---- Capítulo 13 Esteban se marchó ese mismo día. Parecia haber envejecido varios afos en apenas unas horas. Fui yo quien le explicó a Lilia lo que habia ocurrido. -cEstás enojada con mamá por no dejarte verlo una última vez? - Le pregunté. Lilia negó con la cabeza, con esa madurez que ya se había vuelto parte de ella. -Tio Esteban nunca debió ser un padre. -Dijo en voz baja. -Así que no me importa. Establecí un negocio de cristales curativos junto a mis hermanas, tal como lo habia hecho antes con Esteban. Con el paso de los aõos, me convertí en la nueva alfa de la Manada Luna Plateada. Nuestra manada ganó prestigio por la calidad de sus cristales y sus excelentes propiedades curativas. Jamás engafiábamos ni a jóvenes ni a ancianos. Poco a poco, otras manadas comenzaron a apreciar nuestros productos y se abrieron canales de comercio. La fuerza económica de Luna Plateada creció de forma constante, los conflictos armados disminuyeron y nuestras habilidades de combate mejoraron gracias al entrenamiento regular. Afios más tarde, Ilegaron notícias de Esteban a través de mensajeros de la manada. Al parecer, tras regresar a la Manada Sombra Lunar, se negó rotundamente a completar la ceremonia de apareamiento con Victoria. Para resistirse, incluso se sometió a una cirugía de esterilización. ---- Pero eso no sirvió de nada. Solo aumentó el valor del hijo que Victoria Ilevaba en el vientre. Al final, bajo la presión de los ancianos, terminó cumpliendo con la ceremonia de apareamiento con ella. La abuela de Esteban, orgullosa de su supuesto buen juício, jamás imaginó que seria engafiada por alguien tan cercano. Las peleas entre ella y su nuera fueron constantes y brutales, provocando el caos en la casa y convirtiêndose en la burla de las manadas vecinas. Esteban nunca dejó de resentir e| haber sido obligado a casarse con Victoria. Un día, mientras ella no lo notaba, colocó hierbas abortivas en su comida. La criatura se perdió al instante. Victoria entoqueció por completo. Sin el bebé, no le quedaba ninguna esperanza de ganarse el afecto de Esteban. Desesperada, hundió una daga de plata en el corazón de é| y luego se quitó la vida junto a su cadáver. En sus últimos segundos, apretaba su mano ya fria mientras murmuraba: -Ahora si serás mio para siempre, Este episodio provocó un escándalo inmenso en la Manada Sombra Lunar, cuya reputación cayó en picada. Pero más importante que la reputación era la línea de sangre. La abuela de Esteban y los ancianos vinieron en varias ocasiones, intentando Ilevarse a Lilia para criarla como suya. Los rechacé cada vez. Finalmente, sin otras opciones, eligieron a un nifo de entre los huérfanos de guerreros caídos, el mismo grupo que una vez habian ---- despreciado. Pero para mí y para Lilia, esos asuntos ya no importaban. Cinco afios después de convertirme en alfa, me encontraba en la cima más alta del territorio de la manada, observando a mi hija entrenar con los jóvenes lobos. A sus doce aíios, Lilia ya mostraba signos de convertirse en una alfa poderosa. Su pelaje plateado -un rasgo raro incluso en nuestra línea de sangre- brillaba bajo el sol mientras superaba a sus primos. La amatista colgaba ahora de su cuello, irradiando una luz púrpura constante. La habia elegido como nueva heredera, tal como lo hizo conmigo alguna vez. .A veces, por la noche, cuando la luna estaba Ilena, sorprendia a Lilia mirando hacia el territorio de la Manada Sombra Lunar, con una pregunta muda en sus ojos. Sabía que recordaba a Esteban, recordaba haberlo Ilamado "papá". Los nifios no olvidan con facilidad. Pero las heridas sanan y los lazos nuevos se forman. Mi segundo al mando, un lobo fuerte y amable Ilamado Río, se convirtió en una figura paterna para ella. Pasaban horas juntos en el lago, él ensenándole a pescar con las garras, como lo hacían los lobos de Luna Plateada desde generaciones atrás. En cuanto a mí, la marca en mi cuello se habia desvanecido por completo. Ni siquiera quedaba una cicatriz que recordara lo que una vez fue. El dolor también se había desvanecido, reemplazado por la tranquila certeza de haber elegido el camino correcto. Luna Plateada floreció bajo mi liderazgo. Nuestra red de comercio de cristales se extendió incluso a manadas que antes considerábamos enemigas. La paz trajo prosperidad, y la ---- prosperidad nos trajo fortaleza. AA veces me preguntaba si las cosas podrían haber sido diferentes. Si Esteban hubiera tomado otras decisiones, si yo hubiera sido menos indulgente, si nunca nos hubiéramos conocido. Pero tales pensamientos no servian de nada. El camino hacia adelante era claro, libre del peso de lo que pudo haber sido. Lilia crecería para ocupar su rol como heredera. Yo seguiría guiando hasta que ella estuviera lista. Y el legado de nuestra línea matriarcal continuaria, más fuerte que nunca. La tragedia de Esteban y Victoria se convirtió en una simple advertencia, una historia susurrada sobre la ambición y la obsesión que terminaron en ruina. Y yo... por fin era libre. Completamente libre.
