---- Capitulo 12. Sali del instituto de investigacién quince afios después. El desarrollo del farmaco habia sido un éxito total, y el antidoto contra el envenenamiento por plata para hombres lobo fue aprobado para su comercializacion a precios accesibles. Asisti a la conferencia de prensa junto a mis compafieros investigadores y mentores, me sorprendié ver que muchos pacientes afectados por el envenenamiento y sus familias, acudieron esponténeamente al lugar, conmovidos hasta las lagrimas al expresar su gratitud. Ese dia coincidié con el Festival de la Luna Llena y el aniversario del sacrificio de mis padres en el cumplimiento del deber, por lo que senti que el tiempo parecia haber reescrito su final. De repente, recordé aquella noche, hace muchos ajios, cuando mi madre me sostuvo con ternura y dijo. -Si avanzamos un poco mas rApido, esos pacientes podrian permitirse el medicamento antes del Afio Nuevo y tener unas mejores fiestas. En ese entonces, entendia poco de muchas cosas; no podia comprender la pasién ardiente y la niebla en los ojos de mi madre. Ella dijo suavemente. -En este mundo, demasiados pacientes eligen renunciar a la vida por la pobreza y los altos costos de los medicamentos. Asi que por cada délar que baje el precio, quizas un paciente mas encuentre esperanza para seguir viviendo. Ambar, esa es la esperanza de tu padre y mia. Partieron abruptamente con su deseo sin cumplir, pero ahora, finalmente habia completado el capitulo final por ellos. Quizés en el més alld, por fin podrian descansar en paz. ---- Acepté flores por parte de los pacientes y las entrevistas de los reporteros que se agolpaban a mi alrededor. Entre la multitud, mi mirada de repente choc con un par de ojos familiares. A través de la masa creciente de gente, inesperadamente vi a Alex y Ricardo a lo lejos. Tras quince aiios sin verlos, noté habian comenzado a envejecer, al igual que yo. Ambos tenian cuarenta y dos afios, alrededor de los ojos de Alex habian aparecido finas lineas, su rostro estaba curtido y cansado. Pero, Ricardo ya tenia canas en las sienes. Nuestras miradas se encontraron, y por un momento, me parecié que los habia conocido en otra vida. En mi memoria destellaron imdgenes de mi hermano mayor que se saltaba el trabajo para asistir a mis reuniones de padres y maestros, también de mi segundo hermano que se tenia que subir en taburetes para cocinarme. Juntos a ellos, se encontraba la traviesa y juguetona Ambar, mucho mas joven. Ahora, todos habiamos envejecido. Intentaron sonreirme, aunque parecfa que podrian llorar en lugar de eso. Después de quince afios separados, me observaron con atencién desde la distancia, pero al final, no dieron ni un solo paso hacia mi. Les devolvi la sonrisa, sintiendo solo paz en mi interior. Esos quince afios no habian borrado los rencores ni el odio. En cambio, me habian brindado una verdadera aceptacidn. Al terminar la conferencia de prensa, me fui con mis colegas y mentores. Detrds de mi, de repente, surgié la voz ronca y urgente de hombre. - ---- Am... Ambar. {Cuanto tiempo habia pasado desde que mis hermanos me llamaron por mi nombre? No podia recordarlo. Mis colegas lo notaron y se fueron primero. Derek me dio una suave palmada en el hombro. -Ambar, te esperaré afuera. Asenti, al darme la vuelta, vi a Alex y Ricardo apresurandose hacia mi con ansiedad, aunque parecian temerosos de acercarse y A dos. pasos se detuvieron Los miré, nos envolvié un largo silencio, hasta que finalmente Ricardo hablé con voz ronca. -~Cémo has estado durante todos estos afios? Respondi con suavidad. -He estado bien. Alex luché por contenerse, pero un enorme dolor y arrepentimiento se reflejaban en sus ojos. -Sobre Wendy, ahora lo sabemos todo. Ambar, nosotros... lo sentimos mucho. Mi corazén permanecié imperturbable, solo dije. -Estd bien, todo eso quedé en el pasado. El rostro de Ricardo tembl64, y tras un momento, preguntd con cautela. -{Podriamos... comer juntos alguna vez? Negué con la cabeza. -No lo creo. La esperanza en sus ojos se apagé al instante. Sin embargo, no me quedé mas tiempo, me di la vuelta para irme. Detras de mi, la voz quebrada de Ricardo se alz6 de nuevo. -Lo ---- siento. Me detuve brevemente, luego sali del lugar sin mirar atras.
