---- Capítulo 6 Frente a las acusaciones descaradas de Diego, ya no tenía ganas de discutir. É nunca creía haber hecho algo mal. -Los papeles de divorcio se pueden imprimir cien veces en un minuto. No tiene caso que sigas evitándolo -le dije. Diego se levantó furioso, tirando la silla al suelo con estrépito. Caminaba de un lado a otro como un perro rabioso, tratando de calmarse. -Cariõo, si tanto te preocupa, puedo firmar un acuerdo o incluso hacer un testamento. Te prometo que no reconoceré al hijo de Lucia ni le dejaré herencia. 2Eso te tranquilizaria? Suspiré profundamente. ;Por qué seguía sin entender? Los bienes se podían dividir en un testamento, negro sobre blanco. Pero, ày los sentimientos? ;Acaso se podían controlar así de fácil? Viendo crecer al nifio, quizás pareciéndose cada vez más a él... La sangre Ilama, ;cómo no iba a conmoverse? Si aún confiara en él, sería la más tonta del mundo. -Diego, no me importa a quién quieras proteger por diez afios, con quién quieras tener hijos o en quién gastes tu dinero -le dije. -Te amé por ocho aíios, incluso soporté tu enredo con Lucia, creyendo que no podria vivir sin ti. Pero ahora he despertado y me doy cuenta de que no eres tan importante. -La única razón para divorciarme es que mi corazón ha muerto, ya no te amo. Es así de simple, 2 lo entiendes? Dije todo esto con mucha calma y racionalidad. Ya no suplicaba como antes, ni Iloraba desconsolada o enloquecia de celos. ---- Diego se dio cuenta y entró en pánico, quedándose atónito. Finalmente, con la excusa de tener que atender asuntos en la oficina, huyó precipitadamente. Realmente no lo entendía. Antes no me valoraba, y ahora actuaba así. No sería mejor divorciarse y estar con Lucía? ;O acaso le resultaba más emocionante y satisfactorio tener una esposa fiel en casa y un amante fuera? Empaqué mis cosas, dejé los nuevos papeles de divorcio sobre la mesa con una nota diciendo que me mudaría. La verdad es que no sabia adónde ir. Mis padres estaban lejos en mi ciudad natal, y habia perdido contacto con mis amigas de la universidad y del trabajo después de renunciar. Mientras me sentía perdida, se abrieron las puertas del ascensor y salió Carlos. -iKatia? ;Por qué Ilevas una maleta? -me preguntó, Dudé un momento, pero terminé contándole todo lo sucedido en los últimos días. -Bah -exclamó Carlos-. Tengo un pequeio apartamento, si no te importa puedes quedarte allí por ahora. Le dije que sería genial y que podría pagar el alquiler a precio de mercado, solo necesitaba unos meses para ponerme al día. -Yo... necesito encontrar un nuevo trabajo... No tengo tanto dinero disponible de inmediato -expliqué. Carlos se acercó y tomó mi maleta y mochila con cierta firmeza. -No seas tan formal conmigo. Por cierto, Katia, ztienes algún plan para buscar trabajo? ---- Negué con la cabeza, después de todo Ilevaba dos aíios fuera del mercado laboral y no estaba segura. Carlos sugirió que probara en su empresa, ofreciêndose a recomendarme internamente. -cEn serio? Carlos, muchas gracias. Si consigo el trabajo, definitivamente te invitaré a cenar! La entrevista fue sorprendentemente bien y empecé a trabajar oficialmente una semana después. Durante esos días, Diego no dejó de Ilamarme y enviarme mensajes como loco. No respondí a ninguno y terminé bloqueándolo por el acoso. La única razón por la que no lo eliminé por completo fue porque aún necesitábamos finalizar el divorcio. No sé cómo Diego se enteró de dónde trabajaba, pero comenzó a acosarme de otra manera. Hoy, otra vez Ilegó un ramo de flores y un elegante té de la tarde a mi escritorio. Le habiía dicho a Diego que estas cosas solo terminarían en la basura, que no gastara dinero ni esfuerzo. Me respondió rápidamente: "No importa, lo compré para ti, puedes hacer lo que quieras con ello". Incluso compartia diariamente en redes sociales sus pensamientos sobre elegir flores, acompatiados de cursis frases. "Las flores florecen cada afio, espero que nuestro amor también pueda florecer de nuevo". "; Qué importan seis aíios de matrimonio? Me gusta esta sensación de volver a cortejar a mi esposa". En ocasiones, incluso esperaba fuera del edificio de oficinas para ---- llevarme a casa después del trabajo. Esto me obligó a ir directamente al estacionamiento subterráneo para evitarlo yéndome en el auto de Carlos. Al final, no tiré estas cosas, sino que las repartí entre mis compateras de trabajo. Hoy, una colega que recibió las flores me dijo con envidia: -Katia, jenséfiame cómo atraer así a los hombres! Por un lado tienes a un guapo enamorado esperándote abajo, y por otro al hijo de nuestro director Ilevándote a casa. Me quedé perpleja. z Hijo del director? ;Quién? Mi compaiera se sorprendió aún más: -iCarlos! ;No lo sabías? Si hasta el gerente lo mencionó personalmente cuando te contrataron.
