos días tranquilos que Elsa empezó a notar algo raro en el hombre de la máscara. Siempre andaba cerca. No hablaba mucho, pero parecía estar pendiente de cada uno de sus movimientos, como una sombra que no se alejaba. Él le había salvado la vida, y por eso ella comenzó a tratarlo con más amabilidad. A veces incluso le sonreía, aunque algo en su interior no terminaba de encajar. Con el paso de los días, esa sensación fue creciendo. Había algo en la forma en que se movía, en el tono de su voz, en cómo evitaba mirarla de frente... algo que le provocaba una punzada en el pecho. Algo demasiado familiar. "No, no puede ser" pensó, mordiéndose el labio. ---- Diego estaba comprometido con Olga. No tendría sentido que estuviera allí, en medio de un conflicto armado, poniendo su vida en riesgo. Era absurdo. ;O no tanto? Desde lejos, Diego la observaba en silencio. Sus pufios se apretaban sin que él lo notara. Había cruzado medio mundo para encontrarla. Y cuando por fin la vio, algo dentro de él se quebró. Quiso correr a abrazarla, pero se contuvo. Sabía que si se acercaba demasiado, podía romper lo poco que a Elsa le quedaba enpie. Por eso decidió no decir nada, esconder su rostro y su nombre. Acompafiarla desde las sombras, aunque eso lo estuviera matando por dentro. Pero entonces notó que Elsa comenzó a evitarlo. éSe habría dado cuenta? Estaba lleno de dudas. De miedo. Pero no hubo tiempo para aclarar nada. Esa noche, la estación de comunicaciones fue atacada. A pesar de que su identidad era falsa y no tenía por qué exponerse, Diego se presentó como voluntario para ir al frente. Su contacto, al verlo, palideció. - Sefior Cruz, justed no tiene por qué hacer esto! jsu ---- papel era solo estar aquí, simular! jNo tiene que arriesgar la vida de verdad! Diego lo miró fijo, sin parpadear. -iQuién te dijo que vine a fingir? Él no estaba allí por obligación ni por apariencia. Había venido a buscar redención. Si morir en esa guerra era el precio por todo lo que le hizo a Elsa, lo aceptaba. El contacto, nervioso y desesperado, corrió a buscar a Elsa. Quería contarle todo. Pero antes de dar con ella, llegó la noticia desde la línea de combate: - Atacaron la estación. Hubo muchas bajas. Y hay tres desaparecidos... entre ellos, el especialista en comunicaciones. El que siempre llevaba una máscara.