---- Capítulo 9 - éY ahora, dónde está ella? - Mi pregunta lo dejó sin palabras. Desde el accidente, Ayala había desaparecido sin dejar rastro. Suspiré. - DNo estaba en mi mente competir contigo. Crees que lo has logrado todo y que cualquier mujer estaría a tus pies. Ayala, tan joven y hermosa, quedó atrapada en tu mundo. Pero quizás no sepas cuántos hombres han pasado por su vida. Mis palabras rompieron la ilusión que él se había forjado. -iEso es imposible! jEstás mintiendo! -gritó, suira reflejando su vulnerabilidad. Ignoré su furia, sintiendo solo tristeza. - Quizá hubo una vez una mujer que te amó de verdad, dispuesta a darlo todo, pero tú la empujaste lejos. Pronto se daría cuenta de que tenía razón. Ayala había huido con lo que pudo. Compartió los detalles de su relación con Javier, convirtiéndolos en mi arma contra él. No solo aseguré mis intereses, sino que ---- también expuse su escándalo. Javier, ingenuo y desprevenido, se convirtió en objeto de burla en su círculo. Mientras tanto, Ayala disfrutaba de su libertad en el extranjero, lejos de sus enredos. Poco después, recibí noticias de Ayala. Lejos de olvidarse de su vida de cazafortunas, había estado en el extranjero seduciendo a hombres casados. Pero esta vez, su suerte se había agotado. Se metió con la esposa de un poderoso magnate, y como resultado, terminó con una pierna rota y amenazas de muerte a sus espaldas. En su desesperación, recordó que aún podía contar conmigo. Me llamó, su voz temblorosa y Ilena de lágrimas. -iRebeca, por favor, ayúdame! Esta vez, su súplica era genuina. Pero no podía hacer mucho. -aAyala, te 1levé al extranjero por tu propia elección. Llevabas contigo una buena cantidad de dinero. A tu edad, eso es una fortuna. Si te alejas de este estilo de vida y te enfocas en alguien más estable, podrías vivir cómodamente. Pero si has decidido jugar con fuego, eso no es mi problema. -iRebeca, no puedes quedarte ahí sin hacer nada ---- mientras me matan! -gritó, desgarrando el aire con su desesperación-. Sé que puedes ayudarme. j;También tienes parte de la culpa en esto! Su argumento no era justo. Nunca había tenido la intención de perjudicarla. Fue Ayala quien, después de irse, me insistió en que la introdujera en un mundo de hombres poderosos. La recomendé para un puesto en el entretenimiento de un crucero de lujo, donde, gracias a su belleza y astucia, logró brillar por un tiempo. --Quien camina cerca del río, inevitablemente se moja - suspiré-. Puedo presentarte a alguien que podría ayudarte, pero es una persona peculiar. Este no será un trabajo fácil, así que piénsalo bien. Le sefialé una salida, pero la decisión era toda suya y las consecuencias también. Mientras tanto, mi vida no había cambiado mucho. Continuaba enfocada en mi carrera. Sin distracciones, aproveché la oportunidad y llevé mi empresa a nuevas alturas, expandiendo su alcance como nunca antes. Las heridas que Javier me dejó atrás ya eran solo ecos lejanos. Cualquiera que fuera, los hombres eran un afiadido prescindible en mi vida. A veces, me relacionaba con jóvenes atractivos, simplemente por diversión. Después de todo, si existía una Ayala buscando hombres ---- ricos, también habría hombres buscando mujeres como yo. No era como Javier, un tonto que arriesgaba su corazóny su fortuna. Yo seguía siendo la audaz heredera Otero, la brillante y segura Rebeca, y siempre con la certeza de que merecía lo más valioso de la vida.
