Capítulo 25: Su tono se volvió cada vez más celoso, aunque ella parecía no darse cuenta. Los rasgos de Alexander se volvieron aún más sombríos. Junto a él, Joyce apretó la mandíbula con frustración. «Alexander, ¿has visto eso? Daniela te ha ignorado por completo, ¡ha actuado como si fueras invisible! ¿Recuerdas cómo solía perseguirte sin descanso? Ahora, con su nuevo estatus, se pasea por ahí, llena de arrogancia. Apuesto a que ni siquiera le ha contado al director general de Elite Lux lo de su divorcio. En cuanto llegue el director general, ¡expondré a Daniela como la mentirosa manipuladora que siempre ha sido!». Joyce seguía atormentada por la humillación del audio y las imágenes de vigilancia. Ver a Daniela no solo escapar de las consecuencias, sino también acercarse a alguien tan influyente como el director general de Elite Lux era insoportable. Su furia hervía a fuego lento, creciendo con cada segundo que pasaba. La suerte de Daniela no podía durar para siempre. No había forma de que dejara pasar esto. Esta era su oportunidad de exponer el engaño de Daniela, arrancarle la máscara y deleitarse con su caída. La caída de Daniela sería su oportunidad para levantarse, utilizándola como un trampolín para su propio ascenso. Alexander estaba allí de pie, con el rostro enmascarado de neutralidad, los ojos fijos en algún punto distante. Después de esperar una hora, Joyce ya no pudo soportar el frío silencio. Se estremeció, envolviéndose en sus brazos y soplando aire caliente en sus manos para calentarse. Volviéndose hacia Alexander con un temblor, su voz teñida de impaciencia, habló. —Alexander, ¿crees que el director general de Elite Lux va a aparecer? Renovar un edificio no es tarea fácil. Seguro que no le confiaría una tarea tan importante a Daniela. ¿Qué sabe ella de eso? Mientras hablaba, Joyce sacó el teléfono del bolsillo del abrigo y marcó un número. La llamada se conectó casi de inmediato y se oyó la voz de su amiga, entre sorprendida e incrédula. «¿De qué estás hablando? Tienes que estar de broma. Mi amigo de seguridad acaba de confirmar que el director general de Elite Lux está en el edificio. ¿Por qué sigues esperando ahí fuera?». Joyce agarró a Alexander de la mano y le hizo entrar deprisa. Un vigilante de seguridad les detuvo, pero ella se adaptó rápidamente, encontrando un camino oculto a través de un pasillo estrecho que se utilizaba para tirar los desperdicios de la cocina de la cafetería. El penetrante aroma de su perfume se mezclaba con el olor acre de la basura podrida, creando una combinación nauseabunda que era casi abrumadora. Con los puños apretados y los dientes apretados, le murmuró amargamente a Alexander: «¡Supera esto y los eclipsarás a todos!». Estaba ferozmente decidida a exponer las manipulaciones de Daniela ante el director general de Elite Lux. El aguijón de la humillación aún ardía en su memoria: el ridículo al que se enfrentó cuando se hicieron públicas las grabaciones de audio y de vigilancia. Pero hoy estaba dispuesta a darle la vuelta a la tortilla. ¡Daniela había vendido su dignidad para convertirse en la amante de la directora general de Elite Lux! Joyce estaba preparada para difundir este escándalo a todo Olisvine, consolidando su posición como la verdadera heredera de la familia Harper. Impulsada por su vengativo plan, Joyce inició sesión en su cuenta de transmisión en vivo. Cuando el ascensor subió al último piso, activó la transmisión en vivo. Dirigiéndose a la cámara, mostró una sonrisa dulce y cautivadora. «¡Hola a todos! Les habla Joyce. Hoy ha ocurrido algo increíble: recibí una llamada para reunirme con mi hermana, que lleva tres meses sin contactar. Estos meses sin ella han sido insoportables para mis padres y para mí. A pesar del silencio por su parte, nuestro afecto por ella no hizo más que crecer. Ahora, al saber que ha vuelto al país, me muero de curiosidad por saber qué ha estado haciendo. ¡Acompáñame en este viaje para ponernos al día con mi querida hermana!». Joyce inclinó hábilmente su teléfono para captar la intensidad de sus emociones.
