Capítulo 40: ???? ???? ???? ???? ???? El rodaje de la película continuó con la trama de Jasper enamorándose poco a poco de Elizabeth. Hoy, Acton quería que rodaran una escena en la que Elizabeth rescataría a Jasper después de que éste se encerrara y quedara atrapado en su casa, lo que requería algunos movimientos aéreos, por los que Ángela estaba entusiasmada. «Angelo, ¿Estás listo?» Al oír la pregunta de Acton, Angelo dejó el guion a un lado, le hizo un gesto de OK y caminó frente al telón de fondo de la pantalla verde. El personal se reunió a su alrededor, algunos arreglándole el maquillaje y otros ayudándole a colgar el cable y el arnés. Juntos, le levantaron. Ángela sintió que la recorría una sacudida; siempre le habían gustado las montañas rusas y otras atracciones salvajes, pero la idea de estar en el aire con el suelo firme debajo de ella la mareaba de miedo y adrenalina. Decidió contonearse para asegurarse de que el arnés estaba lo suficientemente apretado. En cuanto se movió un poco, Ángela sintió que el arnés se deslizaba ligeramente hacia abajo. El miedo se intensificó y estaba segura de que tenía una expresión petrificada en el rostro. Al ver la expresión de estupefacción de Angelo, Acton pensó que tal vez tenía miedo de que lo elevaran a gran altura, como aquellos actores que acababan de empezar a trabajar en la industria del espectáculo. Así que se apresuró a consolarlo: «Angelo, no te pongas nervioso. Sólo tienes que hacer unas cuantas acciones sencillas y bajarás en un santiamén». Justo cuando Acton dejó de hablar, Ángela sintió que el arnés daba un tirón y se soltaba. Aunque sólo estaba a unos seis metros en el aire, Ángela se sintió como si estuviera cayendo desde un rascacielos. El mundo pasó borroso y ella supo que el dolor estaba a punto de llegar. Pasó rápido, pero lento, casi suspendido. Luego, el impacto. Ángela sintió que el hueso de sus brazos se movía dentro de su cuerpo al chocar contra el suelo. El colchón hizo poco por amortiguar su caída. Entonces, todo se volvió negro mientras el aire empujaba contra su rostro. Ángela cerró los ojos y esperó lo inevitable. La habitación era un absoluto pandemónium mientras el menudo cuerpo de Ángela caía al suelo. Varios miembros de la tripulación se apresuraron a tomarla, pero llegaron demasiado tarde. Había caído y se golpeó contra el suelo tumbada sobre su brazo roto como una muñeca de trapo. Acton intentó mantener la calma, pero las gotas de sudor de su frente lo delataban. Aunque ya se había encontrado antes con que sus estrellas se hacían daño en el plató, a ningún director le gustaba ver cómo se lastimaban de esta manera, cuando podía ser culpa de su equipo. Acton no quería ni pensar en Drake, se estremecía al pensar cuál sería la respuesta del hermano. «¡Rápido! ¡Llamad a una ambulancia!» gritó Acton, tratando urgentemente de calmar a todo el mundo. La ambulancia llegó en cinco minutos, y Ángela ya se había despertado para entonces. Sin embargo, tenía el ceño fruncido debido al dolor de su brazo roto. Los demás se sorprendieron al verla relativamente tranquila, sólo gimoteando de dolor cuando los paramédicos manipularon su brazo. La trasladaron con cuidado en una camilla, la sacaron en silla de ruedas y la llevaron al hospital. Ángela intentó mostrarse valiente a pesar de que el dolor de su brazo se intensificaba a cada segundo. La cabeza le latía con fuerza y sangraba ligeramente. Los paramédicos que la rodeaban intentaban ayudarla, pero Ángela pensó que sólo conseguían empeorar el dolor de su cabeza. Mientras la sacaban en silla de ruedas, Ángela intentó sonreír y saludar con la mano a los preocupados miembros de la tripulación que la observaban con lástima y miedo. Acton se acercó e inspeccionó el arnés. ¿Por qué se había roto? Sólo se aseguraba de utilizar el mejor equipo en sus platós para evitar accidentes como éste y, por supuesto, litigios. Frunció el ceño cuando vio el teléfono de Angelo a un lado de la habitación, junto con el resto de sus cosas. Aprovechando la oportunidad, Acton marcó rápidamente a Drake desde el teléfono de Angelo. Era mejor acabar con esto ahora que más tarde por si se enteraba por otra fuente o, peor aún, ¡Por las redes sociales!