---- Capitulo 9. Desesperadamente, Ricardo intento rescatar un hilo de racionalidad entre el miedo abrumador, la desesperacién y confusién, por lo que instintivamente objetd. -No, ella no me contacté. Habian sido hermanos por més de veinte afios, aunque la distancia hubiera crecido entre ellos, o su coraz6n estuviera lleno de resentimiento, al menos debio haberse despedido antes de entrar en un programa de investigacién donde estaria aislada por quince ajios. Eso indicaba que no se habia ido. El profesor Sénchez respondié con seguridad. -Eso es imposible. Estaba en el lugar y vi con mis propios ojos cuando me acerqué: ella marcé tu numero. Fue... el sébado pasado, alrededor del mediodia. Ricardo estaba a punto de negarlo de nuevo, pero en un destello de comprensién, records algo. Dijo que habia sido el sabado pasado, alrededor del mediodia, eso habria sido como a las siete de la mafiana en el Caribe. En ese momento, acababa de mostrarle a Wendy un hermoso amanecer en la playa. La chica habia insistido en tomar muchas. fotos y jugé emocionada hasta después del amanecer, antes de regresar al hotel. En el camino, ella toms su teléfono, diciendo que queria ver las fotos que habian tomado. Las veia mientras caminaba, por lo que répidamente se qued6 atras. Ricardo se detuvo y se dio la vuelta, viéndola sostener el teléfono junto a la oreja, supuso que estaba escuchando el audio de un video que habian grabado, y con impaciencia la llamé. -Apaga el teléfono y ven aqui. ---- Un terrible presentimiento lo invadié como una ola gigante, ahogandolo al instante. Entonces, zen ese momento Wendy realmente estaba viendo fotos y videos? En algun momento, la llamada con el profesor terminé y la puerta del dormitorio que habia cerrado se abrié de repente, con fuerza Ricardo miré hacia arriba bruscamente, esperando desesperadamente que fuera Ambar regresando a casa. Como tantas veces antes, llegando tarde de la escuela. No le importaria si lo ignoraba, si era fria con él, 0 incluso si le causaba problemas, podria perdonarla por intentar alejar a Wendy, también por empujarla por las escaleras. De hecho, sintié que podria perdonar cualquier cosa, si tan solo regresara, solo tenia que regresar a casa. Pero cuando la puerta del dormitorio se abrié, fue Alex quien entré apresuradamente con los ojos enrojecidos, trayendo el frio consigo. Su cabeza y cuerpo estaban cubiertos de nieve; Ricardo no tenia idea de dénde habia estado. Después de aterrizar en la Ciudad del Norte, Alex habia tomado un taxi y se habia ido, sin regresar a casa con Ricardo y Wendy, por lo que no sabia a dénde habia ido. Ese hombre, usualmente calmado y firme, ahora tenia una expresion oscura, ni siquiera se molest6 en saludar. Entré directamente al armario, luego al bafio, después salid, revisando los otros dormitorios y el estudio. Ricardo sabia lo que buscaba, se sento en la cama, sin fuerzas siquiera para ponerse de pie. Alex répidamente terminé la busqueda arriba y abajo, luego regres6. Se acercé a Ricardo, cuyo rostro estaba tan palido como la muerte. ---- Cuando hablo, el rostro y la voz de Alex temblaban. -Ambar se ha ido, realmente se fue.
