---- Capítulo 4 Diego por fin me miró directamente, observando mi silla de ruedas, la expresión vacía en mis ojos, la forma en que mi ropa colgaba holgada sobre mi figura demacrada. - Esperanza -dijo, con la voz ligeramente entrecortada - . Yo... no sabía que estabas herida tan gravemente. Valentina apretó su agarre en el brazo de Diego, pero él se adelantó de todas formas, arrodillándose junto a mi silla de ruedas. -PLo siento mucho, te traje algo -dijo, metiendo la mano en el bolsillo para sacar una pequefia caja de terciopelo. Dentro había aretes de plata con forma de lunas crecientes con pequefios diamantes. Contemplé los aretes sin sentir ninguna alegría. Nunca había usado aretes: mi loba los encontraba irritantes. Valentina era quien amaba los aretes. --Cufiada -la voz melosa de Valentina 1Ilenó la habitación-. i Te gustan estos aretes? Venían de regalo con el bolso de lujo que Diego me compró ayer. éSabes, si tuvieras que comprarlos por separado, serían bastante caros? Antes de que Diego pudiera detenerla, me mostró la foto ---- de un bolso incrustado de diamantes que claramente valía miles, conlos aretes que Diego me había " comprado" tirados descuidadamente en una esquina como basura. Luego otra foto, en ella había dos manos entrelazadas: el distintivo anillo de Alfa de Diego era claramente visible en su dedo, y en la mano de Valentina, brillaba un enorme anillo de compromiso de diamante. Toqué mi dedo anular desnudo y respiré profundamente. El grufiido de mi padre resonó bajo en su pecho, pero Valentina parecía ajena al peligro que estaba provocando. Dirigió su atención hacia mis padres, sus ojos se enfocaron inmediatamente en los delicados aretes de diamante de mi madre. Valentina soltó una risa aguda. - Ay, Dios mío, esos aretes son bastante... ambiciosos - dijo, su voz goteaba falsa dulzura- . Parecen costar al menos cincuenta mil dólares. Probablemente no podrían pagarlos ni con el salario de un afio. El rostro de mi madre permaneció sereno, pero sentí el poder de Alfa de mi padre ondular por el aire. Valentina continuó, perdiéndose completamente las sefiales de advertencia. -Tengo que admirar la ---- estrategia, sin embargo. Criaron a una hija que pudo atrapar a un Alfa, eso requiere verdadera planificación. Esperanza tuvo tanta suerte de captar la atención de Diego. Se dirigió a mi padre con una sonrisa condescendiente. - Debe estar muy orgulloso de que su pequefio plan funcionara, aunque supongo que ya no importa mucho, é verdad? Se acercó más a mí, bajando la voz a un susurro destinado solo para mis oídos. -iQué tal, Esperanza? -sus ojos brillaron con satisfacción maliciosa- . (Se siente bien tener a tu hijo despedazado? El mundo se detuvo. Mi sangre se convirtió en hielo mientras miraba fijamente los crueles ojos de Valentina. En ese momento, todo encajó: su sonrisa satisfecha, el momento del ataque, el hecho de que la manada rival sabía exactamente dónde encontrarme. -Fuiste tú -susurré, mi voz apenas audible-. Tú hiciste que me atacaran. La sonrisa de Valentina se amplió, confirmando mis sospechas sin palabras. ---- Una rabia que nunca había conocido explotó por mis venas. Me levanté de un salto de mi silla de ruedas y le di una bofetada con cada onza de fuerza que me quedaba. Valentina se tambaleó hacia atrás, su mano voló hacia su mejilla enrojecida antes de dejarse caer deliberadamente al suelo. Inmediatamente se agarró el estómago, su rostro se contorsionó en aparente dolor. -iMi hijo! - gimió, acurrucándose en el suelo del hospital-. jDiego! jEstá tratando de matar a mi bebé! Diego se precipitó hacia adelante, cayendo de rodillas junto a Valentina y recogiéndola en sus brazos. -éQué demonios te pasa, Esperanza? -rugió, sus ojos ardían con furia mientras me miraba- . Valentina vino a ver cómo estabas por bondad, éy así es como le pagas? -éBondad? - Me reí, pero sonó quebrado incluso para mis propios oídos - . Diego, ella acaba de admitir que organizó que me atacaran. jElla es la razón por la que nuestro hijo está muerto! - iEstás loca? ;Cuándo estuviste embarazada? -la voz de Diego estaba llena de disgusto mientras ayudaba a Valentina a ponerse de pie- . Deja de intentar trucos. Valentina nunca haría tal cosa, claramente estás teniendo algún tipo de colapso. ---- Valentina se apoyó pesadamente contra Diego, las lágrimas corrían por su rostro. -Solo quería visitarte, Esperanza -sollozó- . Estaba preocupada por ti, pero tú... jtrataste de lastimar a mi bebé! El bebé... équé pasa si algo le sucede al bebé? -iYa basta! -La voz de Alfa de Diego resonó por el corredor del hospital, haciendo que varias enfermeras saltaran y se asomaran por las esquinas- . jEsperanza, te disculparás con Valentina ahora mismo! Lo miré con incredulidad. - éDisculparme? íCon ella? -iEstá esperando un hijo! -los ojos de Diego ardían de ira- . éQué clase de Luna ataca a una mujer embarazada? éQué clase de persona eres? Los sollozos de Valentina se intensificaron. -jDiego, por favor! jMe está asustando! jNo puedo manejar este estrés en mi condición! -REstá bien, Valentina. Estás a salvo, no dejaré que nadie los lastime a ti o al bebé. Me miró por encima de la cabeza de Valentina, su expresión era dura. - Esperanza, claramente no estás bien. Estos celos, esta violencia; no es propio de ti. Pero no toleraré amenazas contra Valentina o su hijo. j Discúlpate, ahora! ---- -iElla mató a nuestro hijo! - grité, mi compostura finalmente se destrozó completamente. Diego se estremeció ante mis palabras, pero su agarre en Valentina se apretó protectoramente. - No hubo ningún hijo -dijo en voz baja, su voz me cortó como una cuchilla- . Te estás inventando eso para lastimar a Valentina porque no puedes manejar que me importe alguien más. jáhora, discúlpate! Esas palabras me golpearon como golpes físicos. En ese momento, me di cuenta de que Diego nunca me creería. Sin importar lo que hiciera Valentina, ni cuánta evidencia presentara, é| siempre la elegiría a ella. En el momento en que esas palabras salieron de la boca de Diego, mi padre se movió. Cruzó la habitación en un instante y su mano se envolvió alrededor de la garganta de Diego, levantándolo del suelo sin esfuerzo. -4iTe atreves a usar tu voz de Alfa con mi hija? -grufió mi padre, su lobo estaba tan cerca de la superficie que su Voz era casi ininteligible. El rostro de Diego se estaba volviendo morado, sus pies pateaban inútilmente mientras arafiaba el agarre férreo de mi padre. -iPapá, detente! -ordené. ---- Mi padre gruífió, pero soltó a Diego a regafiadientes. -PbDiego, rompamos el vínculo de pareja. Ya he presentado la solicitud de ruptura del vínculo de pareja ante el Consejo Alfa.