Captulo 11 Mateo extendi sus brazos, atrapando aquel cuerpo. Baj su apuesta mirada y dijo con disgusto: -Valentina, por qu has vuelto?Ella tampoco esperaba encontrarlo. Vesta un elegante traje negro y acababa de llegar la costosa tela an conservaba el fro de la calle.El cuerpo de Valentina arda y, por instinto, se peg a l, intentando apagar el fuego que la consuma con su aroma maduro y elegante. Sus ojos brillantes lo miraron: -Mateo, aydame -pero antes de terminar, l la apart.-Qu te sucede? -pregunt con frialdad.Valentina se sorprendi al darse cuenta de que haba estado a punto de pedirle ayuda. Cmo podra l ayudarla? Me drogaron.Te drogaron? Las cejas de Mateo se fruncieron Esta mujer siempre causando problemas!-Espera dijo l, dirigindose a la ventana. Sac su telfono y marc un nmero.Mientras sonaba, se afloj la corbata con un gesto descuidado que resaltaba su aire distinguido.-Mateo -respondi Joaqun.-Si una mujer ha sido drogada, qu se debe hacer?Joaqun rio emocionado, como si hubiera escuchado un chisme: -Vaya Mateo, drogaron a Luciana? Por qu dudas? T mismo deberas ayudarla.-Habla en serio -espet Mateo.-Ah, no es Luciana? Entonces que tome una ducha fra. Es muy desagradable pero si lo supera estar bien. Si no los vasos sanguneos pueden estallar y morir.Mateo colg y se gir hacia Valentina: -Puedes darte una ducha fra t sola?Ella asinti y se dirigi rpidamente al bao. Mateo se quit el saco negro cuando de repente se escuch un grito: Ah!Mateo entr con impaciencia: -Qu sucede?Valentina estaba bajo la ducha, ya sin ropa exterior, solo con un vestido de tirantes. Los delgados tirantes se aferraban a sus hombros, delicados y brillantes, de una pureza absoluta.La ducha an no estaba abierta. Se tocaba la frente con la mano, sus ojos llenos de lgrimas cristalinas por el dolor: -Me golpe la cabeza.Su imagen vulnerable impact inesperadamente a Mateo, Se acerc y le apart la mano frente blanca estaba realmente roja por el golpe.Cmo puedes ser tan torpe?-No soy torpe, estoy mareada!-Qudate quieta.-Qu?Mateo abri la ducha y el agua fra la empap por completo. Su cuerpo arda por dentro mientras el agua la helaba el contraste la hizo lanzarse a sus brazos.-Tengo fro, no quiero agua fra.SUSu cuerpo suave volvi a enredarse con el suyo, apretndolo con fuerza. La camisa blanca y el pantaln negro de Mateo se empaparon.Solo pudo retroceder dos pasos, quedando ambos bajo el agua fra.Valentina senta tanto calor que pareca un pececillo a punto de secarse, desesperado por agua. Sus manos inquietas empezaron a recorrer su estrecha cintura. sMateo, siendo un hombre normal, se tens de inmediato: -Valentina, dnde ests tocando?Los ojos brillantes de Valentina estaban nublados, mostrando una sensualidad inocente: -Lo encontr, tienes seis abdominales.Mateo guard silencio.Ella levant la mirada hacia su rostro perfecto: -Y eres muy guapo.w.no.oMateo la empuj contra la fra pared. Trag saliva y advirti con voz ronca: Comprtate!-Wow, qu fuerte eres, me gusta. Mateo tom la ducha y la dirigi hacia su rostro sonrojado, intentando hacerla reaccionar.-Ah! -Valentina apart su mano con disgusto- Mateo, si fuera Luciana la drogada, la ayudaras?Mateo se detuvo: Qu?Sus largas pestaas, cubiertas de gotas brillantes, temblaban con obstinacin y soledad: Como soy yo, me haces tomar una ducha fra. Ninguno me quiere!Mateo not que sus ojos estaban rojos, como si hubiera estado llorando.De repente, Valentina se lanz hacia l y mordi su prominente nuez de Adn.Mateo no esperaba esto la garganta es la parte ms vulnerable y sensible de un hombre. Cuando ella lo atac con sus pequeos colmillos afilados, sus ojos se inyectaron en sangre y su cintura se estremeci.w..Maldita mujer!Mateo la sujet por la cinturaera tan suave como un sauce flexible, podra quebrarla confacilidad. Y tan delgada que poda rodearla con el pulgar y el ndice.Tan frgil.Piernas de jade y cintura delgada Mateo descubri que era una belleza exquisita.Con la respiracin alterada, la sujet del rostro para apartarla.Su pequea cara sonrojada caba en su palma. La reprendi irritado: -Tanto te gusta morder?Valentina haba perdido casi toda la razn, torturada por el alcohol y la droga que la volvanvulnerable.Lo mir y sus ojos rojos se llenaron de lgrimas, como si fuera a llorar.Mateo se paraliz y retir su mano de inmediato.Pero ella lo abraz por el cuello: -Lo siento, no quera morderte. Te duele?Antes de que pudiera responder, Mateo sinti algo suave en su garganta ella lo haba besado.Los ojos de Mateo brillaron con dos llamas carmes mientras ella suba sus besos por su cuello, dejando marcas rojas en su firme mandbula.La pequea fiera que haba mostrado sus colmillos ahora pareca una gatita dcil ronroneando en sus brazos y besndolo por todas partes.-Lo has hecho con Luciana?Los ojos de Mateo se oscurecieron..v.Valentina se puso de puntillas, sus ojos hmedos fijos en sus labios delgados: -Mateo, me drogaron y sigo siendo tu esposa. Me ayudars?Las grandes manos de Mateo apretaban su cintura, tentndolo a usar ms fuerza.Valentina se acerc lentamente a sus labios.Mateo no se apart.w.r.Se acercaron ms y ms, a punto de besarse.En ese momento, son una melodiosa msica de telfono. Mateo sac su mvil del bolsillo yen la pantalla apareca: Luciana.Luciana estaba llamando.