---- Capitulo 4. Desde que tenia memoria, mis padres rara vez estaban en casa, ya que habian dedicado casi toda su vida a la investigacion farmacéutica, lo que hacfa que a menudo se ausentaban durante un afio o mas. Ademas de los sirvientes Omega contratados, los Unicos que habian cuidado de mi habian sido mis hermanos gemelos, ocho afios mayores que yo. Cuando tenia seis afios y recién comenzaba la escuela primaria, mis compafieros me acosaban porque era mas pequefia y débil que ellos. Mis padres estaban a miles de kilémetros, asi que volvia a casa y lloraba bajo mis mantas. Ricardo, con catorce afios, siempre entraba a mi habitacion en la noche para comprobar si me habia destapado. Ese dia, al levantar la manta, vio mi rostro bafiado en lagrimas, me abraz6 y me secé las mejillas, tal como solia hacer mama. -Esté bien. Como tu hermano mayor, te protegeré, Ambar -me consolé en ese momento, mientras me acariciaba la espalda. Al dia siguiente, fue a mi escuela y golpeé a todos los que me acosaban. Sin embargo, los maestros lo atraparon y lo castigaron, obligandolo a ser compajtero de entrenamiento de combate de los lobos Alfa de élite. Al no poder encontrarlo después de clases, corri a su campus. Lo encontré en la arena de entrenamiento, donde esos lobos Alfa lo golpearon hasta cubrir su rostro de sangre, por lo que mis ojos se enrojecieron de preocupacién. El bajé de la plataforma de entrenamiento con el rostro lleno de ---- heridas, pero sonrié para tranquilizarme, -Esto no es nada. Me encanta el entrenamiento de combate. Dentro de poco, seré més fuerte y podré protegerte mejor, princesita. Caminamos juntos a casa después de su entrenamiento. Al llegar, la sirvienta Omega estaba de permiso, pero Alex ya habia preparado comida caliente y deliciosa. Al abrir la puerta, el maravilloso aroma llené la casa. Alex tomé los platos y los cubiertos de la cocina, asomando la cabeza para decir: -Lavense las manos, la cena estd lista. Alex siempre habia sido callado, pero gentil y atento. Una vez, jugué de forma imprudente y me lastimé gravemente, intenté volver a casa sin que nadie lo supiera, pero él lo noté, enrollé silenciosamente mis mangas y curé las heridas. Al terminar, levants la mirada como queriendo decir algo, sin embargo, al verme morderme el labio, nerviosa, solo suspiré suavemente, me acaricié la cabeza y dijo: -Ten més cuidado la proxima vez. De nifia fui muy traviesa, me costaba ser precavida, asi que él vendaba mis heridas una y otra vez. -Ten més cuidado la préxima vez -me decfa cada vez, tras suspirar, al ver mi expresion de panico. Durante muchos afios, cuando nuestros padres estaban ausentes, mientras crecia, ellos fueron tanto hermanos como padres para mi. Hasta que cumpli doce afios y vi el Caribe en la televisién, Alex prometié llevarme a ver el océano, y Ricardo reservé los boletos ---- para los tres. Pero, al dia siguiente, nuestros padres murieron repentinamente. Antes de la tragedia, mis padres habian estado desarrollando unas hierbas para mejorar la capacidad de autocuracién de los hombres lobo, estaban a punto de lograrlo y tenian planes de venderlas a bajo costo a los hombres lobo de todo el mundo. No obstante, cuando se filtré la noticia, se convirtieron en blancos de odio por parte de las farmacéuticas, al punto de que alguien incendié el laboratorio de investigacién a primeras horas de la mafiana. Cuando Alex, Ricardo y yo recibimos la noticia, Ilegamos corriendo, pero solo encontramos dos cuerpos carbonizados. Mientras ardian, un valiente guerrero se habia lanzado al infierno intentando salvarlos, pero también habia muerto quemado. Ese guerrero habia dejado atras una huérfana, -quien, en ese momento, ni siquiera tenia un afio-, cuya la madre ya habia fallecido. Alex y Ricardo pasaron seis agotadores afios buscando a esa nifia, hasta que finalmente la encontraron en un orfanato. La vida tiene sus extrafias coincidencias; seis meses después de que Wendy, la huérfana de doce afios, fuera llevada a la casa, sali a cenar con unos compaiieros y me encontré con la directora del orfanato, quien, tras demasiado alcohol, confesé todo llorando. Asi fue que me enteré de que la verdadera hija de aquel guerrero, habia muerto de una enfermedad cardiaca en el orfanato, cuando tenia solo tres afios. La «Wendy» que habia llegado a nosotros era otra huérfana que también tenia una enfermedad cardiaca, a la que no se le podia costear el tratamiento. La directora sintié pena por ella y la dejé ocupar el lugar de la Wendy fallecida, para que mis hermanos pagaran su atencién médica.