---- Capítulo 4 Al oírme, Ana me lanzó una mirada sorprendida, pero, al ver que me mantenia serena, su expresión se relajó apenas un poco. -Qué bueno que lo tomes así, Ivana. A fin de cuentas, los Navarro no podemos quedarnos sin , zverdad? Menos mal que Nelson salió un hombre responsable. Si no fuera por él, ya habria perdido la esperanza de ver Ilegar un nieto. Mientras hablaba, le acariciaba el vientre a Elsa con una ternura casi maternal, Ilena de satisfacción. Pero para mí, todo eso no era más que una burla cruel. iResponsable? Si Eduardo pudiera verlo desde su tumba y supiera lo «responsable» que habia sido Nelson, dejando embarazada a su viuda, no sé cómo podría descansar en paz. Al notar que seguía en silencio, Elsa me dirigió una mirada tímida. -lvana... todavía estás molesta con nosotros? Yo solo queria tener un bebé. Esta casa se siente tan vacía, y me asusta quedarme sola... Su voz temblaba, y pronto rompió en un Ilanto suave, como si fuera ella la víctima de todo esto. Ana no tardó en alcanzarle un pafiuelo, y luego me miró con reproche. -lvana, una mujer que ni siquiera ha podido dar un hijo no está en condiciones de reclamar nada. El bebé que Elsa Ileva es sangre de los Navarro, y va a nacer. Te guste o no. Me quedé viendo la escena con frialdad, sin alterarme, y respondí con calma: ---- -Perfecto. De hecho, mejor le cedo mi lugar a Elsa. Así el bebé podrá Ilamarla «mamá» sin confusiones. Estaba por decir algo más, cuando Elsa se dejó caer de rodillas frente a mí, aferrándose a mi ropa, completamente deshecha en llanto. -lvana, sé que estás dolida, pero, por favor, piensa en el bebé. Es inocente... no dejes que le pase algo. No sabía si actuaba o si de verdad no entendía lo que yo había dicho. Con el ceão fruncido y justo cuando iba a ayudarla a levantarse, se escuchó una voz fuerte y furiosa que rompió el silencio: -iYa basta! Nelson Ilegó justo en ese momento. Al ver a Elsa arrodillada, Ilorando y suplicando por el bebé, no dudó ni un segundo en sacar sus propias conclusiones: pensó que yo le exigia que abortara. Se me vino encima sin decir una sola palabra, y me lanzó una patada directa al vientre, El impacto me sacó el aire de golpe. Perdí el equilibrio y caí al suelo junto con la silla, sintiendo cómo todo el peso del cuerpo me aplastaba contra las baldosas. Todavía me estaba recuperando de la operación, y ese golpe fue brutal. Un escalofrio me recorrió los brazos, y una punzada fuerte me atravesó el abdomen como un cuchillo. La vista se me nubló por completo. Alo lejos, apenas distinguía la voz de Nelson, gritando fuera de sí: - De verdad quieres que Elsa pierda al bebé? zjOtra vez conlo ---- mismo!? iNo te basta con lo que hiciste en el hospital! iNo tienes corazón! Me incorporé como pude, temblando. Busqué en el bolso, saqué el sobre con el acuerdo de divorcio y se lo lancé con toda la fuerza que me quedaba, directo a la cara. -Nelson... firma esto. Nos divorciamos. É! se quedó mirándome, paralizado, sin atinar a decir nada. Ni lo miré. Me di la vuelta y caminé como pude hacia la puerta. Pero, apenas habia dado un par de pasos, todo se volvió oscuro. Caí de nuevo al suelo, sin poder sostenerme. Y, justo antes de perder la conciencia, escuché las voces alrededor: -iEstá sangrando, rápido! -iLlamen a una ambulancia! -ilvana, Ivana!