---- Capitulo8 La piel de Miguel era de una blancura inmaculada, tan fina y suave que casi brillaba bajo la luz tenue de la limpara. Me imaginé como se sentiria al tacto -quizés era tan delicada que incluso enrojeceria con la més leve presién. Su bata estaba mal cerrada, revelando de esta forma més de lo que debja. Desde mi posicién, podia ver con claridad la mitad de su pez6n, que sobresalia ligeramente en su pectoral bien definido. Todo en él mostraba los resultados de arduas horas en el gimnasio: musculos tonificados, piel tersa... y esos pezones palidos que, desde ciertos éngulos, dejaban entrever un tono rosado vergonzosamente atractivo. Solo de mirarlo, mi nariz se llené de su fragancia -una mezcla de jabon de almendras y algo esencialmente masculino. -Morder ese impresionante cuerpo debia ser una delicia-, pensé por unos minutos sin querer. -Y si llora... seria atin mejor. El solo hecho de imaginar esa escena hizo que mi rostro ardiera como brasa. Sacudi temerosa la cabeza con fuerza, como si pudiera desalojar esos pensamientos prohibidos. -Estoy borracha. Tal vez tengo que estarlo. De otra forma, mi mente no podria estar tan nublada. Me incliné para cubrirlo con la manta, pero al alzar la vista, me encontré con unos ojos oscuros y profundos que ya me observaban con intensidad. El susto me hizo perder el equilibrio, y cai directo sobre su torso. Mi cara se hundié en sus pectorales, y para mi horror, mis labios. rozaron ese maldito pezén que tanto me habia distraido. ---- Se me puso roja la cara. Intenté levantarme, pero el maldito sillén seguia moviéndose y volvi a chocar contra su pecho. Esto no es culpa mia, quise gritar. jEs el sillén el que me empuja contra él! Las manos grandes de Miguel se cerraron alrededor de mi cintura mientras él se incorporaba, estabilizando poco a poco el mueble. "Isabella... -su voz era dspera por el suefio, pero cargada de una ironia magnética que me hizo estremecer:- Qué pretendias hacer con exactitud? Levanté la manta como escudo, ocultando mi cara ardiente. -iS-solo queria abrigarte! -balbuceé. Su risa grave hizo vibrar su pecho bajo mis palmas. Solo entonces noté que seguia sentada en sus muslos. En un arranque de furia vergonzante, le arrojé la manta a la cabeza y escapé a mi habitacién como si me persiguieran demonios Dias después, ya adaptada a mis nuevas responsabilidades en la empresa, caminaba canturreando hacia el estacionamiento de mi edificio. Hasta que un dia de repente vi el auto de Diego. -Mala suerte-, pensé, calculando mentalmente los dias faltantes para recoger el divorcio definitivo en el juzgado. Pero fue Alejandro quien me esperé justo frente al ascensor, cruzado de brazos. ---- Papa me envié -dijo haciendo cara de pocos amigos, como si quisiera dejar claro que no venia por voluntad propia:- Quiere que me disculpe. Giré la cabeza con gesto altanero:-Lo de llamar mamé a Camila fue solo una broma. No sabia que... que de verdad habias perdido la memoria. Sus labios temblaron antes de afiadir:-Lo siento mucho. -No pasa nada -respondi en un ligero susurro. Alejandro gird la cabeza para mirarme, y sus ojos brillaron con un destello inesperado. Lo observé con calma antes de continua! No te preocupes tu padre y yo ya estamos divorciados. A partir de ahora, no tienes que disculparte conmigo por llamar mamé a quien quieras. -Camila pronto serd tu nueva madre. Es una buena persona, y ademés ya la quieres mucho. Tu vida seré mas feliz asi. Me siguié hasta la puerta de mi casa, pero no parecia tener intencion de irse. -{Necesitas algo mas? Si no, voy a cerrar. Sus ojos se abrieron asombrados, incrédulo ante mi indiferencia. -iYa me he disculpado! cY ni siquiera me perdonas? -jTe arrepentirds de esto! Las lagrimas asomaban en sus ojos, pero su mirada seguia siendo desafiante mientras la puerta comenzaba lentamente a cerrarse. Era la primera vez que yo lo trataba con tanta frialdad. ---- Desde el otro lado, su voz airada reson6:-jCuando recuperes la memoria y recuerdes quién soy, no esperes que te perdone! jNi aunque te arrodilles! La primera vez que escuché a Alejandro decir algo asi, me encerré en mi habitacién a llorar en silencio. En ese entonces, me consumian por completo las dudas: gAcaso habia fallado como madre? {Por qué mi propio hijo me rechazaba? ¢ Acaso no merecia ser madre? Pero ahora era diferente. Mi corazon permanecia con clama total. El profundo lazo entre Alejandro y yo se habia roto en el momento en que eligié a otra mujer como madre. A veces sospecho que Miguel intenta seducirme... aunque nunca tengo pruebas contundentes. Como en este preciso instante: alli esta él, vestido con ropa casual de estar por casa, preparéndome un café con esa calma que siempre lo ha caracterizado.