---- Capítulo 6 La mansión de los Duque. -iMariana! -Carlos se acercó a la cama, extendió la mano para tocarle la frente-. ;Por qué está tan fria? Carmen, illama al médico rápido! Viviana entró detrás de él, fingiendo preocupación. -;Qué le pasa a Mariana? ;Se cansó mucho anoche? -Cáncer terminal -Carmen se quedó parada en la puerta -. La seora ya falleció. -iQué? -Carlos se molestó-. No hagas ese tipo de bromas. Anoche estaba bien. Se dio la vuelta para Ilamar a su médico privado, pero la sefora lo detuvo. -Sefor, se fue hace dos horas. -Imposible. -Negó con la cabeza. Su tono mostraba más fastidio que tristeza-. Solo está tratando de dar lástima. Viviana me dijo que estaba fingiendo estar enferma. -Fingiendo estar enferma? -Carmen se rio con amargura-. Entonces, por favor, vea esto. Abrió el cajón de la mesita de noche, estaba Ileno de frascos vacíos de medicamentos. -Estos analgésicos en dosis letales, son peligrosos. La sefiora los tomó durante tres días, solo para que ustedes no vieran su sufrimiento. -Ella... -Carlos quiso decir algo. -Hace tres días, el médico dijo que solo le quedaban setenta y dos horas de vida. -La empleada continuó-: La única oportunidad de ---- tratamiento, usted se la dio a la seforita Mendoza. AA Viviana se le Ilenaron los ojos de lágrimas. estuviera tan grave... ,por qué no dijo nada? No sabía que -Si hubiera hablado, zle hubiera dado el tratamiento? -Carmen le preguntó. -Yo... -Viviana se mordió el labio, las lágrimas cayeron-. Si hubiera sabido, definitivamente. -Ya es suficiente -Carlos la interrumpió con impaciencia-. Ya se fue, zde qué sirve decir esto ahora? Miró a Mariana en la cama. -Siempre fue muy terca, estaba enferma pero no decía nada, ahora mirala... Carmen lo miró, incrédula. -Sehor Duque, la sehora acaba de fallecer, zasí habla de ella? -Estoy diciendo la verdad -se mostró frío-. Todos estos afios siempre fue así, quería competir por todo, quería ganar todo. Ahora bien, hasta apostó su vida. Se dirigió a Viviana con un tono suave. -Viviana, no te culpes. Esto no es tu culpa. -Pero... -Ella fingia sollozar. -No digas nada más -la abrazó- culpa de nadie. Mariana eligió no tratarse, no es Carmen viendo esta escena, sintió un escalofrio que le Ilegó hasta los huesos. -Primero hay que ocuparse del funeral. ;Ya notificaste a sus padres? -Carlos se veía impaciente. ---- -La sefora dijo... que no era necesario notificarles. -gNo es necesario? -Ahora si se sorprendió. -Así es. La sefora dijo que el sefor Morales y la sefiora Morales estaban muy felices anoche, que no arruináramos su buen humor. Él se quedó callado. -Entonces, hablemos después. Viviana, ve a descansar. Yo me encargo de esto. -Carlos... -Se recostó en su pecho-. iTengo miedo! -No tengas miedo, estoy aqui. -Le acaríció la espalda con ternura. Carmen se dio la vuelta, no soportaba ver más. Hasta en su muerte, para é|, la sefiora no valia ni una lágrima. Y este hombre, ni siquiera quería echar un vistazo a la carta de despedida. -Sefor Duque -le dijo por última vez-, en estos tres días la sefiora transfirió todos sus bienes a la sehorita Mendoza. La galería, las acciones, la mansión, el fondo fiduciario... no quedó nada. Él se quedó sorprendido por un momento, luego se sintió aliviado. - Así está bien, nos ahorra problemas después. Carmen perdió toda esperanza. Resultaba que, en su corazón, la muerte de su esposa era menos importante que la transferencia de bienes. -Entonces, voy a preparar el funeral. -La empleada se dio la vuelta para irse. .A sus espaldas se escuchaban los Ilantos de Viviana y las palabras de consuelo de Carlos. ---- Nadie Iloraba por la persona fallecida. Esa era la tragedia de Mariana: no fue amada en vida, tampoco fue extrafiada en la muerte