---- Capítulo 11 Veinte ahos después. Camila estaba parada frente al ventanal de la galeria, mirando las bulliciosas calles de Nueva York. Había heredado la belleza de su madre, también su talento innato para el comercio. A los veinticinco aios, ya era una estrella emergente en el mundo del arte. -Camila, es hora de la entrevista. -Le recordó su asistente. Era una entrevista para la revista Time, con el tema "Siguiendo los pasos maternos: El imperio artístico de la hija de Mariana Morales" -Camila, mucha gente dice que te pareces a tu mamá. -Preguntó el periodista-: ; Qué opinas de eso? Ella guardó silencio. -Nunca podré ser como ella. -Por qué dices eso? -Porque ella usó veintinueve afios de vida para ensefiarle a todos qué signífica el amor verdadero. Y yo necesité dieciocho afios para entender qué significa el arrepentimiento. El periodista conocia la historia de esa família y no siguió preguntando. Después de la entrevista, ella manejó hacia el cementerio. Era el aniversario de su muerte. Cada aíio en esta fecha, ella la visitaba Frente a la tumba había flores por todas partes. Algunas las había enviado Carlos, otras algunos amigos de Mariana y otras venían de desconocidos. Durante todos estos afios, la Fundación Benéfica Mariana había ayudado a miles de pacientes con cáncer. Aquellos que recibieron ---- ayuda siempre venían aquí a dejar un ramo de flores y dar las gracias. -Hola, mamá -Camila se sentó frente a la lápida, como cada afio -. Vine otra vez. El viento sopló por el cementerio. -La galería tuvo ganancias de doscientos millones este aõo - Camila dijo suavemente-. Estoy segura de que estarías orgullosa. Recuerdo que escribiste en tu diario que esperabas que la galería se convirtiera en la mejor de Nueva York. Ahora, se logró. Hizo una pausa. -Papá sigue igual. Desde lo que pasó, nunca más ha tenido otra relación. Dice que te lastimó una vez, no quiere lastimarte una segunda vez. -EI abuelo y la abuela murieron el afio pasado. Antes de irse, me pidieron que te dijera que te aman, que siempre te amaron. Solo que se dieron cuenta demasiado tarde. -Y también Viviana... -la voz de Camila se hizo más baja-, se volvió loca. El doctor dice que fue un colapso psicológico. Tal vez sea el karma. El cementerio estaba muy silencioso, solo se escuchaba el viento y el canto de pájaros a lo lejos. -Mamá -las lágrimas de Camila cayeron-, ;sabes de qué me arrepiento más? De haberte dicho "te odio". He vivido veinte aõios y todavía no puedo olvidar esas palabras. Cada vez que recuerdo la manera en que me miraste, quisiera que el tiempo pudiera retroceder. Carmen me contó que antes de morir todavía querias enviarme un mensaje. ; Qué querías decir? gEra "te amo"? ;0 " cuídate bien"? Nunca lo sabré. Camila sacó de su bolso un portarretratos, dentro había una foto ---- amarillenta: era de cuando nació, Mariana la cargaba. En la foto Mariana sonreía tan feliz. Sus ojos estaban lIlenos del brillo del amor maternal. -Esta es mi posesión más preciada. -Puso el portarretratos frente a la lápida-. Cada vez que la veo, pienso, si en aquel entonces... Si en aquel entonces, no hubiera sido manipulada por Viviana; si en aquel entonces hubiera podido ver quién realmente la amaba; si en aquel entonces le hubiera podido decir a mamá "te amo"... Lástima que la vida no se vive de "si hubiera". El auto de Carlos estaba estacionado no muy lejos. É! había envejecido mucho. Sus sienes ya estaban grises. El ejecutivo empresarial que una vez fue tan ambicioso, ahora parecia solo un hombre del común. -Ha estado allá mucho tiempo -Carmen estaba sentada en el asiento del copiloto. Todos estos afios, había estado cuidando de los dos. -Déjala quedarse un poco más -é! miró a su hija-. Este es su tiempo a solas con su mamá. -éNo vas a ir? -No -sonrió amargamente-. No tengo derecho a estar frente a ella, Veinte aõos y todavía no podía perdonarse a si mismo. Cada noche sofiaba con Mariana. Sofiaba que todavía estaba viva; sofiaba que nada habia pasado. Luego, despertaba en la madrugada, enfrentando la cruel realidad.