---- Llévenselo todo. Los trabajadores se miraron entre si, pero siguieron con su labor. -{Qué hacemos con todo esto? -Me pregunté el encargado al terminar. -Donen lo que se pueda. El resto, a la basura. -Le respondi. -Solo aseguirense de que desaparezca. Cuando se fueron, caminé por mi casa medio vacia. Se veia despojada, como mi corazén. Pero con cada paso, sentia cémo se aligeraba un poco el peso sobre mis hombros Este lugar era mio otra vez. Sin farsantes, ni traiciones. Mi estémago grufi desde la mafiana. , recordandome que no habia comido nada En vez de revolver en la cocina donde Raquel seguramente habia reordenado todo, decidi salir. Conduje hasta el Hotel Luna Plateada, el establecimiento mas lujoso del territorio de nuestra manada. El portero me reconocié al instante. -jDra. Valdés! Qué gusto verla. ;Cenard sola esta noche? Por primera vez en afios, sonrei de verdad. =Si, solo yo. Me condujo a una mesa privada con vista a los magnificos jardines del hotel. Candelabros de cristal brillaban sobre los manteles blancos, llenando el ambiente con una luz cdlida. -Nuestro chef ha preparado un menti degustacién de siete tiempos esta noche. -Me informé. -Con maridaje de vinos, cuesta $2,000. ¢ ---- Le interesa? En otro tiempo habria dudado ante un gasto tan excesivo. Pero esa noche, acepté sin pensarlo. -Suena perfecto. Cada platillo era una obra de arte. Habia vieiras tiernas con espuma de trufa, una carne que se derretia en mi boca, suflé de chocolate. Saboreé cada bocado. Durante afios, habia escatimado hasta el Ultimo centavo para sostener el negocio fallido de Diego. Trabajé horas extras para pagar las hierbas especiales de Oscar y su colegio privado. Ahora, por fin, estaba gastando mi dinero en mi, y se sentia fantastico. Cuando llegé el ultimo platillo, levanté mi copa en un brindis silencioso por mi nuevo comienzo. No mas apoyar a una pareja que no me valoraba. No més intentar recuperar a un hijo que habia elegido a otra madre. Pagué la cuenta sin siquiera parpadear y crucé el vestibulo del hotel sintiéndome mas ligera de lo que me habia sentido en ajfios. Y entonces los vi. Diego estaba en la recepci6n, con el rostro enrojecido por la frustracion. Raquel rondaba a su lado, mientras Oscar estaba desplomado en un sillén, con su pierna herida extendida torpemente. -Le digo que debe ser un error. -Le repetia Diego al recepcionista, con su voz elevéndose de tono. -Intente con la tarjeta otra vez! La recepcionista, una joven con peinado impecable, le sonrié con frialdad. ---- -Sefior, ya la he intentado tres veces. Su tarjeta ha sido rechazada Golpeé el mostrador suavemente con sus uflas. -{Esta seguro de que puede pagar nuestras tarifas? Este es el hotel mas caro de la manada, son mil dolares por noche. Diego se pasé una mano por el cabello, ese gesto que yo conocia bien. Sabia que estaba en panico. -Solo... inténtelo una vez mas, por favor. Qué pasa, Diego? -Le pregunté Raquel, su confianza anterior se desvanecié por completo. Su maquillaje estaba corrido por el llanto y su ropa de disefiador lucia arrugada Diego se incliné hacia ella, pero atin podia ofr su explicacién entrecortada. -Yo... sali con prisa. No traje las demas tarjetas. La sonrisa perfecta de Raquel finalmente se desmoroné por completo. -{Qué quieres decir?
