---- Capítulo 5 Mis tres hermanos regresaron rápidamente a la sala de estar con su hermanastra Leticia. Pero antes de que esta pudiera seguir fingiendo decir algo, mi hermano mayor, César, hizo una Ilamada. -Ve de inmediato a congelar todas las tarjetas bancarias de Flora. -Además, quiero que me saques un informe de cada uno de sus gastos anteriores, y ve a revisar las viejas casas de mis padres. -iQuiero saber adónde ha ido en estos tres días y en qué ha gastado su dinero! Con la orden seria de César, colgó el celular. Una vez que obtuviera los registros, podría saber exactamente a dónde había ido durante esos tres días. iSeguro que me darían una buena lección! Me reí con desdén; probablemente César ya lo había olvidado. Antes, una decisión errónea suya casi Ilevó a la quiebra toda la empresa, y muchos accionistas retiraron sus inversiones. Cuando César estaba en un callejón sin salida, fui yo quien invirtió todo mi dinero para salvar la empresa Lo que incluía todo el dinero que mis hermanos me habían dado, así como las propiedades que mis padres me dejaron Ahora, sin mí, cómo pensaba obtener más financiación? Mi segundo hermano, Vicente, miró a su alrededor en la sala vacia y ---- resopló: -Flora es muy excesiva. Mientras estamos cuidando de Letícia con toda dedicación, solo sabe gastar, en vez de sufrir con nosotros en el sótano. -Voy a preguntar a los estudios; no quiero que hayan acogido a esa mocosa por m. Mi tercer hermano, Alonso, con una expresión sombria, dijo en voz baja: -También tengo varios estudios de arte; es posible que esté escondida en uno de ellos. César dijo en tono agresivo: -Ahora quiero ver a dónde puede esconderse. -Debemos sacarla y hacer que le pida disculpas a Leticia. Dicho esto, Vicente y Alonso se posaron al frente de ella. Mi alma permaneció al lado de César, quizás porque este último estaba más cerca de mi cadáver. Observando a mis dos hermanos marchándose, en los ojos de Leticia brilló un destello de envidia hacia mí. Se lanzó a los brazos de César. -Quizás Flora cree que no soy lo suficientemente digna de ser la hermanastra de ustedes. -Mejor me iré y regresaré cuando sea digna de ser su hermanastra... -Así Flora no tendrá motivos para ir en contra de mí, gverdad? ---- Al final de sus palabras, las lágrimas de Leticia cayeron sobre la mano de César. Este último, con gran compasión, le limpió las lágrimas y le dijo con ternura: -Leticia, tranquila. Cuando la encontremos, haremos que se arrodille y te pida disculpas. -A partir de ahora, mientras estemos aquií, ino podrá volver a ir en contra de ti! Leticia se acurrucó en el abrazo de César, y en sus ojos brilló una mirada astuta. Al ver a Leticia tan artificial, me puse furiosa y le di una patada. Pero no podía influir en la realidad. En ese momento, el celular de César sonó, y una sonrisa apareció en su rostro. Ya parecia que ya habían encontrado mi rastro, y su corazón que se sintió desgarrador se relajaba. -Sehor, en los últimos tres días no hemos encontrado ninguna pista sobre la sefiorita Jiménez, ni un solo registro de gastos. César se quedó rígido, sorprendido, y de repente sintió una inquietud. -iEso es imposible! ;Cómo es que no ha gastado nada en tres días? -Lo han hecho acaso a medias? ;No la han buscado hasta debajo de las piedras? -eTan pronto pudieron hacer el informe? iVayan a buscarla en serio! LEntendido? ---- César rugió como un león enfurecido, Ilenando la sala de su grito. Al otro lado de la línea, después de un largo silencio, la voz respondió lentamente: -Sefior, la seforita Jiménez no tiene cuentas personales; todas sus cuentas bancarias ya están vacias. -Incluso sus propiedades fueron donadas a la empresa cuando ocurrió la crisis. De repente, el corazón de César se hundió y, con un golpe, el celular que sostenia se cayó al suelo.