---- Capítulo 7 El territorio de la Manada Luna de Sangre se extendía alo largo de tres estados, empequefieciendo las modestas tierras de la Manada Sombra de Tormenta. Observando desde el auto de Emma, entendí por qué Guillermo y Catalina siempre le habían temido a Alejandro. -"Toda su manada podría caber solo en nuestros terrenos de caza - me explicó Emma mientras conducíamos-. Necesitan nuestros recursos para sobrevivir, madera, presas y rutas comerciales. - PBienvenida a casa, hermana -me dijo Alejandro cálidamente. -REste es tu nuevo hogar -me dijo Emma suavemente, guiándome hacia una extensa casa de piedra con un jardín privado- . Alejandro se aseguró de que tuviera todo lo que necesitas. El mejor sanador de la manada me visitaba diariamente, intentando curar las heridas que la plata había dejado en mi alma. Mi armario se 1lenó de vestidos que nunca usaría, ---- joyas que no podían reemplazar lo que había perdido. La primera mafiana, encontré a Raúl arrodillado fuera de mi puerta, con un ramo de rosas blancas. -Luz, por favor -me suplicó, con su voz quebrada - . Juro que no sabía lo que mi madre planeaba. Sara me dijo que Marcos estaba a salvo, y entrenando con tutores privados. Mi madre me dijo que estabas bien. Sus palabras resonaron por el jardín. -Cuando regresé y vi las marcas de plata en su cuello... -Se ahogó- . Habría muerto para salvarlo. Debería haber muerto yo en su lugar. Los guerreros de Alejandro se transformaron instantáneamente, rodeando a Raúl. - Merezco tu odio - continuó Raúl, incluso mientras los lobos se acercaban-. Pero Marcos no merecía morir por mi debilidad. Dedicaré mi vida a repararlo... - PQuítenlo de mi vista -les dije secamente. Fueron lo suficientemente gentiles para no matarlo. Lo hirieron lo suficiente para solo darle una lección. Al día siguiente, un sirviente me trajo un anillo. Eran ---- antiguos cristales curativos púrpuras engarzados en oro blanco, la posesión más preciada de Raúl. - PDice que es suyo -murmuró el sirviente-. El Beta dice que vale diez millones de dólares. Espera que muestre su arrepentimiento. Observé el anillo que podría haber comprado la libertad de Marcos, que podría haber salvado su vida. -Subástenlo -dije, dándome la vuelta- . Donen el dinero alos cachorros huérfanos de la manada. - i Qué quieres hacer ahora? -me preguntó Emma después del almuerzo, con su mano tomando la mía - . Alejandro y yo apoyaremos lo que elijas. Toqué el colgante de Marcos. - Quiero ser sanadora otra vez. Ambos parecieron sorprendidos. Incluso el rostro habitualmente estoico de Alejandro mostró interés. - Antes de emparejarme con Raúl -les expliqué, observando sus reacciones-, era la sanadora más joven de la Manada Sombra de Tormenta. La más joven en cincuenta afios en dominar el tratamiento del envenenamiento por plata. ---- Emma asintió con la cabeza alentadoramente. - Pero Raúl me quería en casa, segura, protegida. - Mi labio se curvó ante el recuerdo - . Así que abandoné mi profesión. Ahora... quiero sanar a los lobos que sufren envenenamiento por plata, como mi hijo. Alejandro asintió con la cabeza lentamente, con su presencia de Alfa Ilenando la habitación. - Y tus otros planes? - 2Ya están en marcha. - Sonreí fríamente, sacando una carpeta gruesa- . Envié la evidencia del crimen de Jamie al Consejo de la Manada. Hay grabaciones de seguridad, declaraciones de testigos, muestras de ADN la víctima, y las pruebas de que intentaron incriminar a un cachorro inocente por asesinato. Cada día, Emma traía nuevas actualizaciones sobre la implosión de la Manada Sombra de Tormenta. El escándalo de Sara y Jamie golpeó la manada como un huracán. Todos de volvieron contra ellos ferozmente, recordando cómo habían lIlorado a un cachorro inocente mientras el verdadero asesino seguía libre. ---- Catalina y Guillermo, destruidos por saber que habían asesinado a su verdadero heredero, le retiraron su protección por completo. Cuando llegaron los investigadores del Consejo, entregaron a Sara y Jamie sin dudarlo. -FCatalina no ha salido de su habitación en semanas - me informó Emma--. Dicen que aúlla a la luna cada noche, pidiendo el perdón de Marcos. El juício del Consejo de la Manada fue rápido: exilio permanente para Sara y Jamie. Ninguna manada los acogería jamás. Morirán como renegados, cazados por cada lobo que cruzara su camino. -Tlntentaron cruzar al Territorio de Garra Roja -me contó Emma--. Los guardias fronterizos reconocieron a Jamie, y apenas escaparon con vida. Raúl lo perdió todo. Su posición de Beta le fue arrebatada. Su oportunidad de convertirse en Alfa se hizo afiicos. - Pasa sus días borracho con vino de acónito -me dijo Emma suavemente---. Se la pasa suplicando a cualquiera que lo escuche sobre su hijo muerto. -Se lo merece -susurró Emma cuando me lo contó ---- - . Pero no es suficiente. Ni remotamente suficiente. Una noche durante la cena, Alejandro llegó a casa con un sobre grueso, su rostro excepcionalmente complacido. -Te traje un regalo -me dijo, deslizándolo por la mesa-. Telo has ganado. Dentro había un nombramiento oficial: Sanadora Jefe de la Manada Luna de Sangre. Mis manos temblaron mientras lo leía. -La manada ha observado tu trabajo -me dijo Emma con orgullo - . Han visto cuántas vidas has salvado, cuántos lobos has curado del envenenamiento por plata. Las lágrimas picaron mis ojos. Finalmente, alguien me prestaba atención, no como una compafiera, no como una víctima, sino como yo misma, como la sanadora que siempre debí ser. -Hay más -ahadió Alejandro, sacando otro documento de su chaqueta- . Esto acaba de Ilegar del Alto Consejo. Mientras lo leía, mis manos comenzaron a temblar. ---- Era un veredicto.
