---- Capítulo 14 Elsa corrió junto al equipo hacia la zona del desastre, conlos ojos buscando desesperadamente entre el humo, los escombros y los cuerpos. No supo cuánto tiempo llevaba así hasta que lo vio: un hombre tendido junto a una camioneta destrozada, a punto de ser subido a una camilla. En ese instante, la máscara negra cayó al suelo, dejando al descubierto su rostro. - No manches... jqué guapo! -soltó Lorena, sin pensar. Elsa bajó la mirada, y al ver ese rostro, el aire se le atoró enla garganta. Era Diego. Como si hubiera sentido su presencia, él abrió los ojos de golpe. No dijo nada, solo extendió el brazo y le tomó la mufieca con fuerza, temblando pero firme. -Elsa, no te vayas... Lorenalos miró con la boca abierta. - iSe conocen? Elsa no respondió. Intentó soltarse, pero la mano de Diego no cedía. Era como si su piel la hubiera reconocido ---- antes que su mente. Así, en silencio, con miradas que no sabían dónde posarse, volvieron juntos al campamento. Elsa quería alejarse, pero Diego, terco como siempre, insistió en que solo ella lo atendiera. Lorena, resignada, levantó las manos. - Bueno, por lo menos hazlo por humanidad... jo porque está buenísimo! Elsa no contestó. Se limitó a abrir el botiquín, limpiar las heridas y empezar a vendarlo sin decir palabra. Diego no le quitaba los ojos de encima, hasta que, por fin, murmuró: -Elsa... Pero apenas pronunció su nombre, ella le apretó con rabia una herida recién suturada. Diego soltó un gemido ycerró los ojos de dolor. Aun así, ella no se detuvo. Creyó que lo había superado, que el tiempo había enterrado todo bajo los escombros de lo que fue. Pero al verlo ahí, tan cerca, su mente se 1lenó de imágenes: los videos, las humillaciones, el ardor del chile en la garganta, los empujones, las risas... y Diego, viéndolo todo sin hacer nada. ---- éY ahora aparecía así, como si nada? iComo si todo pudiera borrarse con una simple mirada? Los dedos de Elsa se clavaban en las vendas, con una fuerza que parecía venir del fondo de su alma. Solo cuando vio el sudor resbalando por la frente de Diego, lo soltó. -PListo -dijo con voz seca-.Me voy. Se giró para marcharse, firme. Pero Diego, en un impulso desesperado, se incorporó de golpe. La tomó del brazo y la empujó contra la camilla, jadeando por el esfuerzo. -iéQué te pasa, Diego?! -reclamó Elsa, forcejeando para soltarse. -iElsa! -exclamó él, con la voz tensa y el cuerpo temblando por el dolor - . Vámonos de aquí. Ya terminé todo con Olga. Cuando volvamos a Ríoalto, me caso contigo. Haré la boda más grande del país, si eso es lo que quieres. Elsalo miró con frialdad, como si las palabras no pudieran tocarla. -éY qué te hace pensar que yo quiero volver contigo? ---- Su tono fue duro, sin espacio para dudas. --La Elsa que te amó... ya no existe. Murió aquella noche. Y fue por tu culpa. Hizo una pausa, respiró hondo, y continuó: - Si tú hubieras pasado por todo lo que yo pasé... dlo perdonarías? Diego se quedó callado. Tragó saliva. Abrió la boca, pero no salió ninguna palabra. Los recuerdos lo aplastaban. Elsa se soltó de su agarre y dio un paso atrás. Su voz fue clara, firme, sin titubeos: -La Misión Amanecer sigue. Yo me quedo. Tú no tienes nada que hacer aquí. - No te amo, ni te odio. Solo... ojalá nunca te hubiera conocido. Diego cayó de nuevo sobre la camilla, sin fuerzas. Intentó levantarse, pero el dolor lo derrumbó. Aun así, apretó la mandíbula y gritó: - iNo espero que me perdones! jPero tampoco voy a perderte otra vez! jYa te encontré, Elsa! jNo voy a dejarte ir! Elsa no respondió. Ni siquiera lo miró. Se dio media ---- vuelta y se fue, sin mirar atrás. Creyó que con eso bastaba. Que Diego, herido y agotado, por fin la dejaría en paz. Pero al día siguiente, cuando salía rumbo al bafio, varios hombres la sorprendieron. Le taparon la boca con un trapo empapado, y en cuestión de segundos... todo se volvió negro. Cuando despertó, ya no estaba en la zona de guerra. Estaba de vuelta en Ríoalto.
