---- "Por qué el Alfa Marcus finge que su cachorro es huérfano? Esa ropa es de seda pura de los tejedores de la Manada de la Montafia; vale mas que mi salario anual. ;Solo los botones de piedra lunar cuestan miles! ;Quién diria que es huérfano?". "No lo entiendes. El Alfa lo tiene todo planeado. Esta es la unica manera de convertir al cachorro en su legitimo heredero. Sé listo y mantén la boca cerrada con Sarah; ella no puede enterarse". "Claro que Rachel es su verdadera eleccién. Solian patrullar juntos en la universidad, siempre ofreciéndose como voluntarios para los turnos de noche. jSabia que acabarian juntos! Y ahora, solos en esa oficina...". Sus risas cémplices me hicieron sentir una opresién en el pecho que apenas podia respirar. Me acerqué a la puerta y se oyeron voces familiares. "~COmo te trata?", preguntd Marcus en voz baja. "Lo suficientemente bien. Pasa la mayor parte del tiempo fuera por asuntos de la manada, lo que facilita las cosas. Asi no descubriré lo de Oliver. incluso habla de tener cachorros conmigo". La voz de Rachel apenas contenia diversién. La risa de Marcus era amarga. "Una vez que Oliver esté oficialmente en la manada, no tendras que preocuparte. Si necesitas algo, solo llamame. Siempre los cuidaré a ambos". "Oh, te traje algo. Un cristal curativo de la Manada Antigua. Me costé diez millones, pero vale la pena; puede curar cualquier cicatriz por completo". Rachel jaded al abrir la caja. "Otro regalo? {Me has dado tantos regalos de boda este afio que mi armario esté a rebosar! Sarah se ---- enfadaria si lo supiera'. Ella protesté, pero sus manos acunaron el cristal con entusiasmo. Oliver se acurrucé contra el costado de Rachel, acurrucdndose en su cuello con el instinto de los cachorros de lobo con sus verdaderas madres. "iMami! Mami! Podemos imos a casa ya?" "ey si Sarah se entera?', pregunté Rachel. "Estas quemaduras... si se entera de que me diste un cristal curativo...", "No lo necesitard", dijo Marcus. "Las cicatrices de una Omega no le importan a la manada" La risa de Oliver hizo eco desde la sala; él puro, feliz y seguro en el amor de sus padres.