Captulo 9 Nadie daba la bienvenida a su presencia, todos queran que se fuera. Valentina encontr la situacin irnicamente divertida mientras su fra mirada recorra los rostros de Catalina, Luciana y ngel. Con firmeza, liber su brazo del agarre de Mateo y esboz una leve sonrisa: Bien, me ir. #Recuerden que ustedes me echaron, pens mientras se daba la vuelta para marcharse. Sin embargo, regres casi de inmediato y, mientras acomodaba un mechn de cabello detrs de su oreja, pregunt: Seor Figueroa, sabe a qu vine al hospital hoy?Mateo observ su delicado rostro, tan fino como el ala de una cigarra, con ese suave vello facial que la haca lucir an ms hermosa. Su expresin permaneci fra, evidentemente sin inters en conocer la respuesta: -Valentina, tanta insistencia resulta molesta.Valentina dio un paso adelante y le dedic una sonrisa deslumbrante: -Vine a buscarle un especialista sac una pequea tarjeta y se la entreg a Mateo. Era una tarjeta amarillenta, similar a las que suelen deslizar bajo las puertas, que anunciaba: Especialista tradicional Tratamiento de impotencia, eyaculacin precoz e infertilidad. Recupere el placer de ser hombre. Contacto: XXXX5507. (13)El rostro imperturbable de Mateo mostr una grieta mientras Valentina colocaba la tarjeta en el bolsillo de su traje: -Luciana est enferma, pero acaso el seor Figueroa no lo est tambin? Cudense mucho -se despidi antes de marcharse..o.oEl puo de Mateo se cerr con fuerza a su costado jesta mujer siempre encontraba la manera de enfurecerlo! En ese momento, Luciana intervino: -Mateo, djalo estar. Valentina no merece que perdamos el tiempo con ella.Catalina asinti: -Cierto, por qu la Doctora Milagro no llega an?La mencin de la Doctora Milagro tens el ambiente ella era la esperanza de Luciana. Mateo mir su reloj; ya haba pasado la hora acordada y la doctora no apareca.Un miembro del personal mdico entr: Seor Figueroa, la Doctora Milagro estuvo aqu.-Qu? -Mateo mir hacia afuera, pero solo alcanz a ver la silueta de Valentinadesapareciendo tras una esquina.-No vi a la Doctora Milagro -coment Mateo, frunciendo el ceo.-Vino y se fue respondi el personal mdico.-Por qu?-preguntaron Luciana, ngel y Catalina con expresiones alteradas-. Por qu se fue sin atender a Luciana?-Lo siento, pero la Doctora Milagro no atender a la seorita Luciana.Capsule 9jla Doctora Milagro se negaba aEl rostro radiante de Luciana palideci por completo tratarla! La alegra anterior se esfum como si les hubieran arrojado agua fra.-Por qu no quiere ayudarme? Por qu? -solloz Luciana mientras ngel y Catalina la abrazaban, intentando consolarla: -Tranquila, Luciana, encontraremos la manera de que la Doctora Milagro te atienda. Te recuperars..eo.c Las facciones apuestas de Mateo se tornaron amenazantes mientras observaba el pasillo vaco.Cuando Valentina sala del hospital, alguien la llam. Era Catalina, quien la alcanz y le extendi algo: -Valentina, esto es para ti.Era un cheque por veinte mil dlares. -Valentina, el seor Figueroa no te quiere. Deja de acosarlo y devulveselo a tu hermana. Por qu no puedes ceder ante ella? Divrciate de l, toma este dinero y regresa al campo..nl.mValentina encontr la situacin irnica si no fuera por la prueba de ADN que secretamente realiz entre Catalina y Luciana, hubiera dudado que Luciana no fuera su hija biolgica. Era solo la madrastra de Luciana, pero Catalina solo amaba a Luciana, no a su verdadera hija. Valentina saba que Catalina estaba obsesionada con ngel y por eso amaba todo lo relacionado con l. 7Sus brillantes ojos miraron a Catalina mientras sonrea levemente: -El puesto de seora Figueroa vale tan poco? O soy yo la que vale tan poco para ti?Catalina titube antes de defenderse: Valentina, mam solo quiere lo mejor para ti, este lugar no te conviene 3.wr.Mam? Ese ttulo extrao hizo sonrer a Valentina: -Ya me enviaste una vez al campo, y ahora quieres hacerlo de nuevo? Vaya madre ejemplar que eres!Sin ms palabras, Valentina subi a un taxi y se march. (1)En el taxi, Valentina sac un chocolate de su bolso, desenvolvi delicadamente el papel y se lo llev a la boca. El viejo taxista la observ por el espejo retrovisor la joven vesta un vestido sencillo y emanaba un aire de elegancia y fortaleza. Sin embargo, al mirar ms de cerca, not su piel transparente de tan blanca y su cuerpo delgado bajo el vestido, que pareca tan frgil como una rama que podra romperse. (7)El taxista, que tena una hija de edad similar, sonri: Seorita, le gustan tanto los chocolates? (2Valentina levant la mirada mientras la brisa mova su cabello: -S, un poco de chocolate hace que todo sea menos amargo. (5)Catalina permaneci inmvil, viendo cmo Valentina se alejaba en el taxi.En ese momento, alguien se acerc: -Seora Mndez.Era el director del hospital, Mario Estrada. Catalina se apresur hacia l: -Director Estrada, usted que tiene tantos contactos, podra ayudarnos a conseguir que la Doctora Milagro atienda a mi Luciana?)-Seora Mndez, justamente conozco a la Doctora Milagro y puedo presentrsela respondi Mario.-De verdad? Gracias, director Estrada -exclam Catalina, emocionada.El director Estrada mir en la direccin por donde haba desaparecido Valentina, y una sonrisa maliciosa se dibuj bajo su pulcra bata blanca: Seora Mndez, esa era su hija mayor, la que volvi del campo? No imagin que se hubiera vuelto tan hermosa, por un momento pens que haba visto un ngel. (6)La sonrisa de Catalina se desvaneci, reemplazada por una expresin fra e indiferente. (4)
