---- Capítulo 9 Aquel día, Diego había acompafiado a Olga al hospital. Antes de irse, les pidió a sus amigos que le dieran un pequefio susto a Elsa, solo para bajarle los humos. Nada grave - pensó- , un escarmiento leve, tal vez con agua picante. Jamás imaginó que llegarían tan lejos. Que casi la mataran. Olga, al ver lo que salía en la pantalla, se quedó sin aliento. La cara se le desfiguró del susto. Corrió al panel de control, desesperada, apretando botones sin saber lo que hacía. -iApáguenlo! jQuítenlo ya! -gritó, casi en pánico. Pero lo único que logró fue subir el volumen. Los gritos de Elsa, mezclados con las risas asquerosas de sus agresores, retumbaron por todo el salón. La fiesta se suspendió de inmediato. Los invitados fueron evacuados. Solo quedaron Olga, Diego y los responsables de la agresión. Olga temblaba de pies a cabeza. No podía articular palabra. Y cuando Diego la miró, se sintió desnuda, expuesta. - 7Yo... yo nunca quise que le hicieran daho -balbuceó ---- - . Tenía miedo de que aún sintieras algo por ella. Siempre la defendías en la universidady... -iLo del chile no fue idea mía, lo juro! -sollozó, al borde del colapso. Los demás intentaron cubrirla de inmediato: -Es cierto, Diego. Olga no sabía nada de eso. -Solo queríamos vengarla. Elsa siempre la hizo sufrir... - Y tú también odiabas a Elsa. Pensamos que esto te iba a parecer justo... No alcanzaron a terminar. Diego alzó de golpe una silla pesada y la estrelló contra la pared. El estruendo heló la sangre a todos. Se lanzó directo sobre el tipo que más se había ensafiado con Elsa. Lo tomó del cuello y lo estampó contra la pared sin decir una sola palabra. -iEstás loco! - gritó uno, tratando de intervenir-. j Todo fue por ti! -RiElsa estuvo jodiendo a Olga por afios! Solo le dimos una probadita de su propia medicina. éY ahora te indignas? Pero Diego no escuchaba. Un golpe. Otro. Y otro más. El ---- rostro del tipo quedó irreconocible bajo la furia. Los demás solo miraban, paralizados. Nadie se atrevía a moverse. Antes pensaban que Diego solo había usado a Elsa para vengarse. Pero ahoralo entendían. Él nunca quiso hacerle dafio. Desde el principio...la había lIlevado en el corazón. Sin levantar la vista, Diego pisó con fuerza el rostro ensangrentado del hombre. Luego, sacó una navaja del bolsillo. La lanzó al suelo frente a ellos. --Cada uno... con la mano que tocó a Elsa... córtensela. O lo hago yo. El silencio fue total. El miedo se metió en cada rincón como una sombra espesa. Olga, al ver la escena, se desplomó al instante. Cuando volvió en sí, los agresores ya no estaban. Sus padres la rodeaban, intentando calmarla. - PDiego... - suplicó su padre, con voz tensa- . éDe verdad vas a cancelar el compromiso por culpa de Elsa? -Esa chica no es ninguna santa. jPlaneó ese secuestro! ---- Si no fuera porque pagaste de inmediato, Olga estaría muerta. ;Cómo puedes defenderla? -RiElsa lleva afios haciéndole la vida imposible a Olga! é Y ahora que le tocó sufrir un poco, resulta que es injusto? Olga se incorporó como pudo y corrió hacia Diego. Le sostuvo la manga, desesperada. -iDiego, no le creas! jElla te manipuló, te mintió, te usó! - 2Yo soy la que siempre ha estado a tu lado. La que nunca se fue. Diego bajó la mirada. Observó su rostro empapado de lágrimas... pero no dijo nada. No mostró emoción, nada. Ese vacío en sus ojos le heló la sangre. Lo conocia desde hacía afios, pero nunca lo había visto tanlejos... tan inalcanzable. "iQué te hizo esa maldita?", pensó, con un nudo en la garganta. Llevada por la desesperación, Olga agarró un vaso de cristal y lo estrelló contra el piso. -iNo me obligues, Diego! Si cancelas este compromiso... jme mato aquí mismo! ---- Agarró un trozo de vidrio y lo presionó contra su mufieca. Un hilo de sangre comenzó a brotar. Finalmente, Diego se movió. Caminó hacia ella con calma. Le quitó el vidrio sin decir palabra. Sacó un paífiuelo del bolsillo y le envolvió la herida con cuidado. Olga sintió un rayo de esperanza. Tal vez aún le importaba... Pero entonces, él se inclinó y le susurró al oído, despacio, sin temblar: - Todavía no puedes morirte. - Primero vas a pagar por todo lo que le hiciste a Elsa. Justo en ese instante, la puerta del salón se abrió de golpe. Dos hombres fueron empujados con fuerza y cayeron a los pies de Olga. Ellalos reconoció al instante. Y al hacerlo... el color desapareció por completo de su rostro. Quedó tan pálida como una sábana.
