---- Capítulo 7 Me desperté temprano al día siguiente. Sintiéndome sofocada en casa, decidí caminar hasta el lago cercano. Para mi sorpresa, apenas llegué al lago, vi a Camilo y Nadia pescando alegremente. Al verme, Nadia agitó su mano hacia mí: -iLina! éQué haces aquíi? jVen a pescar conmigo! Camilo, después de verme, desvió la mirada inmediatamente sin saludarme. Arrastrada por Nadia hasta la orilla del lago, me quedé allí de pie mirándolos reír y conversar. Erala primera vez que veía a Camilo tan feliz, algo que nunca había mostrado cuando estaba conmigo. El dolor en mi corazón desaparecía gradualmente, pero aún sentía una acidez en mi garganta. Mientras Nadia pescaba, Camilo se me acercó y susurró: -FLina, épor qué te haces esto? Sé que me amas, êno te duele estar aquí? - PCreo que estás malinterpretando. ---- -êMalinterpretando qué? Pensé que ya habíamos aclarado todo. Espero que cumplas tu palabra y no le digas a Nadia... -Camilo -Tlo interrumpí-. Eres demasiado arrogante. No vine a buscarte intencionalmente, solo quería dar un paseo. No eres tan importante como crees. La expresión de Camilo se ensombreció: -éCrees que voy a creer eso? Sé perfectamente cuánto me amas. -êEn serio? - sonreí fríamente - . /Así que por saber que te amo, crees que puedes pisotear mis sentimientos? Cada vez más molesta, me di la vuelta para irme. Pero Camilo me siguió y agarró mi mufieca: -TLina, tú... -éPodrías dejar de acosarme? iDisfrutas tanto de esta situación o piensas que si no logras conquistar a Nadia, me tendrás como segunda opción? Al parecer, había dado en el clavo. La cara de Camilo enrojeció, aunque todavía intentaba justificarse. Pero yo ya no quería escuchar. ---- -Hemos terminado. No hablemos más de esto. Después de decir esto, caminé rápidamente. É me siguió intentando agarrarme, pero por la prisa, resbalé desde la orilla ycaí al agua. -iCuidado! Camilo extendió su mano para agarrarme, pero en ese momento Nadia gritó: -IiAh! jcamilo! La mano que me había extendido se retrajo inmediatamente. Miró ansiosamente hacia Nadia: -êéQué pasa? Nadia levantó su rostro sonriente y agitó su cafia: -iMira! jUn pez enorme! Ah, épor qué está Lina en el río? En el instante en que Camilo retiró su mano, caí de espaldas en el agua, hundiéndome cada vez más. En ese momento, una mano fuerte agarró mi brazo: -iLina, no tengas miedo! No vi quién era, pero el instinto de supervivencia hizo ---- que mi otra mano también se aferrara firmemente a su brazo. Solo al Ilegar a la orilla vi claramente que quien me había sacado del agua era Miguel. Como también había entrado al agua, sus pantalones estaban empapados y su cabello salpicado de gotas. Al ver mi estado lamentable, sin importarle el lodo en mi ropa, me levantó en brazos. -Miguel, équé haces aqui? ;Está bien Lina? - preguntó Nadia, asustada y pálida. --La llevaré al hospital. Ustedes continúen -respondió Miguel. Se dio la vuelta para irse, pero Camilo lo detuvo: - Miguel, mejor la Ilevamos nosotros. Miguel ni siquiera volteó a mirarlo. Su voz sonaba terriblemente fría: - -7Ya que soltaste su mano, no esperes tener otra oportunidad de agarrarla.