---- Capitulo 14. De inmediato, corri hacia el hospital. Alo largo de los afios, Ricardo también se habia dedicado a la investigacién médica, entregandose por completo, tanto como Mentor como investigador. Ahora, sin haber cumplido atin los cincuenta afios, su cuerpo ya estaba plagado de dolencias. Entré en la habitacién del hospital y me senté a su lado. Entonces, recordé la fiesta de cumpleafios de mi hija el dia anterior. El habia ido a verme en su silla de ruedas, obligandose a hacer lo que debia ser una despedida final. Alex estaba sentado frente a mi, con una expresi6n llena de dolor. Ese hombre, tan fuerte y maduro, se cubria el rostro, llorando sin control. Miré a Ricardo, tenia tubos insertados por todo su cuerpo y los equipos de monitoreo pitaban de forma constante. Una mascarilla de oxigeno cubria su boca y nariz, aun asi, luchaba por hablar, pero no podia escuchar su voz. Sin embargo, después de toda una vida siendo hermanos, pude leer facilmente sus labios; me llamaba una y otra vez, con urgencia, pero débilmente. -Ambar, Ambar... Recordé aquella nevada intensa, donde aquel Ricardo de no mas de veinte afios me sostenia con fuerza. -Mientras tu hermano esté aqui, nunca estards sola. Afios de recuerdos, ahora al mirar atrds, parecian un largo suefto. ---- Su rostro estaba palido y su respiracién cada vez més dificultosa. Cuando intenté alcanzarme y tocarme, pude ver que usé las ultimas fuerzas que le quedaban. Finalmente extendi mi mano, sujetando la suya con suavidad. Le hablé en voz baja. Oye, cuando llegues al otro lado, asegurate de descansar mucho, vale? Vi lagrimas deslizarse por la comisura de su ojo. Fue como si tuviera mil palabras por decir, pero al final solo repitié mi nombre palabras incontables veces. -Ambar, Ambar... Lo observé cerrar los ojos, el monitor cardiaco se aplané gradualmente, mostrando una linea larga y recta, interminable. Cuando sali del hospital, volvia a nevar intensamente, pero Derek me esperaba afuera, colocandome un abrigo sobre los hombros mientras caminébamos. Cuando estaba a punto de subir al auto, algo me hizo dar la vuelta y via Alex detras de mi. Su cabello habia empezado a encanecer, sus rasgos estaban marcados por el paso del tiempo. Copos de nieve caian sobre su cabello y hombros. A través de la tormenta de nieve, le dije. -Cuida de ti mismo de ahora en adelante. Sus ojos, que acababan de dejar de llorar, se tornaron rojos de nuevo, Abrié la boca, pero incontables palabras se redujeron finalmente a una sola frase. -Tu también. Abri la puerta del auto y entré. ---- Mientras el auto se alejaba, la figura solitaria y ligeramente encorvada de mi hermano desaparecié poco a poco de mi vista. Los copos de nieve cafan sobre la ventana del auto, difuminando mi vision. En medio de mi aturdimiento, volvi a ver nuestro hogar. El dia del Festival de la Luna Llena nevado, los cinco estébamos reunidos alrededor de la mesa. Mam sacé las copas y papa sirvié el vino. Bajo las luces calidas, cinco copas chocaron juntas, seguidas por los alegres deseos de la familia. -Que siempre estemos juntos y haya felicidad en los afios venideros.
