---- Capítulo8 Miguel, de repente, se sentó, sonriendo con sarcasmo. -iMuy bien dicho, debiste morirte tú! Cuando Miguel se fue, le advirtió a Rodrigo que reparara mi tumba, o usaría todas sus conexiones para destruir la família Pérez. No sé qué pensó Rodrigo. Estuvo tirado en el suelo por mucho tiempo. La brisa nocturna le levantaba el cabello de la frente, lo que me recordó a la vez que acampamos juntos. Esa noche, las estrellas brillaban más que las de esta noche. Fue esa noche cuando Rodrigo me dijo, de la nada: -Tsabel, iquieres ser mi esposa? Del gusto al amor, y del amor al odio, solo pasaron cinco aõos, fue todo demasiado rápido. Rodrigo se levantó de repente, mordió su dedo y escribió en la lápida: Rodrigo Pérez e Isabel Bravo, tumba de dos esposos. Luego, Rodrigo se metió en el hoyo que é! mismo había cavado, sonrió con alivio, sacó un cuchillo y se ---- cortó las venas de la mufieca. Vi cómo la sangre fluía de su mufieca. Sentí que no era correcto. No sé si fue una ilusión, pero Rodrigo estaba mirando hacia mí y, de repente, sus ojos brillaron. -Tlsa... por fin, te veo, te eché mucho de menos. Si hubiera sabido que podría verte antes de morir, no habría esperado tanto tiempo. El repentino contacto visual me dejó desconcertada. No sé por qué, aunque lIlevaba tanto tiempo siguiendo a Rodrigo después de mi muerte, cuando me llamó por mi nombre, sentí algo muy raro. - No hablas porque aún me odias? Lo siento mucho, de veras, no debería haberle creído a Estrella, pero ella ya está muerta, y nadie más interrumpirá nuestra vida. Isa, te amo, de verdad, te amo... Rodrigo trató de levantarse, pero no tenía fuerzas, la luz en sus ojos comenzó a desvanecerse. -Tlsa, si hay una próxima vida, te encontraré más temprano, te valoraré, y no cometeré los mismos errores. ---- -Tlsa, ime odias? Por instinto, le respondí. -2Ya no te odio, pero tampoco te amo. Pensándolo bien, parecía que Rodrigo no hizo nada mal, aparte de no amarme. No tenía suficiente razón para odiarlo. Rodrigo sonrió amargamente. - Pero, prefiero que me odies a que no te importe. La voz de Rodrigo se apagaba cada vez más, y lentamente fue cerrando los ojos. Mirando a Rodrigo, que ya estaba sin vida, solo dije una cosa. - Si hay una próxima vida, espero que nunca nos volvamos a encontrar. Mi espíritu ya era completamente transparente. Aunque era de noche, de repente, apareció una luz brillante que venía hacia mí. Caminé directo hacia aquella luz, sintiendo una calidez que hacía mucho no experimentaba. ---- Dentro de la luz, había un espejo, y vi la imagen reflejada en él. Miguel estaba de pie, frente a una imagen de Jesús, orando por mí, cerrando los ojos con devoción. -FEspero que Isabel Bravo consiga lo que tanto desea. Mirando el calendario en la pared; era antes de mi muerte. Entonces entendí que mi alma no se levantó inmediatamente después de mi muerte, porque todo esto era lo que él de veras deseaba. Quería ver a Rodrigo arrepentirse, quería que Rodrigo me amara. Mi deseo era simple, solo quería vivir en paz y felicidad, vivir en una ciudad con una persona que me amara hasta volvernos viejitos. Pero, aun así, le agradezco de corazón a Miguel. Espero que, sin mí en su vida, pueda dejar el pasado atrás y comenzar de nuevo, encontrar a alguien que lo ame por y para siempre. Al final, sigo con el remordimiento de no haberme despedido bien de Miguel. Debería haberle agradecido, él fue el que hizo que mi juventud no ---- fuera tan mala.