Capítulo 23: La gente se apartó rápidamente, haciendo una profunda reverencia hasta que sus cabezas casi tocaron el suelo. Girando hacia el ala sur, siguió el pasillo que conducía a las cámaras prohibidas. Los soldados se inclinaron a medida que se acercaba. Él los despidió con un gesto. Vladya esperó hasta que el pasillo quedó vacío antes de dirigirse hacia las enormes puertas metálicas, hechas de barras de hierro lo suficientemente fuertes como para resistir el inmenso poder de Urekai. Estas puertas fortificaban todas las mazmorras de la Fortaleza de Sombra del Cuervo y habían retenido a los prisioneros de Urekai durante más de mil años. Eran las más fuertes de su clase. Pero Daemonikai había atravesado estas puertas cuatro veces. Cuatro veces distintas. Sin esfuerzo. La gente creía que la bestia estaba encerrada tras las puertas, sin poder escapar. Pero en realidad, se quedó allí porque quería. Dentro, la habitación estaba completamente a oscuras, una oscuridad total para los humanos y los jóvenes Urekai. Pero para alguien tan antiguo como Vladya, con su visión aumentada, estaba tan claro como la luz del día. El espacio era vasto y estaba casi vacío, sin decoraciones. Sus ojos se posaron en la chica. Estaba acurrucada sobre sí misma, inmóvil, como si se protegiera. Al acercarse, el olor de la bestia llegó a su nariz. Su propia bestia se agitó en su interior, gruñendo ante la presencia. Vladya se volvió hacia la enorme y poderosa figura de la bestia rey, cuyos ojos amarillos lo miraban fijamente. La bestia gruñó, acercándose. Vladya se quedó quieto, obligándose a mantener la calma y a no parecer amenazante, intentando parecer lo más inofensivo posible. Si la bestia percibía peligro, atacaría. Y como criatura irracional, Daemonikai seguramente lo haría. Ya había sucedido antes, dejando a Vladya con cicatrices que le recordaban que había perdido a su mejor amigo para siempre. La bestia le rodeó, con movimientos lentos y depredadores, mostrando su enfado por la presencia de Vladya en su territorio. Deteniéndose frente a Vladya, la bestia se acercó amenazante, elevándose sobre él. Luego, inclinándose, con el hocico extendido, la bestia rey esperó. Quería afirmar su dominio. La propia bestia de Vladya gruñó con rabia en su interior, furiosa por el desafío. Pero conteniendo a su bestia y a todo su instinto alfa, Vladya bajó la cabeza e inclinó el cuello hacia un lado en señal de sumisión.
Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey - Chapter 23
Updated: Oct 24, 2025 12:33 PM
