---- Capitulo 12 El Video Punto de vista de Olivia -iMamé! jPor favor, ayiidanos! ~Grité Oscar de nuevo al verme en la ventana. Los observé con frialdad, sin inmutarme ante el aspecto golpeado de Diego. Ese hombre que me habia mentido durante afios, que habia mantenido cerca a su exnovia mientras fingia amarme, ya no era mi responsabilidad. Desvié la mirada hacia Oscar. A pesar de todo, seguia siendo mi hijo bioldgico. Lo observé detenidamente, chequeando si estaba lastimado, pero no parecia estar herido fisicamente, solo se lo notaba cansado y asustado. -Olivia. -Me llamé Diego, con la voz ronca, -Por favor, déjanos entrar. No tenemos a dénde ir. Cerré las cortinas sin responderles y tomé mi celular. Desde que dejé de gastar dinero en un esposo y un hijo que no me valoraban, habia destinado diez mil délares mensuales para contratar a dos guardias muy fuertes para mi propiedad. Escribi un mensaje répido: "Hay intrusos en la puerta principal. Por favor, retirenlos de la propiedad." En cuestién de minutos, escuché voces graves afuera. A través de la rendija de la cortina, observé como mis nuevos guardias, dos lobos enormes en forma humana, se acercaban a Diego y Oscar. -Sefior, necesita alejarse de aqui. -Dijo con firmeza el mas grande. -jEsta es mi casa! -Protest6 Diego, abrazando a Oscar con més fuerza. ---- -No, sefior. Esta propiedad pertenece a la Dra. Valdés. Usted esta invadiendo su propiedad. -Le respondi¢ el guardia, sin dejarse impresionar. -jMaméi -E1 grito de Oscar rompié el silencio de la mafiana. - Mamé, por favor! jNo dejes que nos echen! Sus suplicas me atravesaron el coraz6n. A pesar de todo, seguia siendo mi hijo. Lo habia Ilevado en mi vientre durante nueve meses, sobrevivi a un parto complicado, pasé noches en vela cuando se enfermaba Pero también recordé su odio y rechazo hacia mi, y su deseo de que Raquel sea mi verdadera mamd Me alejé de la ventana mientras los guardias escoltaban a Diego y Oscar fuera de la villa, con firmeza pero sin violencia. Aun podia escuchar los sollozos de Oscar, su voz desgarradora que me heria mas de lo que queria admitir. -iNo nos hagas esto! jTengo miedo! jMamé, por favor! -Su voz se fue apagando a medida que se alejaban Apoyé la frente contra el vidrio frio. -Ya no puedo vivir anclada al pasado. -Susurré para mi misma. Una hora més tarde, ya vestida con mi ropa profesional, me dirigi al centro médico de la manada. Todo lucia igual que siempre, ocupado, estéril, eficiente. Como terapeuta principal, tenia mi propia oficina, con una placa de plata en la puerta que decia: Dra. Olivia Valdés, Jefa de Sanacién Mi asistente, Sara, me recibid con una sonrisa nerviosa. -Buenos dias, Dra. Valdés, Su agenda ha sido reorganizada para ---- compensar las citas que perdid. -Gracias, Sara. -Le respondi, tomando la tableta que me ofrecia. - éQué tan grave es el retraso? "Es... manejable-Me dijo, evitando mirarme a los ojos. -Tiene pacientes uno tras otro hasta las siete de la noche. Asenti con la cabeza y me dirigi a mi oficina. Algo en el comportamiento de Sara me parecié extrafio, pero tenia trabajo que atender. La mafiana pasé en un borrén de pacientes cuyas preocupaciones me parecian mucho més simples que las mias. Un joven lobo con ansiedad por su primera transformacién. Una hembra de mediana edad con dolor crénico por una vieja herida de batalla. Una pareja anciana luchando por mantener su vinculo cada vez mas débil Para la hora del almuerzo, noté algo inusual. Los pacientes me miraban diferente, algunos con lastima, y otros con una curiosidad mal disimulada. Cuando cruzaba pasillos con compafieros de trabajo, las conversaciones se cortaban bruscamente. Estaba organizando unos expedientes sobre mi escritorio cuando alguien tocé suavemente la puerta. Adelante. -Dije. Sara entré con un séndwich y una taza de café. -Pensé que esto podria hacerle falta. Me dijo, dejéndolos sobre mi escritorio-. No ha tomado descanso en toda la mafiana. ~Gracias. -La miré con atencién. -Sara, ,acaso esté pasando algo? Todos estan actuando raro conmigo hoy. Ella comenzé a ponerse nerviosa, visiblemente incémoda.