---- Capítulo 9 -iRecibiste mi anillo? -me preguntó Raúl mientras entraba en las cámaras del Consejo, con su voz quebrándose-. Ese cristal curativo... valía millones. No sabía que había subastado su preciada reliquia familiar para los cachorros huérfanos. -Luz, por favor - Raúl avanzó tambaleándose-. Podemos empezar de nuevo, tener otro cachorro, ser una familia otra vez... Lo abofeteé, el golpe resonó por toda la cámara. -é Otro cachorro? ;Para reemplazar al que dejaste morir? - Solo vine a ver tu sentencia -le dije fríamente. Catalina se apresuró hacia adelante, su cabello plateado desalifiado, con su rostro aristocrático devastado por el dolor. - jLuz, por favor! jNo sabía que era mi nieto! jNunca le habría inyectado la plata si lo hubiera sabido! Cayó de rodillas, aferrándose a mi vestido con manos temblorosas. - |Perdóname! jMaté a mi propia sangre! jMi precioso nieto! ---- El pufio de Guillermo impactó contra el rostro de Raúl, dejándolo tirado suelo. -iEsto es tu culpa! -rugió, pateando a su hijo caído -. iTu debilidad destruyó a nuestra familia! |Tu cobardía mató a mi nieto! jDejaste que asesináramos a nuestra propia sangre para proteger al engendro de esa puta! Sara dio un paso adelante, con Jamie acobardado detrás de sus ropas gastadas. - Por favor, el Consejo no puede encarcelarlos a todos... La loba de Catalina explotó. Sus colmillos se hundieron en el hombro de Sara, desgarrando su carne y rociando sangre por todo el mármol. -íéTe atreves a mostrar tu cara? -grufió, con sangre goteando de su hocico. También atacó a Jamie con sus garras, y gritó - . jTú y tu bastardo asesino arruinaron todo! jMe hicieron matar a mi propio nieto! La sentencia del Consejo cayó sobre ellos. Los condenaron a cadena perpetua en la Prisión de Plata, y a una exposición diaria a agua mezclada con plata como castigo por la muerte de un cachorro inocente. ---- -Luz -llamó Raúl mientras los guardias se lo llevaban encadenado - . jPor favor! Lo arreglar haré cualquier cosa... -7Yalo hiciste -le dije suavemente, tocando el colgante de Marcos-. Tu sufrimiento es exactamente lo que Marcos se merecía. Cada día en esa celda de plata te hará recordar que esto es lo que permitiste que le hicieran a tu hijo. Vi cómo se Ilevaban a la nobleza de mi antigua manada. Los sollozos de Catalina, la rabia de Guillermo, las súplicas de Sara, los gemidos de Jamie. Y Raúl, mi antigua pareja, destrozado por sus propias decisiones. Emma apretó mi mano mientras salíamos. -Se acabó, hermana. -No -toqué el colgante de Marcos, sintiendo la presencia de mi hijo-. Esto es solo el comienzo de su infierno, y el comienzo de mi nueva vida. En silencio, le susurré al colgante: "iViste eso, bebé? Mamá les hizo pagar. Sufrirán cada día, justo como tú lo hiciste. Te amo, mi valiente lobito." ---- El colgante se calentó contra mi piel, y por un momento, juré que sentí la sonrisa de Marcos. Mi hijo finalmente podía descansar en paz.