---- Capítulo 10 - FEl que se sobrepasa eres tú, ladrón despreciable! Me arrebataste a mi compahera destinada. Bramó Bruce, y hasta sacó del bolsillo una foto de boda para exhibirla. -iMírenla bien! Es mi esposa, mi pareja predestinada. La multitud se agitó en murmullos. Todos sabían algo del pasado de Bruce y me observaban con desconcierto. Pero yo lo había olvidado todo: no recordaba nada de antes. -éTu esposa? iLlegaron siquiera a marcarse? Wolvent soltó una risa helada; su rostro hermoso se volvió cenizo de ira y el fuego en su aura se avivó. Le apreté la mano y sonreí con suavidad. - No te enojes, no vale la pena. Él me devolvió una mirada que me tranquilizó. Bruce, al vernos, respiró entrecortado; quiso hablar, ---- pero no le salieron palabras. Claro... él y Celina se vieron obligados a romper el vínculo. Aquella noche, la gente del Clan Sol Radiante lo acorraló; sopesando ventajas y riesgos, lo forzaron a anular la marca. Con los ancianos insistiendo y medio ebrio, disolvió el contrato de pareja ante el Rey Alfa. Al despertar, se arrepintió y buscó a Celina por todo el mundo sin hallarla. Hasta hoy, al verla casarse con Wolvent, descubrió que siempre estuvo a su lado. -PBruce, te equivocas. Ella es mi hija: la crie desde nifia y hoy es heredera del Clan Sol Radiante. No permitiré que manches su nombre. Mi madre dio un paso al frente para defender mi identidad. Bruce quedó pasmado, la mirada saltando de ella a mí. Al recordar cómo el Clan Sol Radiante lo obligó a romper la marca, lo comprendió todo, aunque con resentimiento. ---- -PFCelina, épor qué nunca me dijiste quién eras en realidad? Fijó sus ojos suplicantes en mí. -Lo arruiné... vuelve conmigo. Lo observé un momento; sin recuerdos, contesté con frialdad: - No te conozco. Sus pasos se detuvieron; la mano extendida quedó suspendida en el aire y el cuerpo le tembló. - 2Soy Bruce, tu esposo de diez afios... éde verdad no recuerdas? Asentí con firmeza, sintiendo incluso un destello de repulsión. -Vete. Hoy es el día más feliz de mi vida y no quiero verte. - Aléjate de mi; me provocas náuseas. El golpe lo dejó con los ojos vidriosos. De pronto sacó de la chaqueta una cajita con restos ---- polvosos y pegajosos. - Son las cenizas de tu padre. Las recogí para ti. Míralas. Alargó la mano para dármela. Retrocedí, horrorizada, incapaz de mirar. -iDisparates! jYo soy su padre! Mi progenitor biológico se interpuso, imponente frente a Bruce. Bruce frunció el ceão y, casi sin pensar, trató de tomarme del brazo. -FcCelina, no finjas. Te amo de veras; voy a cambiar. Wolvent ordenó que lo apartaran de inmediato. Di un paso atrás a la defensiva: no fingía; mi memoria no lo registraba. Los hombres de Bruce intentaron impedirlo y chocaron con los de Wolvent; estalló el caos. Wolvent me sacó de allí. Poco después, Bruce y su séquito fueron expulsados. ---- Mientras lo echaban, aún gritaba mi nombre, pero yo sólo sentía extrafieza. Con o sin pasado, sabía que no quería desenterrar recuerdos. La fiesta siguió; Wolvent y yo sellamos nuestra marca. Nunca volví a ver a Bruce. Supe después que se hundió en el alcohol, descuidó su clan y terminó atacado por fuerzas externas; las pérdidas fueron graves y su gente empezó a cuestionarlo. Moye, una de sus antiguas amantes, lo envenenó con toxina lupina por odio a la muerte de su hijo; tras verlo agonizar, se quitó la vida. Afios más tarde, Wolvent y yo tuvimos un hijo y empezamos una vida plena y feliz.
