---- llorosa: -Hermana, lo siento, por favor no te vayas. Si no te gusto, puedo irme yo. Tras ella, llegé la voz urgente de Ricardo reprendiéndola: -Wendy, ti no eres quien debe irse. jNo puedes empaparte bajo la lluvia! Intenté sonreir, pero no pude. Mi lobo ya estaba debilitado por las quemaduras antiguas, y esos ultimos dias me habia estado agotando poco a poco. Ahora, empapada por el aguacero, mi visién comenzé a oscurecerse. Justo cuando mi cuerpo empezé a ceder, de repente, una mano fuerte me sostuvo, y, al mismo tiempo, la lluvia que golpeaba mi cabeza ces6. Con un gran esfuerzo, levanté la mirada. Tras un momento de confusién, reconoci a Derek, el Alfa de la Manada de las Sombras. Yo habia estado trabajando incansablemente para resolver el problema del envenenamiento por plata entre los hombres lobo, y é! admiraba mis habilidades en investigacién farmacéutica, por lo que me habia invitado varias veces a unirme a su manada como la Jefa de los Sanadores. Sin embargo, el proyecto contra el envenenamiento por plata era demasiado importante y los descubrimientos de la investigacién no podian filtrarse, asi que requeria de un aislamiento total del mundo exterior, durante al menos quince afios; por eso habia rechazado la oferta tantas veces antes. No obstante, esta vez fue diferente, habia aceptado porque nome quedaba nada ni nadie por lo que valiera la pena quedarse. Su auto esperaba bajo la lluvia torrencial. Sin preguntar, tmé mi ---- equipaje y lo colocé en el maletero. La risa fria de Ricardo lleg6 desde atras. -{Te vas tan rapido? Veo que ya encontraste una proteccit poderosa, «Debié haberme seguido para presenciar mi miseria.» Derek noté mi estado lamentable y me pregunté con enojo: -éPor qué sigues considerandolos tus hermanos? De todas formas, en unos dias te irds... -iAlfa! -lo interrumpi, bruscamente. Derek guardé silencio de inmediato, abrié la puerta del auto y me empujé con firmeza hacia dentro. Por el rabillo del ojo vi como el rostro de Ricardo se ensombrecia al instante. {Qué estas insinuando, Derek? {Qué insintio? En unos dias lo descubrirds -respondié Derek con desdén. El corazén se me subié a la garganta, mientras que Ricardo quedé paralizado, como si no pudiera procesar lo que sucedia. Tras un largo instante, cuando el auto estaba a punto de partir, corrié para abrir mi puerta, pero Derek ya habia entrado y cerré rapidamente el vehiculo con Ilave. A través de la ventana y las cortinas de lluvia, apenas pude distinguir los labios de Ricardo formando las palabras: -Ambar, ibaja del auto! ---- Su expresidn era de enojo, pero también estaba mezclada con algo més, algo inusual que no supe identificar. No pude entenderlo, solo sabia que, para entonces, mi partida probablemente les serfa indiferente, tanto para Alex como para él Cerré los ojos, negandome a mirarlo de nuevo Mientras el auto se alejaba, el espejo retrovisor mostré a Ricardo todavia alli, inmdvil bajo la lluvia. Derek siguié refunfufiando con enojo: -Estds herida y te echan a la intemperie bajo este aguacero. Realmente, no entiendo por qué regresaste, solo para que te trataran asi. Me giré para mirar la lluvia torrencial a través de la ventana. Tras un largo silencio, comenté suavemente: -Antes eran muy buenos conmigo. Derek no me creyé. Lo habia conocido en la universidad; por lo que nunca vio cémo Alex y Ricardo me cuidaron alguna vez Mis ojos se humedecieron, y repeti con sinceridad: -De verdad. Alguna vez fueron muy, muy buenos conmigo.
