---- Capítulo 7 Fidel lucía herido. Tomé la mano de Mariana: -Vámonos. Hay un dicho que dice que es mejor criar que dar a luz. Aunque yo tuve un bebé muerto, al menos fue un parto natural, pero Mariana tuvo que someterse a un aborto y necesitaba recuperar sus fuerzas. Si seguía alterándose así, podría enfermarse gravemente. Si a nadie le importaba, a mí sí. Pero inesperadamente, Carlos me agarró la mufieca: -iNo puedes irte! Aunque el bebé se perdió por el incendio, jeres responsable del intento de suicidio de Katia! jTú y Mariana tienen que ir con Fidel a la comisaría para ser investigadas! Fidel pareció reaccionar también: -jEs cierto, no pueden irse! Katia siempre ha sido bondadosa y se lleva bien con todos sus amigos. jNadie más que ustedes, con sus celos irracionales, la provocaría de esta manera! Sacó las esposas. Me reí de su estupidez: - Acaso la caja tiene nuestros ---- nombres o números de teléfono? Fidel frunció el cefio: -No, pero... -éNo hay cámaras de seguridad cerca de la casa de Katia? La caja no apareció de la nada en su casa, alguien tuvo que entregársela o dejarla en su puerta, é ? nof Interrumpí con una risa despectiva: - Ustedes, un jefe de bomberos y un policía, que han estado con ella varios días, éno saben nada y nos preguntan a nosotras que hemos estado hospitalizadas por abortos? Los dos se quedaron sin palabras. En ese momento, sacaron a Katia en una camilla. -iKatia! -Carlos corrió hacia ella, seguido por Fidel. Katia habló débilmente, con lágrimas brillantes: -Lo siento, Carlos y Fidel, los preocupé de nuevo... Pero entonces, Fidel preguntó ansioso: -Esa caja de correo, ide dónde salió? - Sí, iquién te la dio? -Carlos también insistió - Fidel y yo hemos estado contigo estos días y no oímos ---- que nadie tocara la puerta. ;Cómo encontraste esa caja? Puse los ojos en blanco con una risa fría y me llevé a Mariana. ;Cómo podían ser tan estúpidos como para preguntarle directamente a Katia? jEl sexo realmente les había comido el cerebro! Katia se quedó perpleja. -Esto... no lo sé, simplemente desperté y encontré la caja en mi mesita de noche... -su mirada mostró cierta incomodidad mientras balbuceaba, y luego comenzó a quejarse- Ay, siento como si mi estómago estuviera ardiendo... Fidel la miró con una frialdad sin precedentes, como si fuera la primera vez que realmente veía cómo era. Carlos, con una expresión extremadamente compleja, se dio la vuelta y corrió tras nosotras: - jYolanda! Pero no nos detuvimos ni miramos atrás. - iYa entendí que hubo un malentendido, te malinterpreté! jNo te culpo por lo del bebé, volvamos a casa ahora, te cocinaré algo rico y en un tiempo podemos tener otro, ésí? ---- Carlos no se rendía y agarró la puerta del taxi que habíamos parado. Lo miré con apatía: - ;Malentendido? Casi muero en el incendio, perdí a mi bebé que estaba por nacer, sufrí un dolor insoportable, iy tú estabas ocupado en un trío con Katia, y ahora quieres reducir todo esto a un simple malentendido? ;E incluso quieres que vuelva a quedar embarazada? Carlos, é qué tan descarado tienes que ser para decir algo así?
