---- Capitulo 7 Frente a la Piedra del Voto Lunar, el antiguo ritual se llevo a cabo con rapidez y solemnidad, dirigido por Lucas. Saco de mi bolsa de cuero una insignia de piedra lunar, exclusiva de la Manada Sombra Lunar. Eso era lo que habia estado buscando antes de que saliéramos. Queria asegurarse de que mi simbolo seguia alli. Eramos la Unica pareja que se apareaba ante la Piedra del Voto Lunar ese dia. Ninguno de los dos habia dormido, y el cansancio se notaba en nuestras miradas. Pero ala luz de la piedra sagrada, nuestras siluetas se fundian, nuestros rostros brillaban de una alegria imparable y una satisfaccién plena Nos estabamos uniendo por voluntad propia, de manera absoluta, sin ninguna duda Lucas corté su palma con una garra afilada, manché con su sangre la piedra ancestral, y luego sujetd con fuerza mi mano, guidndome a hacer lo mismo, Nuestra sangre se mezclé sobre la roca antigua, que emitié un leve resplandor. Su voto profundo y poderoso resoné en el bosque, alcanzando los oidos de la Diosa Lunar. ~Yo, Lucas Piedra Negra, juro aqui tomar a Camila Sombra Lunar como mi Unica compafiera, mi Luna. Por toda mi vida, jbajo el ---- testimonio de la Diosa Lunar! Se volvié hacia mi, los ojos llenos de amor intenso y posesién. Cuando me entreg6 el simbolo de la Manada Piedra Negra, una pieza de obsidiana tallada con la figura de un lobo sagrado, todo mi cuerpo tembl6... y el suyo también. Mi primer amor, mi Alfa destinado, y yo, por fin, lo haciamos oficial Me alzé en brazos y dejé un beso posesivo en mi mejilla, mezclando el aroma de sangre y amor. Al alejarnos del sitio sagrado, se inclind hacia mi oido, con la respiracion agitada, y susurr -jMi Luna! Mi rostro se tifié de rojo, y me cubri con las manos. Pero no pude esconder la sonrisa feliz que se dibujaba en mis labios. Le respondi con una voz igualmente temblorosa: -iMi Alfa! EI silencio del cristal de comunicacién hacia que el mundo pareciera maravillosamente tranquilo De regreso a su guarida, me llevé a unas aguas termales, me lavé él mismo, y luego nos llevé en coche hasta un centro comercial humano. -De ahora en adelante, lo que quieras, te lo conseguiré Al volver a la cabaifia, volvié a desnudarme, y esta vez arrojo toda mi ropa al fuego. Luego me cargé hasta la cama cubierta de pieles célidas y me ---- inmovilizé bajo su cuerpo. Podia sentir nuestros corazones latiendo, de verdad, el uno por el otro. -Lucas, todo esto parece un suefio. El sonri6, me aparté el cabello de la frente y me beso con suavidad. -Tan maravilloso como un suefio... pero sé que es real. Se inclin6 y, incansable, me llev6 al paraiso una vez mas. Después, me cambié a una nueva bata de noche, suave y limpia, y me recosté contra el cabecero de la cama mientras lo observaba preparar el desayuno para mi. Un cuenco de gachas de bayas silvestres, cocidas con rocio matutino, acompafiado de trozos de conejo asado que chisporroteaban con grasa Era uno de los platillos que mas me preparaba en nuestras reuniones secretas. Y atin lo recordaba. Llevé las gachas hasta la cama, con la intencién de darme cada cucharada con sus propias manos. Habia cosas molestas, si, pero debian afrontarse. Después de asearnos y comer, nuestras energias estaban casi completamente recuperadas. Lucas encendi primero su cristal de comunicacion. En cuanto lo hizo, fue inundado por rugides y preguntas. Respondié una llamada.